Ratificaci¨®n de Flotats

El mis¨¢ntropo

Moli¨¦re. Versi¨®n catalana en verso. Int¨¦rpretes: Josep Maria Flotats, Josep Torrens, Pep Pla, Joan Riera, David Cuspinera, Carme El¨ªas, Marta Calv¨®, Norbert Ibero, Alex Casanovas, Ignasi Comprod¨®n, Lloll Bertr¨¢n, Joan Borr¨¢s. Escenograf¨ªa de Serge Marzolff. Vestuario de, Jacques Schmidt. Iluminaci¨®n de Alain Poisson. Direcci¨®n de Josep Maria Flotats. IX Festival Internacional de Teatro de Madrid. Teatro Espa?ol, 9 de marzo.

Muchas personas -de su tiempo y del nuestro- consideran que El mis¨¢ntropo es la mejor comedia de Moli¨¦re. Probablemente es la menos caricaturesca, la que menos relaciona el personaje con el figur¨®n: el doctrinario Alceste lleva su honradez de conciencia a perjudicarse a s¨ª mismo con tal de no fingir, en una corte donde hab¨ªa tantos motivos para ello, a criticarse a s¨ª mismo y no admitir halagos; pero la autocr¨ªtica nunca llega al mismo fondo de su personalidad, que es precisamente esa condici¨®n misantr¨®pica, esa intransigencia que le lleva al final a la soledad, al exilio elegido. El primer actor Josep Maria Flotats ha creado inteligentemente ese magn¨ªfico personaje, en un tono en el que efectivamente hay una parte de adhesi¨®n, de cari?o por el personaje inflexible; por otra, la muestra de su error; es una delicadeza de trabajo psicol¨®gico admirablemente conseguido. El contraste tr¨¢gico de su vida, su relaci¨®n con la fr¨ªvola, coqueta C¨¦limene, por la que siente un profundo amor, por encima mismo de la cr¨ªtica, brilla en su choque ambivalente con el trabajo excelente de la actriz Carme El¨ªas.Como director-creador presenta otros problemas. La comedia de boudoir -que es una caracter¨ªstica, casi un g¨¦nero pierde su intimidad en el gran decorado, que es un aprovechamiento M anterior para Lorenzaccio. Los anacronismos buscados no entran con suavidad o no producen comicidad ninguna, como la introducci¨®n de una canci¨®n distorsionada de Carlos Gardel. La cuerda y la ca¨ªda del sill¨®n al final es un gran efecto teatral, pero es una colaboraci¨®n con el autor no deseada: el mis¨¢ntropo no va al suicidio, ni su desesperaci¨®n por la injusticia humana ni su desenga?o de s¨ª mismo llegan a ese extremo: el mis¨¢ntropo es un testigo eterno.

Siempre en vilo

Hay, en cambio, cuidadas subacciones para mantener siempre en vilo y vivo el aire de la representaci¨®n. Los criados, los ruidos internos, los muebles, el juego con los libros, las l¨¢mparas y los objetos, est¨¢n conjugados con un sentido molieresco c¨®mico y van a favor de la obra.

El verso catal¨¢n coloquial y sencillo corresponde tambi¨¦n al franc¨¦s suelto y vivaz de Moli¨¦re. Y, sobre todo, la compa?¨ªa entera, marcadas ya las grandes diferencias que ordenan los papeles en favor de Flotats y de Carme El¨ªas, que trabaja con oficio seguro, que sabe decir el verso, que se penetra de sus papeles, con la severidad de unos y la buscada ridiculez de otros (los marquesitos).

Los bravos insistentes al final de la representaci¨®n y las ovaciones para todos reiteraron el alto aprecio del p¨²blico por este trabajo bien hecho.

Con la representaci¨®n de hoy, en el Teatro Espa?ol, d¨¦ El mis¨¢ntropo la compa?¨ªa Josep Maria Flotats se despide del Festival de Teatro de Madrid.