Espa?a solicitar¨¢ visado a marroqui¨¦s, argelinos y tunecinos a partir de marzo de 1990

El Gobierno espa?ol exigir¨¢ visado para entrar en Espa?a a los ciudadanos de Marruecos, Argelia y T¨²nez a partir del mes de mano de 1990. Este nuevo requisito "no pretende ser una medida restrictiva, sino de control", explic¨® el secretario general de la Secretar¨ªa de Estado para las Comunidades Europeas, Rafael Pastor Ridruejo. El secretario general destac¨® que la decisi¨®n ha sido impulsada por una exigencia sin la cual los pa¨ªses miembros de la CE no consideraban posible alcanzar la frontera ¨²nica europea, que ser¨¢ efectiva a partir del 1 de enero de 1992.

Fuentes de Exteriores confirmaron que a Marruecos ya se le ha comunicado esta decisi¨®n. La principal avalancha tur¨ªstica se produce en Espa?a en Algeciras (en el inicio del pasado verano, medio mill¨®n de personas cruzaron este paso fronterizo), cuando los trabajadores magreb¨ªes en Europa atraviesan la Pen¨ªnsula para pasar las vacaciones en sus pa¨ªses de origen.Los grupos de estudio de la CE que preparan la supresi¨®n de fronteras centran sus esfuerzos en evitar el flujo de inmigrantes ilegales, el tr¨¢fico de drogas y el libre paso de terroristas. Los doce consideran que para un mayor control sobre el tr¨¢fico de viajeros deber¨¢ existir una lista com¨²n de personas indeseables (delincuentes en su mayor¨ªa) para todos los socios. Paralelamente a esta medidas, Espa?a apoyar¨¢ la resoluci¨®n contra xenofobia y racismo que se debatir¨¢ en el Parlamento Europeo el pr¨®ximo mierc¨®les.

El grupo de inmigraci¨®n del Grupo de Trevi est¨¢ estudiando la exigencia un¨¢nime por todos los pa¨ªses de la CE de visados para -adem¨¢s de Marruecos T¨²nez y Argelia- Bulgaria, Tailandia, Cuba, Hait¨ª, Turqu¨ªa y Yugoslavia, seg¨²n fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores. Espa?a ya exige ahora, unilateralmente, el visado a personas procedentes de Bulgaria, Tailandia, Cuba y Hait¨ª, pero no a turcos y yugoslavos.

"Espa?a es consciente de que en 1993 va a tener que controlar el flanco sur de la frontera europea, y ello supone una gran responsabilidad frente a nuestros socios", explic¨® Rafael Pastor Ridruejo, quien a?adi¨®: "Debemos conseguir que los daneses, holandeses y brit¨¢nicos tengan la misma confianza en el control espa?ol que el que tienen en sus polic¨ªas y aduanas". Pastor considera fundamental la renovaci¨®n de los consulados espa?oles en estos tres pa¨ªses del Magreb. "Para ello", dice, "Espa?a, sin duda, va a tener que modernizar sus consulados, dotarlos de infraestructura para evitar agobios y retrasos burocr¨¢ticos".

Para conseguir un visado de turista, de estudiante o de trabajo, los nacionales de un pa¨ªs han de aportar la documentaci¨®n que acredite la intenci¨®n de su viaje en los consulados o embajadas del pa¨ªs receptor, que se encarga de tramitar el permiso para atravesar su frontera.

Seg¨²n explica Rafael Pastor "Gran Breta?a, Dinamarca y Grecia abogan por que se su priman las fronteras interiores pero consideran que debe haber controles. A nosotros, esto nos parece un contrasentido, ya que la consecuci¨®n de la frontera ¨²nica explica claramente laeliminaci¨®n total de fronteras interiores", asegura Pastor. "Espa?a va a hacer todos los esfuerzos, pero no se pueden argumentar los problemas que. tienen Espa?a, Grecia y Portugal, con grand¨ªsismas costa; cercanas a pa¨ªses con problemas demogr¨¢ficos, para poner obst¨¢culos a la Europa ¨²nica".

Garant¨ªas econ¨®micas

Dentro de las medidas de control que est¨¢ poniendo en marcha Espa?a figura la orden que el Ministerio del Interior public¨® en el Bolet¨ªn Oficial del Estado esta semana para exigir garant¨ªas econ¨®micas a los visitantes a fin de evitar el paso fraudulento. La Comunidad Europea y los grupos de trabajo de Trevi analizan asimismo las medidas para controlar el terrorismo, la delincuencia, el rapto de ni?os derivado de problemas familiares de sus padres, y la sanidad animal.

El pr¨®ximo mayo, el Consejo de Ministros de Cultura estudiar¨¢ medidas para evitar el comercio ilegal de obras de arte, otro de los problemas que acarrear¨¢ la supresi¨®n de fronteras.