La pr¨®xima transici¨®n

Las noticias que corren por Madrid este invierno hacen recordar la serie Dinast¨ªa: la cl¨¢sica historia de amor, ambici¨®n, odio y revanchismo. Felipe Gonz¨¢lez sigue su mortal combate con Nicol¨¢s Redondo, su padre en la pol¨ªtica y su camarada en la clandestinidad. Lo que empez¨® siendo un problema de dinero ha acabado en cuesti¨®n de principios, y por ser Espa?a, de poder y personalismos.La importancia del asunto se acrecienta porque Espa?a se encuentra en un momento de cambio en su historia. Atr¨¢s quedan la transici¨®n pol¨ªtica y el ajuste econ¨®mico. Por delante queda la tarea prosaica de abrir la participaci¨®n pol¨ªtica al tiempo que se conserva el control de la econom¨ªa. El Pa¨ªs est¨¢ cambiando sus mecanismos. Al cambio pol¨ªtico y al ajuste econ¨®mico se sum¨® Europa corno tercer elemento de la transformaci¨®n de Espa?a. Todo esto ha sido posible gracias a un elevado grado de consenso, que ahera ya no es v¨¢lido. La gente, por lo menos la minor¨ªa de espa?oles que sigue activamente la pol¨ªtica, desea mayor di¨¢logo pol¨ªtico y participaci¨®n de las que proeura una mayor¨ªa absoluta. Los espa?oles est¨¢n pregunt¨¢ndose qu¨¦ clase de interlocutores desean para ser representados, desde los sindicatos a los partidos pol¨ªticos, pasando por las patronales e incluso los clubes de f¨²tbol. Los espa?oles se plantean esto porque ni la sociedad ni las instituciones tienen que ver, ni remotamente, con lo que fueron antes.

, 10 de marzo