Una ahogada pide al Supremo que corrija a los jueces que suavizan las condenas con explicaciones machistas

Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo, presidida por Enrique Ruiz Vadillo, dej¨® ayer visto para sentencia el recurso de casaci¨®n contra la sentencia que absolvi¨® del delito de tentativa de asesinato a Ricardo Oliva Trigueros, quien introdujo en la vagina de su compa?era, Carmen C¨¢rdenas, un hierro al rojo vivo. " La abogada Mar¨ªa Jos¨¦ Varela pidi¨® a la sala que corrija a los magistrados que adujeron conceptos machistas para explicar la condena a s¨®lo cinco a?os que impusieron al procesado.

El origen del recurso es la sentencia que conden¨® a Oliva por detenci¨®n ilegal y lesiones a un total de cinco a?os de c¨¢rcel y le absolvi¨® de tentativa de asesinato, de la que le acus¨® tanto el fiscal como la acusaci¨®n particular, que pidieron m¨¢s de 15 a?os de c¨¢rcel.Seg¨²n los hechos declarados probados, en la madrugada del 26 de octubre de 1986, Ricardo Oliva, de 46 a?os, que conviv¨ªa maritalmente con Carmen C¨¢rdenas, de 44 a?os, "irritado por lo que le pareci¨® conducta disipada de su compa?era durante el tiempo anterior en un bar, al llegar a su domicilio en la calle Juegos Florales, la encerr¨® en una habitaci¨®n (...) hasta media tarde de dicho d¨ªa, sin dejarla salir y d¨¢ndole agua en el recipiente del perro".

La irritaci¨®n del hombre

El relato agrega que Oliva "f¨²e irrit¨¢ndose a la par que profer¨ªa insultos contra la mujer y abofete¨¢ndola peri¨®dicamente, hasta que aproximando una mesa a la puerta, plant¨® fuego con peri¨®dicos y ropa, calentando sobre el mismo una barra de metal con la que entr¨® de nuevo en la habitaci¨®n y agredi¨® a Carmen, ocasion¨¢ndole heridas", detalla la sentencia, "en semiabdomen inferior y genitales que ocasionaron quemaduras de segundo y tercer grado en hipog¨¢strico, fosa iliaca izquierda, cara interna de ambos muslos, genitales externos y vagina, de las que cur¨® en 111 d¨ªas, rest¨¢ndole cicatrices". Antes de que llegaran los bomberos, Oliva apag¨® el fuego con un cubo de agua.

En los fundamentos jur¨ªdicos de la sentencia, de la que fue ponente Adolfo Fern¨¢ndez Oubi?a, el tribunal se refiri¨® a la "norma de cultura, al parecer imposible de erradicar, nacida de mitos y creencias religiosas" para "explicar, que no justificar, la realidad de machos que vierten sobre la hembra toda la condici¨®n de canalla que en el temor reprimen". Tal norma de cultura es, dice la sentencia, la que dibuja "a la mujer como ep¨ªgono del hombre, al formarse del ¨²nico hueso del que puede prescindir el var¨®n sin desmerecer en su anatom¨ªa; material desechable, por tanto, y definidor de inferioridad, v¨¢lido solo para uso y abuso".

Dentro de este marco explicativo, la sentencia neg¨® que en el procesado hubiera intenci¨®n de matar, ya que, de haber sido as¨ª, "sencillo le resultar¨ªa seguir accionando el artefacto al rojo vivo sobre v¨ªscera en que el dolor, ya de por s¨ª, ser¨ªa causa bastante de muerte". En la defensa de su recurso de casaci¨®n la abogada se?al¨® que, seg¨²n el acta del juicio, qued¨® probada la intenci¨®n de matar, no s¨®lo por las amenazas de "quemarla viva", sino porque el condenado apag¨® el fuego al oir la sirena de los bomberos. Por lo dem¨¢s, la letrada impugn¨® la minusvaloraci¨®n de la mujer que contiene la sentencia.

El fiscal pidi¨® tambi¨¦n la casaci¨®n de la sentencia, pero dio por reproducido su recurso escrito y no hizo ninguna alegaci¨®n durante la vista.