Inexplicable
Con esto del acid house me pasa lo mismo que con el 14-D. Todav¨ªa no lo entiendo. Es un ¨¦xito indiscutible, movilizador y alucinante, que todos nombran y se apuntan a ¨¦l, pero sinceramente no s¨¦ de qu¨¦ va la cosa. Es una moda que nace hu¨¦rfana de teor¨ªa, que rechaza cualquier explicaci¨®n, que sus fieles no hacen el menor esfuerzo por aclararla. S¨®lo hablan del sampler. Un chisme capaz de memorizar y mezclar los decibelios m¨¢s disparatados. Nada de sind¨¦resis: sintaxis qu¨ªmicamente impura, bastarda, irreductible. Y esto es nuevo porque el ¨¦xito obedec¨ªa a dos reglas precisas: era imposible de predecir, pero luego resultaba muy f¨¢cil interpretar, justificar, encuadernar y archivar. M¨¢s a¨²n: las explicaciones del ¨¦xito engordaban el ¨¦xito.Repaso la lista de los ¨²ltimos eventos excitantes y me asalta la misma perplejidad del acid house. Ruidosos ¨¦xitos ininteligibles. Acontecimientos como los de Venezuela y Argelia, que nacen, arrasan y se esfuman sin darnos explicaciones. Movimientos sociales volc¨¢nicos de pasado o padre desconocido, que destrozan las teor¨ªas establecidas y no acaban de dejar huella, como la fecha roja.
En otros tiempos, las modas, los ritos, los ritmos, nac¨ªan con una explicaci¨®n crujiente debajo del brazo. Antes de consumir el ¨¦xito ya hab¨ªamos hecho su digesti¨®n doctrinal. Las solapas, las contrapodadas, los cat¨¢logos, las publicidades, no s¨®lo cantaban las excelencias de la mercanc¨ªa; te contaban la te¨®rica y la hermen¨¦utica. Por eso todo resultaba tan obvio, tautol¨®gico, redundante, masticado. Pero ahora no huelgan las explicaciones; es que las explicaciones se han puesto en huelga. Por modestia o por impotencia, pero sobre todo porque el nuevo truco comercial es la fascinaci¨®n por lo inexplicable, el morbo de lo galim¨¢tico, el atractivo de lo abstruso. Los ¨¦xitos del momento no se entienden. Tal es el secreto del ¨¦xito. El acid house y el 14-D, pero tambi¨¦n los agujeros negros, las supercuerdas, la ciencia del caos, el big bang, Melanie Griflith, los situacionistas, los kiwis.
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