El pleno del Senado de EE UU confirm¨® a Robert Cheney como jefe del Pent¨¢gono
El Pent¨¢gono ya tiene jefe y el presidente, George Bush, deja atr¨¢s la humillaci¨®n sufrida con el rechazo de John Tower por borrach¨ªn y mujeriego. El pleno del Senado confirm¨® ayer como secretario de Defensa al congresista Robert Cheney, de 48 a?os, un conservador ilustrado sin experiencia en temas militares, pero muy respetado en el Washington pol¨ªtico y con excelente cartel en el Congreso.
Cheney se ha manifestado, en las audiencias de confirmaci¨®n, partidario de una actitud de cautela ante Gorbachov. "Ser¨ªa un grave error para nosotros en este momento reducir nuestra capacidad militar". El nuevo secretario de Defensa a?adi¨® que "soy francamente esc¨¦ptico sobre sus posibilidades de ¨¦xito", y advirti¨® que es necesaria la atenci¨®n ante la posibilidad de que Gorbachov sea reemplazado por alguien que "no comparte sus compromisos reformistas o su postura no amenazante para Occidente".
Cheney ha apoyado abiertamente en el pasado la ayuda militar a los contras y es partidario de la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (IDS), aunque dice que es "una cuesti¨®n abierta" los fondos que debe recibir. Su primer problema ser¨¢ recortar 6.000 millones de d¨®lares, exigidos por el d¨¦ficit, del presupuesto militar.
El Senado confirm¨® tambi¨¦n ayer al n¨²mero dos del Departamento de Estado, Lawrence Eagleburger, un veterano profesional de la diplomacia de la escuela de Henry Kissinger, de cuya empresa de asesor¨ªa internacional formaba parte. James Baker comienza con Eagleburger a rellenar las casillas de su departamento, a¨²n al ralent¨ª.
Cheney, que ha sufrido tres ataques de coraz¨®n y el pasado verano se someti¨® a un bypass coronario, present¨® una declaraci¨®n de su cardi¨®logo que indica que est¨¢ preparado para aguantar la tensi¨®n de un puesto en el que manejar¨¢ 300.000 millones de d¨®lares anuales y el dispositivo nuclear. Deber¨¢ tambi¨¦n afrontar un amplio caso de corrupci¨®n de las contratas militares que sigue investig¨¢ndose y, antes de finales de abril, tener lista la revisi¨®n estrat¨¦gica de la pol¨ªtica de seguridad nacional pedida por Bush antes de reabrir la negociaci¨®n con Mosc¨².
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