Medidas ante los fraudes y la especulaci¨®n
Son cada vez m¨¢s las voces que reclaman medidas contra la especulaci¨®n inmobiliaria y los fraudes en este sector, habiendo anunciado incluso el Gobierno la pr¨®xima adopci¨®n de decisiones al respecto, prop¨®sito al que convendr¨ªa hacer algunas observaciones, como las que siguen:Ante todo ha de destacarse lo tard¨ªo de esas posibles medidas cuya necesidad era bien evidente desde hace ya largo tiempo. El no haberlas tomado antes ha ocasionado considerables perjuicios tanto a los ciudadanos particularmente afectados como al conjunto de la econom¨ªa y la sociedad.
Por lo que hace a los fraudes en las promociones, transmisiones y puesta en uso de bienes in muebles, si se quiere realmente empezar a poner remedio a tal problema, resulta imprescindible reforzar sustancialmente los controles y garant¨ªas en todas esas actuaciones y operaciones con tal tipo de bienes, lo que a su vez exige que en la contrataci¨®n no fehaciente -es decir, en cuantas operaciones se realicen no por escritura notarial, sino por documentos privados- se establezca, no obstante, alg¨²n tipo de constancia p¨²blica en defensa de terceros y de los propios intervinientes en dichas operaciones, cuya constancia -con finalidad precautoria- podr¨ªa consistir en la anotaci¨®n preventiva en los registros de la propiedad, a lo que podr¨ªan a?adirse asientos informativos en los catastros y en los centros de gesti¨®n de las contribuciones territoriales. Teniendo tambi¨¦n gran importancia al mismo propropios registros entre s¨ª a efectos de conocimiento de los datos obrantes en cada uno de ellos y de su puesta a disposici¨®n del p¨²blico.
Reserva de suelo
En cuanto a la especulaci¨®n, que ahora el Gobierno parece querer frenar con algunas intervenciones en el mercado del suelo, ha de se?alarse que las mismas no dar¨¢n mucho resultado si luego sigue sometido a las actuales demas¨ªas especulativas lo que llegue a construirse sobre los terrenos objeto de un posible mayor control. Pues podr¨¢ ser el suelo algo menos caro -si es que realmente ello se consigue-, pero no lo ser¨¢ el producto final, o sea, las viviendas, las oficinas, los locales, etc¨¦tera, si en su promoci¨®n, transmisi¨®n y uso no se corrigen las pr¨¢cticas que hoy imperan.
En tal sentido habr¨ªan de promulgarse normas adecuadas para que fuese de nuevo posible la reserva de suelo para viviendas de protecci¨®n oficial en los planes generales de ordenaci¨®n urbana, ya que esto, hoy d¨ªa, no resulta viable a causa de determinadas sentencias jurisprudenciales. Tambi¨¦n tendr¨ªa que restablecerse la estabilidad en los arrendamientos, para lo que ser¨ªa preciso derogar el decreto de 30 de abril de 1985 que suprimi¨® la pr¨®rroga legal de los contratos locativos, supresi¨®n a la que se debe, en no escasa medida, la fuerte alza de los precios de los inmuebles, ya que esa precarizacion del uso de ¨¦stos en alquiler ha generado una demanda forzada de su adquisici¨®n en propiedad, sin que, por otro lado, se haya visto -en los cerca de cuatro a?os que lleva ya en vigor aquel decreto- ning¨²n sustantivo aumento de la oferta de alquileres.
Abaratar los precios
Y como es obvio, un intento sincero de abaratar los desmesurados precios de los pisos reclamar¨ªa igualmente una potenciaci¨®n e incentivaci¨®n adecuadas de las viviendas de car¨¢cter social, con precios tasados y controlados tanto en compra como para su uso en alquiler, lo que ha de llevar aparejado el refuerzo de los derechos y de las defensas legales tanto de los adquirientes en propiedad como de los inquilinos. Y al hablarse de viviendas de car¨¢cter social se ha de pensar que sus destinatarios no tendr¨ªan que reducirse s¨®lo a los ciudadanos m¨¢s indigentes, pues no puede olvidarse que hoy, incluso para las familias de actuales precios, se ha vuelto inasequible.
Por ¨²ltimo, tampoco omitamos que ciertos aspectos de la pol¨ªtica fiscal no han dejado de contribuir al encarecimiento may¨²sculo de los inmuebles, hab¨ªendo tenido este efecto las enormes subidas de los valores catastrales y de las contribuciones urbana y r¨²stica, la aplicaci¨®n del IVA a las viviendas sociales y a los alquileres (exentos en otros pa¨ªses de la Europa comunitaria) y la propia estructura de los impuestos sobre la renta, sobre los beneficios de las sociedades y sobre el patrimonio. Para remate, los cr¨¦ditos, tanto hipotecarios como personales, vienen soportando en Espa?a los m¨¢s altos tipos de inter¨¦s de todos los pa¨ªses occidentales, lo que se traduce en otro factor m¨¢s de excesivo encarecimiento en cualquier operaci¨®n inmobiliaria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.