500 estudiosos realizan ediciones 'definitivas' de Ios cl¨¢sicos latinoamericanos
Las primeras aportaciones modifican `Paradiso', de Lezama Lima, y el pensamiento pol¨ªtico de Asturias
PEDRO SORELA La novela Paradiso que hemos conocido no es la que el cubano Jos¨¦ Lezama Lima escribi¨®, pues la edici¨®n cr¨ªtica de un equipo internacional ha corregido 798 erratas, lo que obligar¨¢ a revisar ciertas ideas sobre su escritura asm¨¢tica. Esta edici¨®n es una de las primeras 12 de una colecci¨®n de 120 cl¨¢sicos latinoamericanos preparados por SM especialistas de Latinoam¨¦rica, Europa y Estados Unidos, en un trabajo de cooperaci¨®n fiteraria internacional sin precedentes. Los primeros t¨ªtulos- modifican ya lo que sabemos de Miguel Angel Asturias y C¨¦sar Vallejo, entre otros. Est¨¢ previsto que Fran?ois Mitterrand presente la colecci¨®n en Francia; el rey Juan Carlos ser¨¢ invitado a hacerlo en la Real Academia.
En medio de la revoluci¨®n mexicana un peque?o peri¨®dico de El Paso, Texas, El Paso del Norte, fue publicando las cr¨®nicas de la revoluci¨®n escritas en presente y desde el lugar de los hechos por un tal Jos¨¦ Azuela, que en 1925 hizo con ellas un libro, Los de abajo, y se convirti¨® de inmediato en uno de los cl¨¢sicos de la literatura latinoamericana del siglo XX; en 1983 las sucesivas ediciones hab¨ªan superado el mill¨®n de ejemplares.Pero en su larga vida de 79 a?os Azuela fue modificando el libro, ya fuera para corregir adjetivos, ya para contarlo m¨¢s literariamente en pasado, ya para introducir alg¨²n personaje o aliviar el manique¨ªsmo primerizo de otros.
Al tiempo, cuenta Fernando Ainsa, no quedaba en ninguna parte una colecci¨®n, ni siquiera parcial, del peri¨®dico El paso del norte, de modo que aquella primera edici¨®n fue adquiriendo brumosos perfiles de leyenda... hasta que un tenaz sabueso acad¨¦mico, Stanley R. Robe, localiz¨® en 1979 una serie incompleta en una colecci¨®n privada, lo que ha permitido en la ¨²ltima d¨¦cada el cotejo de las ediciones con el original, y en definitiva un estudio casi definitivo de la obra.
La de Los de abajo, en equipo dirigido por Jorge Ruffinelli, con pr¨®logo de Carlos Fuentes, es junto con la de Paradiso una de las primeras ediciones cr¨ªticas de esta iniciativa coordinada por el italiano Amos Segala, profesor de literatura latinoamericana en la universidad francesa de Nanterre, y responsable del equipo que ha estudiado el primero de los t¨ªtulos: Miguel Angel Asturias. Paris 19241933. Periodismo y creaci¨®n literaria.
De acuerdo con Segala, que estuvo en Espa?a hasta el pasado domingo, las ideas hasta ahora mayoritarias sobre el pensamiento pol¨ªtico de Asturias habr¨¢n de ser revisadas a la vista de esta edici¨®n cr¨ªtica de su labor como periodista, que demuestra un muy mayor compromiso con la marginal?dad guatemalteca que el que se le suele atribuir. En esta edici¨®n cr¨ªtica se abren nuevas perspectivas sobre las relaciones entre el Tirano Banderas, de Valle Incl¨¢n, y El se?or presidente, de Asturias, dos de las m¨¢s famosas novelas de dictadores de Latinoam¨¦rica.
La memoria
Asturias se encuentra en la g¨¦nesis misma de esta colecci¨®n Archivos de ediciones crificas, a causa de su decisi¨®n de legar sus manuscritos a la Biblioteca Nacional de Par¨ªs con la condici¨®n de que fuese realizada una edici¨®n cr¨ªtica. El autor de ¨¦sta, Amos Segala, tuvo la idea de realU_ar la colecci¨®n, para "preservar la memoria escrita de Latinoam¨¦rica".
La eolecci¨®n incluir¨¢ obras de autores latinoamericanas escritas en espa?ol y portugu¨¦s (Macunaima, de Mario de Andrade, o A paix¨²o segundo G.H., de Clairice Lispector), y tambi¨¦n en franc¨¦s, de Hait¨ª, o ingl¨¦s, de, Jamaica y Guayana, todo ello de forma proporcional a la presencia de estas lenguas en el continente. En la colecci¨®n paxticipan 500 estudiosos -el presidente del consejo internacional de la Asociaci¨®n es Ernesto S¨¢bato, que tiene previsto viajar a Espa?a a presentarla- y la mayor parte de los investigadores son latinoamericanos. La colecci¨®n, escribe Ernesto S¨¢bato, "prefigura sin duda nuevas formas de colaboraci¨®n entre Europa y Am¨¦rica Latina, en un verdadero di¨¢logo intercultural, basado en el conocimiento y el reconocimiento rec¨ªproco, pues sobreesa base primordial se inici¨®, el proyecto y se enriquece en su desarrollo".
Adem¨¢s de los ya citados, las primeras ediciones cr¨ªticas sobre un total de 120, a editar durante una d¨¦cada, son Don Segundo Sombra, del argentino Ricardo Guiraldes, en edici¨®n coordinada por Paul Verdevoye; Obra Po¨¦tica, del peruano C¨¦sar Vallejo, en edici¨®n de Am¨¦rico Ferrari; El chulla Romero y Fl¨®res, del ecuatoriano Jorge Icaza, en edici¨®n de Ricardo Descalzi y Renaud Richard; Las memorias de mam¨¢ Blanca, de la venezolana Teresa de la Parra, en edici¨®n de Belia Bosch; La carreta, del uruguayo Enrique Amorim, en edici¨®n de Fernando Ainsa; Raza de bronce, del boliviano Alcides Arguedas, en edici¨®n de Antonio Lorente; y Poes¨ªa y po¨¦tica, del mexicano Jos¨¦ Gorostiza, en edici¨®n de Edelmira Ramirez. Todos ellos se pueden comprar ya en las librer¨ªas espa?olas, a precios que oscilan entre las 2.850 pesetas de Los de abajo y las 4.200.de Paradiso.
Ocho pa¨ªses
La colecci¨®n Archivos, auspiciada por la UNESCO, se debe a una compleja iniciativa conjunta por parte de los organismos de investigaci¨®n de ocho pa¨ªses, inclu¨ªda Espa?a; los organismos equivalentes al Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas de Argentina, Brasil, Colombia, Francia, Italia, M¨¦xico y Portugal.
La impresi¨®n de los libros, siempre con el mismo dise?o espa?ol, se realiza en cinco pa¨ªses, que los han de distribuir en su entorno: Espa?a, M¨¦xico, Brasil, Colombia y Argentina. Mientras que los europeos aportan la financiaci¨®n -300.000 d¨®lares, unos 35 millones de pesetas-, los latinoamericanos aportan la impresi¨®n y el papel de sus tiradas. ?stas ascienden a unos 30.000 ejemplares (aunque variar¨¢n seg¨²n el ¨¦xito de cada autor), y se espera que la colecci¨®n se autofinancie.
La personalidad de la colecci¨®n Archivos viene definida no solamente por el dise?o -se utilizan los mismos fotolitos en todas las impresiones- sino por los sistemas de trabajo empleados. Una introducci¨®n incluye un liminar -el de Don Segundo Sombra lo hace Ernesto S¨¢bato, y el de Paradiso, Mar¨ªa Zambrano-, un texto del coordinador, una nota filol¨®gica y los criterios generales. Luego figura el texto, con variantes y notas, al que sigue una historia del texto, y las sucesivas lecturas. Antes de los ¨ªndices y la bibliograf¨ªa figura una documentaci¨®n de la obra, con correspondencia e iconograf¨ªa, si la hay.
La ex¨¦gesis como g¨¦nero
P. S.Despu¨¦s de varias d¨¦cadas en que la cr¨ªtica acad¨¦mica ha alcanzado casi categor¨ªa de g¨¦nero y vive a¨²n una edad de oro, se sabe que no es lo mismo un autor del que se conocen manuscritos, correspondencia, fotos, que otro del que no, y que la imagen acad¨¦mica de un autor cambia despu¨¦s de pasar bajo la lupa -que puede ;er un ordenador para estudiar frecuencias de palabras- de un equipo de investigadores. Parece ser que s¨®lo la muerte del artista permite intentos cr¨ªticos de largo alcance. (En la coleccil¨®n no figuran obras de autores vivos).
Es sintom¨¢tico el caso de Rayuela, una de las doce obras que le corresponden a Argentina en la colecci¨®n. Llevado por esa pulsi¨®n de mirarse en el espejo que a veces capta a un novelista, como a Flaubert en sus cartas a Louise, o Steinbeck mientras reescribi¨® la saga de Arturo, Cort¨¢zar escribi¨® un Cuaderno de bit¨¢cora de Rayuela al tiempo que Rayuela, editado en 1983, veinte a?os despu¨¦s que la novela. Hoy es objeto de estudio, no s¨®lo como complemento de aquella, sino por sus propios m¨¦ritos.
La ex¨¦gesis es en literatura uno de los g¨¦neros m¨¢s amplios, y hay quien cree que es ficci¨®n, como la novela. Es tambi¨¦n uno de los m¨¢s pol¨¦micos y de los m¨¢s azarosos, pues a menudo lo que parece definitivo no lo es y nuevos puntos de vista revisan constante y afiladamente, o al menos lo intentan, lo que pretend¨ªa ser punto final.
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