Bush estudia utilizar al Ej¨¦rcito contra el crimen

El presidente norteamericano, George Bush, est¨¢ considerando la posibilidad de utilizar al Ej¨¦rcito o la Guardia Nacional para cortar la escalada de violencia en la capital federal, Washington DC, convertida en la ciudad m¨¢s peligrosa de Estados Unidos. El presidente s¨®lo adoptar¨ªa esta medida de emergencia, como ¨²ltima instancia, si la polic¨ªa local no logra atajar la oleada de homicidios (114 solamente en lo que va de a?o) relacionados directamente con la venta callejera de droga en la capital norteamericana, s¨ªmbolo del pa¨ªs m¨¢s poderoso y m¨¢s libre de la Tierra.

Un juez del Distrito de Columbia suspendi¨® ayer temporalmente, horas antes de su entrada en vigor, el toque de queda (desde las once de la noche a las seis de la ma?ana) para los j¨®venes menores de 18 a?os decretado por el Ayuntamiento. "Me produce escalofr¨ªos y dudas constitucionales", dijo el magistrado Charles Richey, al congelar la ¨²ltima medida ideada por la ciudad para disminuir la muerte de j¨®venes cogidos en el fuego cruzado de traficantes rivales. El alcalde, Marion Barry, manifest¨® su "disgusto" por la decisi¨®n judicial y anunci¨® que presentar¨¢ un toque de queda con algunas excepciones, que ser¨¢ aceptable por los tribunales.Las cosas se han puesto tan mal en esta ciudad (625.000 habitantes y un 70% de la poblaci¨®n de color) que los pol¨ªticos hablan de tropas en la calle y toque de queda como si se tratara de una de esas rep¨²blicas bananeras, a las que con tanto desprecio se considera desde esta supuesta atalaya refinada del primer mundo supercivilizado.

Anoche, el portavoz presidencial, Marlin Fitzwater, declar¨® sin embargo que la utilizaci¨®n de las tropas era "la opci¨®n m¨¢s improbable" y que no figuraba en la lista de recomendaciones"

Ciudad con dos caras

Washington es una ciudad con dos caras. Los monumento imperiales, la Casa Blanca, los museos para los turistas y los barrios ricos donde se parapeta la minor¨ªa blanca. Y, al otro lado de la frontera, el gueto negro, con 90 mercadillos callejeros de droga. Las probabilidades de que un blanco sea asesinado en Washington son de una en 7.000, mientras que para un negro son de una en 400.

"No podemos permitir gente asesinada y, sangre corriendo por las calles como si Washington fuera una capital del Tercer Mundo gobernada por un d¨¦spota", acaba de afirmar el senador Warren Rudman, que ha pedido que la "inepta" polic¨ªa local sea colocada bajo control federal.

"El Gobierno del Distrito de Columbia [Washington no es un Estado y s¨®lo alcanz¨® el autogobierno en 1973; antes estaba dirigida por el Congreso y no votaba al alcalde] es incapaz y no sabe lo que esta haciendo", a?adi¨® Warren Rudman.

El presidente, preocupado por la mala imagen de la capital -que refleja la impotencia de este pa¨ªs en la lucha antidroga convertida en una de las principales cruzadas de su mandato- ha dado autorizaci¨®n para hacer de Washington un -laboratorio de la batalla contra el crimen y el narotr¨¢fico. El zar de la lucha antinarc¨®ticos, el pol¨¦mico William Benett, un ide¨®logo conservador que fue ministro de Educaci¨®n con Ronald Reagan, quiere aplicar a la ciudad un tratamiento de choque.

Ha decretado una situaci¨®n de crisis declarando a la capital federal la primera ciudad del pa¨ªs de "alta intensidad" de tr¨¢fico de estupefacientes. "No tenemos que irnos a 500 kil¨®metros a luchar con aviones contra las drogas, patrullando las fronteras cuando tenemos el problema delante de nuestras narices", afirma Bennett. Este agresivo pol¨ªtico, que coordina con plenos poderes las diferentes agencias de la Administraci¨®n en la batalla antinarc¨®ticos, est¨¢ dispuesto a emplear recursos federales para limpiar la ciudad m¨¢s representativa de EE.UU.

45.000 detenidos en dos

Quiere m¨¢s fiscales para procesar a m¨¢s traficantes y m¨¢s jueces. Unas 45.000 personas relacionadas con el mercadeo de droga han sido detenidas en los dos ¨²ltimos a?os en Washington. Pero el ¨ªndice de homicidios se ha disparado (60 por 100.000 residentes, comparado con el 25 por 100.000 en Nueva York) y s¨®lo una minor¨ªa acaba en las c¨¢rceles locales, en las que ya no caben m¨¢s reclusos. "Les detenemos pero no van a prisi¨®n, no tienen miedo a la c¨¢rcel", dice el jefe de la polic¨ªa, Maurice Turner.

Bennet habla de convertir provisionalmente en prisiones, instalaciones militares abandonadas. Promete dinero federal para aumentar la fuerza local de 4.000 polic¨ªas, y asignar al Distrito de Columbia m¨¢s agentes del FBI y de la agencia antinarc¨®ticos (DEA). "Afrontamos una situaci¨®n cr¨ªtica que exige acci¨®n". Washington ha superado a Detroit como la capital del crimen norteamericana.

La batalla que la Casa Blanca y el Congreso quieren dar para instaurar la ley y el orden en la capital federal, choca con el pol¨¦mico alcalde, Marion Barry, sometido a una investigaci¨®n judicial por presunto consumo de coca¨ªna. La percepci¨®n existente de que es un usuario de coca "nos complica las casas", ha declarado Bennett en televisi¨®n el zar de la lucha antidroga. Y el ministro de Justicia repite que Barry, cuya amante fue condenada por tr¨¢fico de drogas y que recientemente abort¨® una operaci¨®n antidroga porque ¨¦l mismo estaba en la habitaci¨®n de un camello, en un hotel local, est¨¢ siendo inivestigado.