Los hijos de Federico S¨¢nchez
"La resistencia a Franco, la ¨¦pica de los vencidos, es la ¨²nica a nuestro alcance", dice Mu?oz Molina
Un grupo de estudiantes entr¨® corriendo un d¨ªa de hace unos 22 a?os en la facultad de Filosof¨ªa de la Complutense de Madrid. Hu¨ªan de los grises, la polic¨ªa, que a¨²n respetaba el fuero acad¨¦mico. Los estudiantes arrojaban a la polic¨ªa lo que encontraban: papeleras, tizas, asientos. Ese d¨ªa arrojaron un crucifijo, y la Prensa puso esc¨¢ndalo e ignominia en la fecha. Dos de los estudiantes presentes aquel d¨ªa, Vicente Molina Foix y Juan Jes¨²s Armas Marcelo, han ganado esta temporada los premios literarios Herralde y Plaza y Jan¨¦s, respectivamente, con dos dibujos de la Espa?a antifranquista. Con Beltenebros, de Antonio Mu?oz Molina, han coincidido en una tendencia: la que se podr¨ªa llamar los hijos de Federico S¨¢nchez.
Tanto Mu?oz Molina como Armas Marcelo reconocen haber tenido presente la figura de Federico S¨¢nchez, el m¨¢s c¨¦lebre alias utilizado por el hoy ministro de Cultura, Jorge Sempr¨²n, durante su tiempo de clandestinidad como dirigente comunista. Para distraer un largo escondite de S¨¢nchez en Madrid, Sempr¨²n escribi¨® El largo viaje, premio internacional Formentor que le lanzar¨ªa como novelista y guionista de ¨¦xito. Luego escribir¨ªa una Autobiograf¨ªa de Federico S¨¢nchez, Premio Planeta. La clandestinidad y la oposici¨®n a la dictadura son tambi¨¦n parte de las literaturas de Juan Goytisolo, Juan Mars¨¦ e lsaac Montero...Antonio Mu?oz Molina, que ya demostr¨® cierta inclinaci¨®n al secreto en sus anteriores novelas, y que habla de sus preferencias por Graham Greene y por Kim Philby, el esp¨ªa, reconoce "haber tenido presente" a Federico S¨¢nchez en su ¨²ltima novela, Beltenebros (Seix Barral), la borrosa historia de un antiguo republicano que env¨ªan a Madrid a matar a un hombre al que nunca ha visto, seg¨²n la eficaz primera frase de la que ya se abusa, y que tambi¨¦n es perseguido por otros. "Me inspir¨¦ en parte en la figura del personaje de Federico S¨¢nchez, alguien un poco dandi, con gabardina y gemelos de oro que hacen desconfiar. Supongo que mi personaje es de clase media alta, como S¨¢nchez". La resistencia a Franco, piensa Mu?oz Molina, "la ¨¦pica de los vencidos, los resistentes y los desterrados", es "la ¨²nica ¨¦pica a nuestro alcance". Por lo dem¨¢s, piensa que "estamos en una perspectiva que ya podemos convertir la resistencia a Franco en ficci¨®n".
Bajo toda historia tiene que haber un mito, piensa Mu?oz Molina. En la suya, es el mito del desterrado que regresa para convertirse en vengador; viene de Orestes y Ulises.
Coraz¨®n con miedo
Granadino de 33 a?os, Mu?oz Molina vino a Madrid a estudiar periodismo y al poco particip¨® en una manifestaci¨®n por la muerte del anarquista Puig Antich, en 1974, y result¨® detenido y llevado a la Direcci¨®n General de Seguridad. Le pegaron, luego le soltaron y le pusieron "un mult¨®n enorme" de 5.000 pesetas, la quinta parte de su beca anual de 25.000. "La experiencia de la detenci¨®n, contada en Beatus Ille, me dej¨® tal miedo en el coraz¨®n que no pod¨ªa hacer nada. Aquello es como que se caiga el cielo sobre uno: la gente que pasaba andando por la calle, el ruido de los autobuses... una experiencia terrible para m¨ª y al tiempo irrisoria comparada con lo que sufrieron otros".La quincena sovi¨¦tica, la novela de Vicente Molina Foix que se hizo con el ¨²ltimo Premio Herralde de novela, es tambi¨¦n el t¨ªtulo de un relato escrito en 1970 que permaneci¨® in¨¦dito en un caj¨®n durante 13 a?os hasta que Molina Foix comprendi¨® que lo que le gustaba era la idea. La quincena de la que se habla es una de homenaje a la cultura sovi¨¦tica por parte de un grupo de comunistas. No se menciona el tiempo, pero se adivina, por las alusiones al Che Guevara y al refer¨¦ndum sobre la Ley Org¨¢nica del Estado, que la historia se desarrolla desde 1966 hasta los primeros meses de 1968. "La ventaja de hacerlo con cierta perspectiva en el tiempo es que he podido hacer una reflexi¨®n m¨¢s amplia sobre las creencias religiosas, los dogmas -entre otros, el marxista-, de un personaje que no deja de creer en las razones que pese a todo hay en el marxismo. No se trata del desencanto -en el 68 nadie estaba desencantado a¨²n-, y por lo dem¨¢s yo no lo estoy tanto como otros dicen estarlo".
Guerreros y dioses
Juan Jes¨²s Armas Marcelo, ganador del ¨²ltimo Premio Plaza Jan¨¦s de novela con Los dioses de s¨ª mismos, se reconoce en el espejo de S¨¢nchez. Seg¨²n describe su obra, que a¨²n no se encuentra en librer¨ªas, la primera parte del libro procura ser "la memoria sentimental y ¨¦pica del 68; la segunda es la memoria real de la Junta Democr¨¢tica; y la tercera es el ascenso a los cielos de aquellos que fueron guerreros, h¨¦roes y finalmente dioses. El c¨®ctel final no es m¨¢s que una gran iron¨ªa". Armas Marcelo explica con su acento canario y bromista: "como no quiero perder la memoria, ni quiero que la pierdan quienes no deben, lo que he hecho es literatura".Armas Marcelo termin¨® la carrera de Cl¨¢sicas en Madrid en 1968, "por lo que vi mucho de lo que pas¨®", dice, y en mayo de 1971, en Canarias, pas¨® en su casa 14 meses de prisi¨®n atenuada preventiva por la publicaci¨®n, en una revista que dirig¨ªa, de un manuscrito de Jos¨¦ ?ngel Valente titulado El uniforme del general. En el juicio que sigui¨® le cayeron seis meses y un d¨ªa, que no tuvo que cumplir; inhabilitaci¨®n y p¨¦rdida de los derechos civiles, que recuper¨® con la amnist¨ªa de 1978.
Como los dem¨¢s, Armas Marcelo se autodefine como un "ex compa?ero de viaje" (simpatizante comunista, pero no militante activo), decepcionado por la implantaci¨®n de un nacionalismo incomprensible en la izquierda. En 1978 viaj¨® a Madrid. "Sigo teniendo el colmillo retorcido", comenta. "La vez pasada ya no pude votar a los socialistas, pero votar¨¦ siempre. Mi libro no tiene una intenci¨®n pol¨ªtica, sino ¨¦tica, por cuanto significa la reivindicaci¨®n de una memoria".
Babelia
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