"Juncal' ha sido para m¨ª un regalo", afirma Francisco Rabal
El actor, protagonista de la serie de TVE, se siente a gusto en el personaje del torero
A resultas de sus quehaceres laborales interpret¨® la serie, pero no la vio completamente montada; y cada s¨¢bado dice "presente" a la vera de su esposa infinita, Mar¨ªa Asunci¨®n. Como el resto de los espa?oles espera con impaciencia y hasta preocupacion, ante la peque?a pantalla, la obra de Jaime de Ar¨ªmi?¨¢n.Pregunta. ?Y le gusta Juncal?
Respuesta. Me gusta y, me gusto, que decir lo contrario me har¨ªa hip¨®crita. Juncal ha sido para m¨ª un regalo; es un personaje bordado con todos los matices que yo puedo expresar; es un personaje total.
P. Se ha dicho que usted, el ciudadano Rabal, es el retrato de Juncal, ese torero truncado, p¨ªcaro, mujeriego, tierno, golfo, simp¨¢tico, con grandeza de esp¨ªritu.
R. No, no; lo que ocurre es que he conocido ese mundo del personaje y esto me acerca a ¨¦l; y tambi¨¦n sucede que me gustan las chicas, pero bueno, ?qu¨¦?, llevo 38 a?os de matrimonio con Asunci¨®n.
En este instante de la conversaci¨®n el tel¨¦fono son¨®, Asunci¨®n reclam¨® a su marido y a uno le dio tiempo a anotar con la brava imagen del actor hombre en la cabeza: de ser mujer, es decir, su mujer, lo mejor y lo ¨²nico puro y perverso al tiempo para hablar de Paco Juncal ser¨ªa escribirle una carta de amor. Y a escardar.
La carta dir¨ªa as¨ª: "Los ¨²ltimos 63 a?os (tu edad, cari?o) de la historia de la gente son tu cara, geograf¨ªa de todas las cosas. Tu cara, arada por las aventuras doradas de mi imaginaci¨®n, en ti es vida vivida; tu cara es el palpitar de 45 a?os del teatro del mundo en las pantallas o en los escenarios, o en toda la tierra, d¨ªa y noche; tu cara es una mole labrada de recuerdos que rezuman futuro; tu cara es la autopista de 166 pel¨ªculas, es decir, de otras tantas vivencias rab¨¢licas; tu cara es la luz tras la tormenta".
Ya retorn¨® el hombre actor.
P. ?Le fastidiar¨ªa que habl¨¢ramos de pol¨ªtica?
R. S¨ª, porque es cierto que mantengo la militancia comunista, pero es rom¨¢ntica; cotizo y ya est¨¢. Bueno, tambi¨¦n firmo cosas, documentos, a pesar de que Bu?uel me dec¨ªa: "No firmes nunca, porque no sirve para nada". Bueno, por lo dicho, ?para qu¨¦ vamos a hablar? Estoy muy a la expectativa hoy.
P. ?De qu¨¦ viene esa ternura suya con sus hijos, con sus nietos?
R. No s¨¦ de qu¨¦ viene; de la familia, creo. Adem¨¢s, es quelos quiero mucho y estoy muy contento de ellos.
P. ?Su instinto sigue superando a su cultura?
R. Mi cultura es de autodidacta, por lo que leo, por la experiencia y por lo que escucho. El profesionalismo y la vocaci¨®n son los cimientos de lo que yo sea; mi padre, su sentido de la dignidad, de la honradez, del respeto a los otros, son esenciales tambi¨¦n.P. A prop¨®sito del profesio nalismo y de lo qu¨¦ acaba d apuntar, la llamada posmoderni dad ha propagado un desprecio del lenguaje, de la palabra, y ha ca¨ªdo en el comportamiento gro sero, irrespetuoso, agresivo consecuentemente y no dem¨®crata, claro. ?C¨®mo aprecia este panorama?R. Hay una especie de virus de la prisa en todo y todo se atropella; se practica una falta de respeto inquietante a veces. Pero no s¨¦ de qu¨¦ viene eso, no lo s¨¦.P. Usted ha conocido, vivido, pensado seguramente, muchas mujeres. ?Conoce a la mujer?R. Es un mundo muy dificil; conozco algunas reacciones gen¨¦ricas, pero profundizar es muy arduo. Admiro su capacidad de sacrificio y lo que trato es de entenderlas.
Tierra y familia
P. A pesar de su trayectoria m¨¢s bien tumultuosa, usted y Mar¨ªa Asunci¨®n, su esposa, se han mantenido unidos como una pi?a. ?Qu¨¦ explicar¨ªa ese fen¨®meno de actualidad resentida, y m¨¢s en su profesi¨®n.?
R. Eso ha sido posible, sobre todo, por el car¨¢cter de Asunci¨®n, carente de ego¨ªsmo, repleto de generosidad. Lo ha sacrificado todo: amaba el teatro y lo dej¨® para entregarse a m¨ª, al clan familiar, a mis amigos. Y, seg¨²n ella dice, se entreg¨® as¨ª por confianza en m¨ª; le enamor¨® mi vocaci¨®n, i:ni trabajo y el amor por mis padres. Nunca romper¨ªa con ella; ser¨ªa una canallada, por favor. No entiendo bien c¨®mo se puede dejar a una mujer porque se ha llegado a la madurez; pero eso pasa, es cierto.
P. Lo del clan familiar ha tenido siempre una fuerza presente en su vida; la sociedad posindustrial empero, no favorece esa uni¨®n cuasi sagrada que es una identidad en su vida; ?c¨®mo lo esclarecer¨ªa?.
R. Todo viene de nuestra tierra, de nuestra familia y de la pobreza que hace solidarias a las gentes, y m¨¢s a¨²n a personas regadas con la misma sangre. Cuando no hay m¨¢s remedio que repartir la escasez surge esa solidaridad y una especie de admiraci¨®n, y tambi¨¦n un cari?o muy singular. Este c¨²mulo de sentimientos y vivencias se enraiza y sobrevive, va con uno; por lo menos ese es nuestro caso, y el m¨ªo naturalmente. Por el contrario, con mucha frecuencia, la vida social suele enfriar los sentimientos.
P. ?Podr¨ªa decirse que su profesi¨®n eran las mujeres pero que el cine lo desbarat¨® todo?R. Desde peque?o me ha atra¨ªdo las mujeres y el cine, pero tambi¨¦n la poes¨ªa; la poes¨ªa es de lo que m¨¢s me gusta en el mundo.
El cine y Rabal son uno. Pero ?por qu¨¦ subvencionar el cine y no a un sastre, artista igualmente? Esta bestia del espect¨¢culo lo ve todo meridiano: "El cine es un medio para dar a conocer a Es pa?a, su identidad, m¨¢s all¨¢ de las fronteras; pero si no se sub venciona no hay cine porque fal ta una industria". Nunca lleg¨® a entender bien a Jean Luc Godard; nunca ha pqr¨ªsado en hacer un diccionario, pero de llegar a tal extremo "lo har¨ªa de lenguaje cinematogr¨¢fico, que es de lo que m¨¢s s¨¦". Empez¨® ganando 32,50 pesetas diarias en el cine y hoy s¨®lo se atreve a decir que es "de los actores m¨¢s pagados". En los a?os setenta roz¨® el declive, "lo pas¨¦ mal, triste, melanc¨®lico, tuve que pedir dinero prestado".
Hoy elige las pel¨ªculas en funci¨®n del gui¨®n y del director. No desear¨ªa dejar de hacer cine nunca: "Ser¨ªa como mor¨ªr". Su fuerza reside "en el interior; me meto en el personaje, dentro de su piel, hasta olvidarme de m¨ª". Asunci¨®n, las mujeres, el cine, ?qui¨¦n le ense?¨® m¨¢s a Rabal? "La vida, donde est¨¢ todo eso y m¨¢s".
P. Hoy, con la perspectiva de una trayectoria apasionada, alborotada en ocasiones, ?barrunta laber sido un perdedor en alguna medida?R. No he perdido mi vida, la he ganado; nunca me he negado como hombre con ganas de vivir; y a¨²n sigo. Pero me ha gustado ser persona antes de nada, un gozador de la vida y no de una sola cosa.
P. ?Le sirve de algo el Diccionario de sexolog¨ªa que le regal¨® Bu?uel?
R. ?Pero si me ha desaparecido y no puedo consultar! Me confirm¨® lo que la vida ya me hab¨ªa ense?ado.
P. ?Qu¨¦ necesita aprender con m¨¢s urgencia?
R. Cuidarme f¨ªsicamente, dejar de fumar, por ejemplo.
P. Usted ha v¨ªvido a dentelladas. ?Cu¨¢l es la factura m¨¢s cara que le ha pasado la vida?
R. Los dos accidentes de autom¨®vil; pero tambi¨¦n es cierto que la quietud, la familia y los amigos que me rodeaban, y la reflexi¨®n, me serenaron. Recuerdo que un banquero, en el trance, lleg¨® a cerrarme las puertas, aunque ten¨ªa con qu¨¦ garantizar lo que hubiese deseado.
P. Usted, al tratarlo, desprende algo de Picasso. ?Qu¨¦ es?
R. No s¨¦, lo conoc¨ª poco. Me gustar¨ªa parecerme a Bu?uel en su honestidad y respeto a los dem¨¢s.
P. ?Cu¨¢nto dinero habr¨¢ dilapidado con sus amigos?
R. Casi todo, pero eso habr¨ªa que pregunt¨¢rselo a Asunci¨®n, que es mi administradora. En Par¨ªs, un d¨ªa me dec¨ªa: "Gastamos mucho, Paco"; y yo le respond¨ª: "?Y lo bien que lo pasamos!".
Celoso a¨²n
P. El anonimato ?c¨®mo lo aprecia?
R. No lo deseo; estoy contento con mi trabajo. Y la celebridad es una consecuencia de esa labor vocacional; sin duda alguna me gusta ser estimado y conocido.
P. ?Qu¨¦ clase social le gusta m¨¢s para divertirse, juerguear llegado el caso, alternar, y para aprender, eso que a usted tanto le obsesiona.?
R. Iba a decir los artistas, pero no es eso, sino lo creadores.
P. ?Cu¨¢ndo dej¨® de ser celoso?
R. Si a¨²n lo soy, aunque Asunci¨®n no me da motivos. De peque?o ya era celoso, porque a mi hermano le daban dos huevos y a m¨ª uno solo.
P. Mirando al futuro, y aunque s¨®lo fuere llegar a alcalde de su pueblo, Aguilas, ?no le cosquillea la pol¨ªtica?.
R. No, no me tienta, soy extrovertido; y para ejercer de pol¨ªtico hay que tener de jugador de p¨®ker, hay que mentir, hay que fingir, y m¨¢s; pero que conste que admiro a los pol¨ªticos que han luchado.
P. ?A la postre, es usted lo m¨¢s pr¨®ximo a la felicidad?
R. No creo que mi estado sea el de un privilegiado, pero al llevarme con mi familia y amigos, y por tener trabajo y salud normal, s¨ª que estoy cerca de la felicidad.
P. Qu¨¦ asco la muerte, ?no?
R. S¨ª, qu¨¦ asco; pero como sentenciaba una t¨ªa m¨ªa cada vez que alguien torc¨ªa el gesto cuando se llegaba a este t¨¦rmino: "Todo el mundo tenemos que nacer, todo el mundo tenemos que morir".
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