Atinar la cr¨ªtica
Al leer el 11 de marzo su columna Desafueros me debat¨ª largo rato sobre si m¨¢s conven¨ªa obviar toda r¨¦plica que fuese distinta de las manifestaciones de apoyo y simpat¨ªa que sin duda habr¨¢ usted cosechado una vez m¨¢s con sus ¨¢giles y oportunas diatribas, o si era digno de intentarse que usted misma pudiese plantearse las cosas de otra. manera.Soy magistrado y de la misma generaci¨®n que usted y por eso mismo no consigo aceptar lo injusto e irreal de su ataque. Ni acepto jugar a su antojo el papel de c¨®mplice de los violadores, ni me parece equitativo que de mi dedicaci¨®n profesional sea faceta dest¨¢cable la de insultar a las v¨ªctimas de violaci¨®n. Y conste que se lo digo muy a sabiendas de no formar parte de esas honrosas excepciones a las que usted salva de la quema, pues fuese la que fuese esa m¨ªnima minor¨ªa, yo no formo parte de ninguna, ni conozco tampoco mayor¨ªa alguna de quien usted pueda verazmente predicar tan hostil y arbitraria descalificaci¨®n.Pero no son mis valoraciones, sino las suyas, las que interesan, y por eso, no queri¨¦ndole suponer en s¨®lo f¨¢ciles demostraciones de hasta d¨®nde est¨¢ dispuesta a llegar por sus creencias, le invito a meditar sobre el papel que reserva su comentario a las casi 500 mujeres que hoy son jueces y magistrados en Espa?a (un porcentaje superior al 20% del total) o c¨®mo podr¨ªa explicarse tanta torpeza, perversidad y atraso moral sin arrojar a la vez grandes sombras sobre la propia sociedad espa?ola, de donde provienen, en un estamento judicial cuyos jueces propiamente dichos cuentan con un promedio de edad actual en torno a los 28 a?os, situ¨¢ndose los magistrados en promedio inferior a los 45 a?os. Podr¨¢ as¨ª concluir que los hombres y mujeres que se dedican a juzgar constituyen un variad¨ªsimo mosaico de actitudes y planteamientos sin hilo conductor que permita denigrarlos a todos por despecho hacia alguno o algunos pocos. Y sobre todo le invito a reflexionar sobre el da?o que a la causa de las mujeres violadas, a la de sus propios acusados y a la de la sociedad democr¨¢tica entera va a ocasionar que a un poder constitucional precisado como ninguno de credibilidad y respaldo colectivo se le haga suponer err¨®neamente en manos de ves¨¢nicos, reaccionarios y morbosos.
Persevere usted en sus cr¨ªticas, que buena falta nos hacen, pero at¨ªnelas, o, caso contrario, comience a replantearse su buena conciencia y la seriedad de su trabajo- Luis Javier Murgoitio Estefan¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.