Ir¨¢n, v¨ªsperas de sangre
La aceptaci¨®n por Ruhollah Jomeini de la dimisi¨®n como su sucesor ¨²nico del gran ayatol¨¢ Hussein Afi Montazeri, acaecida ¨¦l lunes en Teher¨¢n, sit¨²a al r¨¦gimen republicano iran¨ª ante una peligrosa encrucijada.Montazeri, nacido en Najafabad, cerca de Ispahan, hace 66 a?os, apodado Gorb¨¦ (gato), de extracci¨®n social campesina, talante campechano y da?ado por un parkinson progresivo, fue designado sucesor ¨²nico de Jomeini por los 83 miembros de la Asamblea de Expertos en el mes de octubre de 1985.
Hasta entonces, su prestigio moral personal y su sinceridad de hombre ciertamente provinciano, pero de ideas pol¨ªticas avanzadas en materia social, hab¨ªan asegurado a Montazeri una imagen afable ante la base social del r¨¦gimen, campesinado y subproletariado urbano.
Panislamista convencido, partidario del r¨¦gimen del Velayate Faqui, el Liderazgo del Gu¨ªa, Montazeri se distingui¨® durante la gestaci¨®n de la revoluci¨®n iran¨ª por su car¨¢cter dialogante, su sinceridad pluralista y su vocaci¨®n de consejo. Trab¨® amistades con liberales, comunistas y progresistas en la c¨¢rcel, donde pas¨® numerosos per¨ªodos y se forj¨® una personalidad pol¨ªtica virada hacia la izquierda social, doctrinalmente hacia un islam de rostro humano, antiimperialista en la arena internacional y muy atento a la burgues¨ªa comercial aut¨®ctona iran¨ª, amalgamada en torno al poderoso bazar.
Marcado por la desgracia personal desde que su hijo Mohamad, l¨ªder de los Guardianes de la Revoluci¨®n, conocido como Ringo, resultara muerto con otros 72 dirigentes iran¨ªes por la explosi¨®n de una bomba en la plaza teheran¨ª de Bahrest¨¢n, en junio de 1981, su desgracia pol¨ªtica ante Jomeini -a quien dijo admirar siempre-, comenz¨® en noviembre de 1986, cuando el hermano de su yerno, Mehdi Hashemi, fue detenido en Teher¨¢n.
El 'Irangate'
La detenci¨®n, explicada oficialmente en t¨¦rminos de corrupci¨®n, ocultaba de: hecho la imputaci¨®n que se le hac¨ªa de desvelar el esc¨¢ndalo Irangate, de env¨ªo de armas estadounidenses a Ir¨¢n pactado por Raflanjani con el enviado de Ronald Reagan a Teher¨¢n, Robert McFarlane. Hashemi, enemigo ac¨¦rrimo de Estados Unidos y partidario de terminar la guerra ceintra Irak, que ocupaba a la saz¨®n la jefatura del departamento de Movimientos de Liberaci¨®n de la Guardia Revolucionaria, se autocritic¨® ante las c¨¢maras de la televisi¨®n iran¨ª y reconoci¨® :sus errores. Empero, ello no pudo conmutar su pena de muerte, ejecutada un a?o largo despu¨¦s.
Desde entonces, las horas pol¨ªticas de Montazeri parec¨ªan contadas. Muchos de sus colaboradores, desde el jefe de su oficina pol¨ªtica hasta su m¨¦dico personal, se vieron arrastrados a la desgracia pol¨ªtica o a los pelotones de ejecuci¨®n, pese a lo cual Montazeri no se arredr¨® ni dej¨® de criticar los aspectos m¨¢s contestados del r¨¦gimen, se?aladamente las ejecuciones de opositores o los planes pol¨ªticos de Hashemi Raflanjani, el poderoso hoyatoleslam presidente del Parlamento y jefe de las Fuerzas Armadas, encaminados a abrir Ir¨¢n a la penetraci¨®n del dinero Occidental y a la reconciliaci¨®n diplom¨¢tica y estrat¨¦gica con Washington.
Se asegura que fue Montazeri en persona quien apoy¨® la truncada carrera hacia la jefatura de Gobierno de Teher¨¢n del ex ministro de Sanidad nacionalista Sami, asesinado recientemente de 18 pu?aladas en su despacho teheran¨ª.
La encrucijada en la que hoy se encuentra el r¨¦gimen isl¨¢mico reside en que la ca¨ªda de Montazeri preludia la ca¨ªda de su principal aliado, Mir Hussein Mussavi, el primer ministro que ha mantenido una l¨ªnea constante de pugna pol¨ªtica contra Raf¨ªsanjani. El cese fulminante el domingo pasado de Mohamed Lariyani, hombre de Mussavi y numero dos del Ministerio de Asuntos Exteriores, as¨ª como el de Mahallati, embajador ante Naciones Unidas, lo vaticinan de consuno.
Lo que m¨¢s inquieta, empero, es la admonici¨®n que le formul¨® Jomeini a Montazeri el pasado lunes, en la carta en la que le agradec¨ªa y aceptaba su dimisi¨®n: "Le aconsejo que limpie su casa y mantenga apartados de ella a aquellos que se esconden bajo el islam para agredir nuestra rep¨²blica". Con el precedente de lo sucedido a su pariente Mehdi Hashemi, las palabras de Jomeini auguran sangre en el entorno del ayatol¨¢ Ol Ozma Hussein Ali Montazeri.
Muchos iran¨ªes temen que sobre el futuro de Ir¨¢n se proyecte la sombra de una conflagraci¨®n a muerte en el seno del r¨¦gimen., con el hoyatoleslam Hashemi Rafsanjani en el centro del escenario del poder.
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