La batalla del 'bing-data'
Industriales del sector del bingo se querellan contra la Comisi¨®n del Juego por prevaricaci¨®n
Industriales del sector del bingo han presentado una querella criminal contra el secretario t¨¦cnico de la Comisi¨®n Nacional del Juego, Santiago Mendioroz, por un supuesto delito de prevaricaci¨®n (adoptar una decisi¨®n a sabiendas de que es injusta). Mendioroz dict¨® una serie de normas intentando erradicar el uso abusivo de ordenadores -bing-data- entre los jugadores de bingo. La pol¨¦mica por el uso del bing-data amenaza con desbordarse y crispar a¨²n m¨¢s las tensas relaciones que mantienen sectores empresariales del juego y el nuevo equipo ministerial, que intenta reordenar y controlar la industria, que en su opini¨®n ha crecido de manera an¨¢rquica en los ¨²ltimos a?os.
El ordenador como instrumento de ayuda de los jugadores de bingo -bing-data- es un invento espa?ol que apareci¨® en 1985, comercializado a trav¨¦s de las empresas MMSA y ABINSA. Este tipo de ordenadores se populariz¨® a partir de 1987, gracias a la tolerancia de la Administraci¨®n, que acept¨® y permiti¨® su instalaci¨®n en las salas como "elementos auxiliares del jugador". El bing-data se ofrec¨ªa a los jugadores en r¨¦gimen de alquiler de 25 pesetas por partida y cart¨®n.Los empresarios del bingo acogieron favorablemente la presencia de estos ordenadores, ya que reanimaban el sector, incrementaban ostensiblemente sus ingresos, pues posibilitaban que sus clientes concursaran f¨¢cilmente en cada partida con un centenar o m¨¢s de cartones -"usted puede jugar tantos cartones como desee", asegura la propaganda del aparato-, mientras que habitualmente se suele participar con uno o dos cartones. S¨®lo los jugadores muy especializados logran memorizar un m¨¢ximo de seis cartones al mismo tiempo. El bing-data controla, a partir de los datos facilitados por los jugadores, cada uno de los cartones y avisa cuando est¨¢ a punto de cantarse una hilera.
Incremento de beneficios
Gracias a estos ordenadores -se instalaron en m¨¢s de un 20% de las 632 salas de toda Espa?a- se llegaron a incrementar las recaudaciones de los bingos entre el 15% y el 20%, seg¨²n han confirmado a este peri¨®dico portavoces de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones de Empresarios del Juego. Pero al mismo tiempo empezaron a cometerse, con la ayuda de los bing-data, una serie de abusos que perjudican al peque?o jugador y colocan en peligro la misma naturaleza del juego.Como consecuencia de estos abusos, la Comisi¨®n Nacional del Juego dict¨® el pasado 13 de diciembre de 1988 una circular, que remiti¨® a los gobiernos civiles, en la que se proh¨ªbe la instalaci¨®n de nuevos ordenadores en las salas de bingo y se limita a cuatro el n¨²mero de cartones que puede jugar cada persona simult¨¢neamente con la ayuda de sistemas electr¨®nicos. Esta prohibici¨®n se mantendr¨¢ mientras no se tramite un nuevo expediente de homologaci¨®n de los ordenadores. La circular recuerda, adem¨¢s, la plena vigencia del reglamento de bingos de 1979, de la que emana el criterio de que los n¨²meros de los cartones deben ser memorizados por los,jugadores, y se establece espec¨ªficamente que las cifras de estos cartones deben ser tachadas manualmente.
La circular ha sido escrupulosamente acatada en aquellas comunidades donde las competencias del juego no est¨¢n traspasadas, pero los fabricantes y distribuidores del ordenador han presentado una querella contra el secretario t¨¦cnico de la comisi¨®n, al que acusan de un supuesto delito de prevaricaci¨®n. Los denunciantes aseguran que la decisi¨®n de la Admini¨¢traci¨®n les ha ocasionado un perjuicio de 72 millones de pesetas. Afirman que la Administraci¨®n autoriz¨® en su d¨ªa la instalaci¨®n y utilizaci¨®n de estos aparatos, por lo que en su opini¨®n ahora no puede prohibirlos unilateralmente. La. querella ha sido admitida oficialmente a tr¨¢mite y Santiago Mendioroz deber¨¢ declarar el pr¨®ximo d¨ªa 11 ante el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 28 de Madrid.
Cr¨ªticas a una disposici¨®n
En opini¨®n del catedr¨¢tico Miguel Bajo, que defiende los intereses del bing-data, la circular de Mendioroz "elude o prescinde total y absolutamente del procedimiento prescrito para la revisi¨®n de decisiones administrativas" y coarta las "garant¨ªas de audiencia y defensa, previstas en la Constituci¨®n". La acci¨®n judicial entablada por estos industriales ha sido acogida favorablemente por los empresarios del sector del juego, que mantienen desde hace unos meses una dura pol¨¦mica con el nuevo equipo ministerial que trata de ordenar y coordinar esta industria. Los empresarios aseguran que la pol¨ªtica ministerial pretende disminuir el sector privado del juego para incrementar el promovido por la Administraci¨®n.Representantes de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones de Empresarios del Juego -CEJ- se han dirigido a la Comisi¨®n Nacional solicitando que reconsidere su postura y reclamando que se permita la instalaci¨®n de estos ordenadores en las salas. La Confederaci¨®n coincide, sin embargo, en la preocupaci¨®n de la Administraci¨®n por el uso abusivo de los ordenadores y recomienda que se imponga un tope de 36 cartones por jugador y de 15 m¨¢quinas por sala.
En Catalu?a, donde las competencias del juego han sido ya traspasadas, el uso del bing-data est¨¢ controlado por un acuerdo de la propia Asociaci¨®n de Empresarios de Bingo, que acord¨® establecer que los clientes s¨®lo podr¨¢n jugar un m¨¢ximo de 30 cartones simult¨¢neamente y que en las salas no podr¨¢ haber m¨¢s de 10 m¨¢quinas de este tipo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.