Armas sueltas en Hait¨ª
El general Prosper Avril promete que habr¨¢ elecciones, pero no dice cu¨¢ndo
Un millar de armas, aproximadamente, andan sueltas y fuera del control del Gobierno haitiano que preside el general Prosper Avril. Un n¨²mero indeterminado de soldados, fundamentalmente los pertenecientes a la unidad de elite antiguerrillera Leopardos, han desertado y desaparecido de la escena, mientras se mantiene la ambig¨¹edad de la actitud de esa unidad, acantonada en sus cuarteles del este de Puerto Pr¨ªncipe, sin que oficialmente se hayan rendido. ?sta es la situaci¨®n que ha llevado al general Avril a mantener el toque de queda entre las nueve de la noche y las cinco de la madrugada. El presidente ha prometido que habr¨¢ elecciones, pero no dijo cu¨¢ndo.
"No ser¨ªa serio convocar elecciones ahora", manifest¨® Avril ante los periodistas convocados el lunes al palacio presidencial de la capital haitiana. Considera que previamente hay que hacer un gran y serio trabajo para crear el clima necesario que permita la convocatoria a las urnas. "Es un trabajo que no concierne s¨®lo al presidente y al Gobierno, sino a todos, a las fuerzas pol¨ªticas y sociales, y cuanto m¨¢s r¨¢pido trabajemos, m¨¢s r¨¢pidamente llegar¨¢n las elecciones", se?al¨® el presidente."Lo peor ha pasado ya", ¨¦ste es el sentimiento m¨¢s generalizado entre la gente de Puerto Pr¨ªncipe. Lo que venga a partir de ahora es otra cuesti¨®n a la que responde con cierta esperanza mezclada con el pesimismo y el escepticismo que imponen la carastr¨®fica situaci¨®n econ¨®mica de un pa¨ªs que est¨¢ considerado como el m¨¢s pobre del hemisferio occidental.
Las calles han recuperado su apariencia de normalidad. Pero el miedo no ha desaparecido del todo. Los taxistas no lo ocultan y prefieren evitar la plaza de Campo de Marte, en el coraz¨®n de la capital, donde se encuentra el palacio presidencial, cuartel rebelde Dessalines, el cuartel general de la polic¨ªa. Su excusa es que "los militares no quieren que circulen veh¨ªculos por la zona, por que los peatones son m¨¢s f¨¢ciles de controlar.
Despu¨¦s de la batalla
Delante de la fachada principal del palacio presidencial siguen vigilantes dos tanquetas artilladas, un ca?¨®n sin retroceso y un par de bater¨ªas antia¨¦reas montadas sobre el cuidado c¨¦sped de la residencia oficial de los jefes de Estado. En los jardines de la plaza colindante aparece de cuando en cuando un soldado con uniforme de combate y armado con fusil autom¨¢tico.El palacio presidencial mantiene su inmaculada blancura y no se aprecian impactos de balas o granadas. Tras la verja posterior y con apenas tres metros de separaci¨®n por un corredor se encuentra el cuartel Dessalines, segunda unidad en importancia del Ej¨¦rcito haitiano tras la guardia presidencial, levantada en armas contra el general Abril junto a los leopardos, y escenario de los combates de la noche del viernes al s¨¢bado ¨²ltimos.
El cuartel est¨¢ ahora vac¨ªo, vigilado por soldados de la guardia presidencial. La unidad, que contaba con 900 hombres, ha desaparecido. En su conferencia de prensa, el general Avril explic¨® que para evitar un ba?o de sangre, la artiller¨ªa s¨®lo emple¨® granadas de salvas. Cifr¨® el n¨²mero de bajas s¨®lo en siete muertos, uno de ellos civil, y 75 heridos. Cifras basadas en testimonios recogidos en hospitales apuntan que el n¨²mero de v¨ªctimas mortales puede situarse cerca del centenar.
La ¨²nidad antiguerrillera Leopardos, que contaba con 450 hombres, ha visto desertar a un n¨²mero sin precisar de sus hombres en el transcurso de la pasada semana. Naturalmente, desaparecieron con sus armas.
El propio general Avril reconoci¨® ante los periodistas que hab¨ªa un n¨²mero no despreciable de armas fuera de control. Dijo que han recibido llamadas de personas que vieron esconder armas en casas vecinas. Las casas fueron registradas y en ellas se recuperaron algunas. E incluso p¨®lvora y transmisores de radio.
Esas armas en manos desconocidas viene a sumarse a los millares de ellas importadas en los ¨²ltimos a?os del duvalierismo para los tontons macoutes y la guardia leal al dictador. Tambi¨¦n en este caso s¨®lo fue recuperada una m¨ªnima parte.
A pesar de estas circunstancias y de los dram¨¢ticos y tensos d¨ªas pasados en la capital haitiana, no existen puntos de control militar en las principales arterias de la ciudad. Tampoco en el aeropuerto, que permaneci¨® cerrado hasta el lunes era apreciable un gran celo vigilante.
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