Moralina barroca

Alberto Cortez

Recital de Alberto Cortez. Teatro Alcal¨¢ Palace. Madrid. 14,15 y 16 de abril.

Alberto Cortez est¨¢ en plenitud de facultades, tantas facultades que le hacen merodear peligrosamente por los terrenos de la desmesura y el melodrama. Claro est¨¢ que estas cosas gozan de predicamento en algunos sectores de la ciudadan¨ªa. Cortez sale al escenario como el primer d¨ªa, de negro riguroso. Juega la baza de su voz y de su filosof¨ªa. Su voz en un torrrente capaz de abrumar por los excesos. Su filosof¨ªa propende al recitario did¨¢ctico y sentimental. Por eso da la impresi¨®n de que Alberto Cortez no se sube a un escenario sino a un p¨²lpito desde el que imparte doctrina, sugiere consejos y se engolfa en valoraciones socioculturales dotadas de un sincretismo pretencioso.Sin embargo, Cortez es ya un cl¨¢sico de irreprochable trayectoria. Es autor de canciones bellas como En un rinc¨®n del alma. Es artista pundonoroso. Pero su debilidad por la grandilocuencia y la l¨¢grima f¨¢cil, se alejan de la sensibilidad en boga. U sobra mucha pedagog¨ªa. Un concierto nunca se debe convertir en una catequesis. Por lo dem¨¢s, Cortez presenta un espect¨¢culo digno y trabajado. Y a la hora de repartir elogios no se recata en distribuirlos con liberalidad: Desde Pablo Neruda a la madre Teresa de Calcuta.