Un proyectil sirio acab¨® con la vida del embajador de Espa?a Beirut
Pedro Manuel de Ar¨ªstegui, embajador de Espa?a en Beirut, ha muerto como un verdadero liban¨¦s: entre las bombas, preparando un almuerzo para sus seres queridos. Dos de ellos, su cu?ada y su suegro, han fallecido como consecuencia de? mismo ataque. Un ob¨²s sirio de 240 mil¨ªmetros se abati¨® al mediod¨ªa de ayer sobre la embajada, situada en el barrio cristiano de Hadath, un blanco inmejorable, puesto que la representaci¨®n oficial espa?ola en L¨ªbano se encuentra en medio de la franja de combate que en las ¨²ltimas semanas ha convertido esta ciudad en un infierno.De Ar¨ªstegui, de 61 a?os, fue alcanzado en el cerebro y rindi¨® su alma en la mesa de operaciones del hospital del Sagrado Coraz¨®n de Beirut. Su esposa libanesa, Yumana, est¨¢ muy grave en el momento de redactar estas l¨ªneas. Uno de sus guardaespaldas tambi¨¦n ha muerto y el otro se encuentra herido. Sus dos hijos peque?os, sin embargo, s¨®lo han sufrido rasgu?os.
Desde Beirut oeste -adonde la artiller¨ªa del general cristiano Michel Aun llega puntualmente en busca de objetivos sirios encontrando s¨®lo v¨ªctimas civiles- los intentos de establecer contacto con nuestra embajada, sita en el sector este, han resultado tan frustrantes como pat¨¦ticos. "?Cuidaos!", nos gritaron. Y eso es todo.
De Ar¨ªstegui, diplom¨¢tico vasco que vivi¨® duras jornadas como embajador en Nicaragua y fue secuestrado en 1984 en Beirut por un breve lapso, sol¨ªa contar que su master de violencia lo hizo en Euskadi y en el pa¨ªs centroamericano. Era un tipo especial, seguramente m¨¢s casado con el peligro que con la profesi¨®n, mero instrumento. Antes del secuestro desde?aba cualquier tipo de escolta, pero despu¨¦s se rode¨® de un grupo de mercenarios armados con kalashnikov que llevaban en la solapa un emblerna con la bandera espa?ola.
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Ayer cayeron 40 bombas por minuto sobre Beirut
Viene de la primera p¨¢ginaLa ma?ana de su muerte, la enviada especial de EL PA?S trat¨® in¨²tilmente de ponerse en contacto con ¨¦l para decirle que ten¨ªa algo que entregarle: un ejemplar del dominical de un peri¨®dico italiano dedicado al heroismo de los embajadores en el L¨ªbano. No hubo respuesta. A ¨¦l, tan histri¨®nico, le habr¨ªa encantado.
En Beirut oeste supimos de sus graves heridas mientras las bombas cristianas se acercaban cada vez m¨¢s al objetivo principal de esta aciaga jornada: e¨ª destruido hotel Commodore, hoy cuartel general sirio. Ahora mismo retruena fuertemente la artiller¨ªa cruzada y caen los proyectiles como pasteles de nata en una vieja pel¨ªcula muda. Pero esto es una pesadilla.
La ciudad est¨¢ solitaria, poblada s¨®lo de criaturas bajo tierra. Si alguien camina por la calle, se dirige hacia el refugio. Hay quien corre descaradamente y quien trota al paso ligero, con cierta dignidad, como si los lejanos guerreros estuvieran contempl¨¢ndole. Pero por primera vez el L¨ªbano libra una guerra sin rostro. Ya no es como la guerra de antes. Esto es la guerra de ahora,y nadie parece preparado para soportarla. Y es bien cierto que a Pedro Manuel de Ar¨ªstegui le habr¨ªa gustado conocer el resultado final.
El proyectil de 240 mil¨ªmetros y 130 kilos de peso fue disparado desde las posiciones sirias o de sus milic ?as aliadas drusas del Partido Progresista liban¨¦s, media hora despu¨¦s del ¨²ltimo anuncio de alto el fuego de los enfrentamientos que en un mes se han cobrado al menos 230 muertos y 913 heridos. En la jornada de ayer, bombas, granadas y misiles cayeron sobre la ciudad a un ritmo de 40 por minuto, informa Reuter.
Eran las 12,30 hora local (11,30 hora peninsular espa?ola). La bomba atraves¨® el tejado de la residencia, alcanz¨® el sal¨®n, donde se encontraba Ar¨ªstegui y sus invitados, y perfor¨® el suelo de un metro de espesor, para explotar en el refugio subterr¨¢neo. Este tipo,de proyectil, con efecto retardado, s¨®lo es utilizado por las fuerzas regulares del Ej¨¦rcito liban¨¦s, dividido como la propia sociedad en cristiano y musulm¨¢n. Seg¨²n uno de los expertos militares que acudi¨® a la embajada a dar el p¨¦same, "s¨®lo los sirios" disponen de estos proyectiles.
Ar¨ªstegui, destinado en ese pa¨ªs levantino desde hac¨ªa cinco a?os, esperaba la llegada de varios espa?oles para el almuerzo, cuando el proyectil alcanz¨® la casa, situada en Hadeth, un barrio residencial de las afueras de la capital libanesa,_en el sector cristiano, informa ?ngeles Espinosa desde El Cairo. "Es horrible. El destrozo ha sido enorme", manifest¨® por tel¨¦fono Yola, la secretaria personal del embajador, v¨ªctima de un evidente nerviosismo.Los ni?os, a salvo
Junto al veterano diplom¨¢tico espa?ol, de 61 a?os, fallecieron en el mismo incidente su suegro, el escritor liban¨¦s Tufic Yusef Awad, su cu?ada Samia y uno de sus guardaespaldas. Su mujer, Yumana, y sus dos hijos resultaron heridos. "La se?ora est¨¢ muy grave, pero los ni?os s¨®lo tienen rasgu?os, gracias a Dios", relat¨® Yola, con la voz entrecortada. Los peque?os dorm¨ªan anoche en el refugio de la residencia. Diego, de tres a?os, pregunt¨® por sus padres "enfermos". Tanto el resto del personal de la Embajada, como los otros miembros de la colonia espa?ola se encuentran a salvo, aunque las condiciones de vida se hacen cada vez m¨¢s duras.
El embajador muri¨® en la mesa de operaciones del hospital del Sagrado Coraz¨®n donde fue trasladada toda la familia. El doctor Billani, que particip¨® en la operaci¨®n, inform¨® a la agencia Efe que el embajador ten¨ªa la cabeza completamente destrozada y graves heridas en el cuello. El cerebro qued¨® desencajado, lo que caus¨® un paro del ftincionamiento de los sistemas respiratorio y cardiovascular. Billani lament¨® el "tiempo precioso" perdido desde el momento de la explosi¨®n hasta el traslado de las v¨ªctimas al hospital. "Hemos hecho todo lo posible por salvarlo, pero ya no estaba en nuestras manos", dijo.
La esposa del embajador fue intervenida y se encuentra en estado cr¨ªtico. Al ser hospitalizada presentaba la tr¨¢quea cortada y cortes graves en la nar¨ªz.
La electricidad reducida a un m¨ªnimo de una hora diaria en los ¨²ltimos d¨ªas, fue cortada ayer por falta de combustible en la central generadora de Suk, que abastece al 80% de la poblaci¨®n libanesa. El buque franc¨¦s Penhors, -que transporta petr¨®leo con destino a esa estaci¨®n el¨¦ctrica, sigue sin poder acercarse al puerto de Yuni¨¦, debido a los ataques contra el litoral desde las zonas controladas por el Ej¨¦rcito sirio.
El d¨ªa de ayer fue especialmente mort¨ªfero, m¨¢s de 30 personas cayeron v¨ªctimas, tanto en la zona cristiana como en la musulmana, de esta tr¨¢gica guerra civil. Ca?ones, obuses y bombas llovieron incesantemente sobre la capital libanesa y los heridos sobrepasan el centenar.
Mientras Beirut ard¨ªa, el l¨ªder espiritual de la dominante comunidad cristiana de L¨ªbano, el patriarca maronita Nasrallah Butros Sfeir, afirm¨®: "L¨ªbano est¨¢ cay¨¦ndose a trozos y en ¨¦stos se incuye todo, incluso las vidas humanas. ?Adonde quieren llegar con esta guerra inutil? ?Van hacia la aniquilaci¨®n total?".
Ayer, nadie atendi¨® el alto el fuego. "Hemos pedido a todos aquellos que tienen poder que utilicen toda su presi¨®n para frenar este ba?o de sangre y esta salvaje matanza", dijo el presidente del Parlamento liban¨¦s, Husein Huseini.
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