Regularidad de Espartaco y poca casta de los toros, t¨®nica de la feria

JUAN M?NDEZ, La feria taurina de Sevilla concluy¨® ayer con un bagaje mediocre en cuanto a las reses lidiadas, que en general tuvieron falta de casta, mansedumbre, y un denominador com¨²n: su flojedad y en muchos casos la invalidez. A pesar de la falta de toros, la feria ha contado con detalles dignos de elogio, como la ratificaci¨®n de la regularidad triunfadora de Juan Antonio Ru¨ªz Espartaco, que cort¨® cuatro orejas en las cuatro corridas que fidi¨® en el abono, inclu¨ªdo el domingo de Resurreci¨®n.

La feria comenz¨® con la esperanzadora reaparici¨®n del sanluque?o Jos¨¦ Luis Parada, que cuaj¨® una gran faena en la corrida del domingo d¨ªa 9 a un toro portugu¨¦s de Jo¨¢o Romao de Moura. Las mediocres actuaciones de Miguel B¨¢ez Litri y Rafi Camino, que desaprovecharon la oportunidad de consagrarse como figuras, a pesar de que tuvieron buenos toros.

La Feria vivi¨® el reconocimiento a la tauromaquia cl¨¢sica de Julio Robles por parte de la afici¨®n de Sevilla, que hasta este a?o no hab¨ªa podido degustar el purismo de su toreo. Sus dos faenas a los toros de Gonz¨¢lez-S¨¢nchez Da1p fueron de toreo hondo, gustoso, y relajado.

Curro Romero aprovech¨® su ¨²ltima actuaci¨®n, de las cuatro de que dispuso en el abono, para congraciarse con una afici¨®n que empezaba a perder su f¨¦ en el Fara¨®n. Curro esper¨® a su ¨²ltimo toro en la feria, del hierro de Torrestrella, para cuajar una de las faenas que perdurar¨¢ en la memoria de los curristas por mucho tiempo.

La novillada del s¨¢bado de farolillos, ¨²nico festejo que no vi¨® lleno los tendidos de la Maestranza, represent¨® el triunfo del madrile?o Julio Aparicio. El joven novillero cuaj¨® dos espl¨¦ndidas faenas a los novillos de Torrestrella, cort¨® una oreja en su primero, y dio dos veces la vuelta al ruedo del coso maestrante.

La cara triste del abono de Sevilla la puso la cogida del novillero de Ronda (M¨¢laga), Pepe Luis Mart¨ªn. La cornada que recibi¨® al entrar a matar a su primer novillo casi le traspas¨® el muslo, entr¨¢ndole por la ingle de su pierna derecha. La intervenci¨®n quir¨²rjica en la enfermer¨ªa de la plaza, revel¨® una gravedad, que la entereza del chaval en la plaza no hab¨ªa dejado sentir.

La feria concluy¨® con una corrida parcheada de reses para los toreros banderilleros, que no fue brillante, y en la que se present¨® El Soro ante la afici¨®n de Sevilla. Esta reconoci¨® el valor del valenciano al recibir a su primer enemigo a porta gayola.

La miurada cerr¨® el ciclo de corridas de feria propiamente dicha, cuyo ep¨ªlogo fue la de Guardiolas, de ayer. Los toros de Zahariche, desiguales de presencia, mansos, inv¨¢lidos y de feo estilo, impidieron el lucimiento de los toreros.