El 'wilding', nueva fonna de violencia en Nueva York
Salvaje violaci¨®n colectiva de una ejecutiva, en coma tras ser atacada cuando hac¨ªa 'jogging'
La brutal violaci¨®n colectiva de una joven blanca, ejecutiva de Wall Street, por una banda de ocho adolescentes de color, en el Central Park de Nueva York, ha conmocionado a la capital de los rascacielos y ha abierto el debate sobre si ¨¦sta es a¨²n una ciudad en la que se puede vivir o se ha convertido en una jungla inhumana. El hecho, ocurrido el pasado mi¨¦rcoles 19 deabril, tiene tambi¨¦n una fuerte connotaci¨®n racial, que puede derivar en racismo, y ha supuesto lapuesta de largo de un nuevo g¨¦nero de violencia, bautizado por sus autores y por la polic¨ªa como wiliding.La palabra wilding debe traducirse como hacer el salvaje o el animal, en grupos, vandalizando y aterrorizando a cualquier ciudadano que se ponga por delante. Entre 30 y 40 j¨®venes de 13 a 15 a?os, todos ellos residentes en el m¨ªtico Harlem -el barrio negro por excelencia de Nueva York-, se aburr¨ªan en la noche del d¨ªa 19, y despu¨¦s de beber unas cervezas y quiz¨¢ -no est¨¢ probado- fumar unos pitillos de marihuana, decidieron ir de wild.Una de las v¨ªctimas de su org¨ªa de violencia colectiva, en la que previamente aterrorizaron y golpearon a nueve personas en s¨®lo dos horas, es una mujer de 28 a?os, cuyo nombre ha sido silenciado.
La joven, cat¨®lica por m¨¢s se?as, se halla internada en estado de coma, con doble fractura cerebral. La paciente podr¨ªa sufrir lesiones cerebrales irreversibles el resto de su vida, si es que logra sobrevivir, seg¨²n el doctor Ken Duffy, jefe de neurolog¨ªa del Metropolitan Hospital de Nueva York.
El caso de la joven yuppy que trabajaba con ¨¦xito, seg¨²n sus amigos, en la la divisi¨®n de asesoramiento de empresas energ¨¦ticas de la banca de inversiones Salomon Brothers, y que fue asaltada cuando hac¨ªa jogging por el parque, tras acabar su jornada laboral, parece sacado de la novela de Tom Wolfe, La hoguera de las vanidades.
El pol¨¦mico alcalde de Nueva York, Ed Koch, se ha negado a culpar a la sociedad y a aceptar que este brutal ataque este motivado por causas sociales, de pobreza o discriminaci¨®n. Los ocho detenidos como sospechosos han sido acusados de intento de asesinato, asalto y violaci¨®n y, pese a su edad, podr¨ªan ser condenados a penas de entre 3 y 10 a?os.
Profesional agresiva
La v¨ªctima, nacida en una familia de profesionales de Pensilvania en 1961, graduada en Yale, brillante estudiante, bailarina de ballet y muy atractiva, es un perfecto ejemplo de competente y agresiva profesional que batalla todos los d¨ªas en la jungla del mundo de las finanzas neoyorquino. Sus atacantes fueron ocho j¨®venes negros, todav¨ªa unos chiquillos, quienes detuvieron a cuchilladas, golpes de tuber¨ªa y de ladrillo su prometedora carrera.Este es el enfrentamiento m¨¢s temido en Nueva York. El de un miembro de la sociedad dominante, habitante del refinado y confortable Upper East Side de Manhattan, frente a una pandilla de delincuentes de color. En una ciudad que es un caldero de presi¨®n racial, a duras penas contenida, el asalto del Central Park ha desatado inmediatamente el fantasma del racismo.
La polic¨ªa afirma que el ataque no tuvo motivaciones econ¨®micas, de drogas o de sexo -aunque la joven fue violada al menos por cuatro de sus atacantes- En los ¨²ltimos d¨ªas, sin embargo, la polic¨ªa investiga el m¨®vil racial, despu¨¦s de que uno de los integrantes de la banda declarara que oy¨® a alguien la frase: "Vamos a por una mujer blanca". La indignaci¨®n popular desatada en Nueva York por el caso, alimentada en parte por la prensa amarilla, pero justificada por lo aberrante del mismo, ser¨ªa menor, dicen algunos, si la v¨ªctima no hubiera sido una joven ejecutiva blanca, y los responsables, unos negros de Harlem.
La agresi¨®n se produjo sobre las diez de la noche cuando la joven fue alcanzada por labanda al norte del Central Park, a la altura de la calle 102. La v¨ªctima, que sol¨ªa hacerjogging a primeras horas de la noche como gran parte de los profesionales norteamericanos que hacen de la forma f¨ªsica casi una religi¨®n, aceler¨® su carrera tratando de huir inutuilmente.
Un golpe de tuber¨ªa en la cabeza la derrib¨®. Trat¨® de zafarse y ara?¨® a uno de sus atacantes. Estos la ataron y la desnudaron. Mientras unos cortaban su rostro y uno de sus muslos con una navaja, otros la agarraron por las piernas para que cuatro, al menos, la violaran. Los agresores la dejaron por muerta entre los ¨¢rboles. Horas despu¨¦s, avanzada la madrugada, fue hallada casi desangrada e inconsciente con doble fractura de cr¨¢neo y varios huesos rotos.
La polic¨ªa detuvo a ocho sospechosos. Todos, menos uno, confesaron. "Era algo que hab¨ªa que hacer. Fue divertido", declar¨® por escrito Yusef Salam, de 15 a?os. Uno de los polic¨ªas que les interrog¨® explic¨® que todos ellos presum¨ªan de lo que hab¨ªan hecho, ri¨¦ndose y haciendo chistes, y declar¨® que el jefe de la banda era Raymond Santana. Edad, 14 a?os.
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