Los rumores no son noticia
Una finca en Extremadura y su situaci¨®n familiar han sido utilizadas contra Soto era el t¨ªtulo de una cr¨®nica (20 de abril) sobre la "fuerte campa?a de amenazas y rumores malintencionados que se desat¨® nada m¨¢s conocerse la noticia del paso del concejal centrista [del Ayuntamiento de Madrid] al PSOE".Entre los rumores lanzados contra Javier Soto recogidos en la informaci¨®n estaba el referido a una finca de Extremadura gestionada por la sociedad Javier Soto Carmona, SA, de la que el concejal y su esposa son los mayores accionistas. El rumor era que Soto hab¨ªa vendido la finca a la Junta de Extremadura.
La Junta se apresura a puntualizar, para que no quepa duda: esa posible compra es un infundio y no existe relaci¨®n alguna de la Consejer¨ªa de Agricultura con Javier Soto Campos. Aunque efectivamente el Servicio de Reforma Agraria de Extremadura est¨¢ siguiendo una pol¨ªtica de compra de tierras para su posterior cesi¨®n a jornaleros, "no ha tenido ning¨²n tipo de noticia sobre la mencionada finca", seg¨²n escribe al ombudsman el portavoz Antonio Ventura.
El redactor jefe Jos¨¦ Mar¨ªa Izquierdo explica que "desde el comienzo del trabajo se deja absolutamente claro que se trata de una campa?a de amenazas, infamias y acusaciones gratuitas". "En el arranque de la informaci¨®n", agrega, "ya se niega la veracidad de tales acusaciones, que posteriormente se detallan". Y a?ade que no se crey¨® necesario repetir esto en cada uno de los p¨¢rrafos de la cr¨®nica. Si el resultado final no ha respondido a la intenci¨®n, y la Junta u otra persona o instituci¨®n se considera ultrajada, Izquierdo desea dejar constancia, una vez m¨¢s, de que las imputaciones eran falsas. Que conste, pues. Pero...
El Libro de estilo de EL PA?S es tajante: "Los rumores no son noticia". Sin embargo, toda la cr¨®nica estaba dedicada a recoger rumores. Se trata de uno de los pocos casos en que EL PA?S ha incumplido la norma. As¨ª lo admite el redactor jefe. "En esta ocasi¨®n", dice, "el planteamiento que nos hicimos en la secci¨®n, traducido en una decisi¨®n final de publicar lo que ten¨ªamos, es que en esa informaci¨®n ¨ªbamos a contar unos hechos: la utilizaci¨®n de una campa?a de rumores y de acusaciones gratuitas para frenar una operaci¨®n pol¨ªtica". A juicio de Izquierdo, as¨ª se cumpl¨ªa "el deber fundamental de todo medio de comunicaci¨®n -contar lo que estaba pasando sobre un hecho de innegable trascendencia en la comunidad madrile?a-, a la vez que se advert¨ªa sobre la falsedad de tales acusaciones".
Ocurre que si los rumores no son noticia, menos lo ser¨¢n los bulos. Y ¨¦stos, adem¨¢s de rumores, eran bulos: noticias falsas propaladas con alg¨²n fin.
M¨¢s rigor
Sigfrido Samet acude al defensor de los lectores para pedir m¨¢s rigor en las informaciones. En EL PA?S de los d¨ªas 23 y 24 de abril ha cazado tres fallos. En una noticia sobre la fusi¨®n fr¨ªa en laboratorio se dec¨ªa: "( ... ) lo que indica la existencia neta de la fusi¨®n nuclear del paladio utilizado". Pues no. En ese p¨¢rrafo hubo una errata: quiso decirse "en el paladio utilizado", que no es lo mismo.
Otro fallo: en el sumario de primera p¨¢gina se anunciaba que "la producci¨®n de clorofluorocarbonos se reducir¨¢ un 90% el pr¨®ximo a?o en Espa?a". No es as¨ª: se prev¨¦ reducir en un 90% la producci¨®n de los gases clorofluorocarbonos en el sector de los aerosoles, que representa la reducci¨®n global del 45%. As¨ª se dec¨ªa en p¨¢ginas interiores. En la exterior, por tanto, debi¨® haber menos gases.
M¨¢s: al hablar de Elihu Katz, experto mundial en comunicaciones, se se?al¨® que hab¨ªa nacido "en el seno de la comunidad jud¨ªa internacional en 1926". Sigfrido Samet no alcanza a comprender esto: "Las personas", dice, "suelen nacer en alg¨²n lugar (de Espa?a, Noruega, Israel, China ... ) y dentro de la comunidad jud¨ªa, cristiana, mahometana, etc¨¦tera, de ese lugar". Se cometi¨® una falta de precisi¨®n. Concretemos ahora: Elihu Katz naci¨® en el seno de la comunidad jud¨ªa de Brooklyn (Nueva York).
El lector J. M. Alvari?o advierte varios errores cient¨ªficos en textos provenientes de otras lenguas. El m¨¢s significativo lo encuentra en un art¨ªculo, tambi¨¦n sobre la fusi¨®n fr¨ªa, del fisico italiano Carlo Rubbia (9 de abril). Quien hizo la versi¨®n castellana se fue por los cerros de ¨²beda y tradujo la expresi¨®n efetto serra por efecto sierra. Y no hay tal sierra, por mucho que las palabras suenen casi iguales. El serra italiano (serre franc¨¦s) significa invernadero. Por tanto, Carlo Rubbia se refer¨ªa al efecto invernadero. Sierra en italiano es sega.
Desde Sarri¨¢ (Lugo), Mart¨ªn Balboa llama la atenci¨®n sobre el encabezamiento de un anunci¨®: "Totalmente gratis". "Si podemos adquirir parcialmente gratis alguna cosa, no tengo m¨¢s remedio que callarme", escribe. "Pero si, por el contrario, el adverbio gratis tiene un valor absoluto de cosa obtenida de gracia o de balde, no cabe duda de que el tambi¨¦n adverbio totalmente sobra por impropio, in¨²til y excesivo". Sobra, evidentemente. Gratis es de balde, y de balde, sin precio alguno.
Abusivo 'realizar'
Otro lector, que no quiere dar su nombre, plantea el abusivo uso que se est¨¢ haciendo en todos los medios de comunicaci¨®n del verbo realizar. Y tiene raz¨®n. Por ejemplo, en la primera p¨¢gina de EL PA?S (28 de abril) se ha topado con algo tan violento como esto: "El ministro realiz¨® un discurso". El atropello es evidente.
El Libro de estilo del peri¨®dico recuerda, a cuenta de este empleo desmedido de realizar, que no han desaparecido del diccionario hacer, practicar, obrar, ejecutar, efectuar, perpetrar, producir, llevar a cabo, etc¨¦tera. Y se?ala precisamente: "Se escriben frases como ¨¦sta: 'El ministro realiz¨® un discurso'. Escr¨ªbase en su lugar 'el ministro pronunci¨® un discurso".
Est¨¢ claro que al menos un redactor no se ha le¨ªdo el libro, o si lo ha le¨ªdo se ha olvidado, o si no se ha olvidado se ha saltado a la torera la norma.
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