Hugo B¨¢nzer: "Siempre fui un dem¨®crata"
Conversaci¨®n con el ex dictador boliviano y candidato mejor situado ante las elecciones del 7 de mayo
El general Hugo"B¨¢nzer, que encabez¨® un r¨¦gimen dictatorial entre 1971 y 1978 y que ahora es considerado uno de los m¨¢s serios aspirantes a la presidencia en las elecciones del pr¨®ximo 7 de mayo, se considera un "dem¨®crata de'nacimiento". En una conversaci¨®n con EL PA?S, el candidato de la derechista Acci¨®n Democr¨¢tica Nacionalista (ADN) dijo que considera su regimen totalitario como "una isla" en su formaci¨®n democr¨¢tica. "Fui obligado por las circunstancias en las que dos partidos pol¨ªticos me permitieron ser dictador", dijo.
B¨¢nzer, de 63 a?os, aspira por cuarta vez en los ¨²ltimos 10 a?os a entrar en la casa de Gobierno por la puerta ancha, es decir, constitucionalmente y por la v¨ªa democr¨¢tica.En agosto de 1971, el entonces coronel B¨¢nzer derroc¨®, con la ayuda del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), de V¨ªctor Paz Estenssoro, y la Falange Socialista Boliviana, de Mario Guti¨¦rrez (FSB), a su camarada de armas, el general Juan Jos¨¦ Torres, que encabezaba un Gobierno populista de izquierdas. "Yo llegu¨¦ al Gobierno cuando hab¨ªa caos pol¨ªtico. No hay que olvidar que el Gobierno de Torres era tambi¨¦n de facto, que el Congreso fue reemplazado por la Asamblea Popular, que actuaba [la guerrilla de] el Ej¨¦rcito Nacional de Liberaci¨®n, y que el poder judicial era sust¨ªtuido por los tribunales populares de barrio", record¨® el ex presidente. "Hab¨ªa que constituir un Gobierno fuerte", afirm¨®.
El r¨¦gimen control¨® el desborde de la izquierda con la detenci¨®n y el posterior exilio de muchos dirigentes pol¨ªticos y sindicales. M¨¢s tarde, en 1974, al iniciar un gobierno de las fuerzas armadas, prohibi¨® la asociaci¨®n pol¨ªtica partidaria y sindical.
Congelar la pol¨ªtica
"Hicimos lo que tuvimos que hacer: congelar el desarrollo pol¨ªtico que estaba totalmente alterado, ca¨®tico, an¨¢rquico", dijo B¨¢nzer al explicar que era necesario "un respiro" para que ese desarrollo se reacondicione. "Yo ten¨ªa la seguridad de que en alg¨²n momento volver¨ªamos a la democracia, y la gente se olvida de que fui yo, el dictador, como dicen, quien convoc¨® a elecciones en 1978"."No ha habido una raya entre el dictador y el dem¨®crata", dijo. "Ha sido una circunstancia, una isla en mi vida, que me hizo conducirme como me conduje. Me permitieron ser dictador los partidos pol¨ªticos que me apoyaron porque seguramente ellos ten¨ªan tambi¨¦n mentalidad de dictadores".
Desde hace 10 a?os, B¨¢nzer lidera un partido de esencia democr¨¢tica, y como tal ha visitado muchos pa¨ªses, inclusive los del bloque socialista, los mismos que bajo su r¨¦gimen ten¨ªan un sello rojo de prohibici¨®n en el pasaporte de los bolivianos.
La proyecci¨®n de una imagen dem¨®crata del general B¨¢nzer se ha consolidado con hechos. Hechos como el de aceptar la proclamaci¨®n de V¨ªctor Paz Estenssoro como presidente elegido por el Congreso cuando ¨¦l ten¨ªa la mayor¨ªa relativa en las urnas, o como ofrecer un pacto por la democracia, es decir, apoyo mayoritario en el Congreso para el Gobierno de Paz Estenssoro, a cambio de la alternancia del poder. Esta ¨²ltima parte del pacto, que deb¨ªa cumplirse en las presentes elecciones, no est¨¢ nada de clara tras el rompimiento unilateral del acuerdo por parte del MNR de V¨ªctor Paz Estenssoro. Pero el esp¨ªritu democr¨¢tico de B¨¢nzer no parece convencer a todos.
Uno de sus m¨¢s estrechos colaboradores, el diputado Alfredo Arce Carpio, afirmaba en una de las reuniones con el llamado rey de la coca¨ªna, Roberto Su¨¢rez G¨®mez, con ocasi¨®n de idear un sistema de lavado de d¨®lares para sustentar el Gobierno de B¨¢nzer a partir de 1985, que ¨¦ste no ten¨ªa esp¨ªritu democr¨¢tico, no era amigo del di¨¢logo s¨ª ¨¦ste implicaba decir tonter¨ªas.
Ante recientes cr¨ªticas en su contra por presuntas vinculaciones con el narcotr¨¢fico, afirm¨®: "Estoy en la ¨²ltima etapa de mi vida y no voy a cometer errores, no puedo cometer errores".
B¨¢nzer fue muy cauteloso al tocar el tema de la infiltraci¨®n del narcotr¨¢fico en las agrupaciones pol¨ªticas. Asegur¨® a EL PA?S que nadie de quien se pueda siquiera Insinuar alguna conexi¨®n con la droga puede pertenecer a su partido.
Fue mucho m¨¢s locuaz al recordar que su Gobierno fue el primero en aprobar una ley dura contra el narcotr¨¢fico, "que hasta entonces no estaba penado por la ley".
"El narcotr¨¢fico es un problema mundial, no s¨®lo de Bolivia. La soluci¨®n es, pues, mundial. Solitos no podemos hacer nada. Se ha dejado crecer tanto al narcotr¨¢fico que se ha infiltrado en los poderes del Estado y se ha convertido en un problema que requiere la cooperaci¨®n mundial".
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