Dignidad y lucha por la sanidad p¨²blica

Tras leer el art¨ªculo M¨¦dicos airados de Ja¨¦n, del 24 de abril de 1989, puede pensarse que uno se ha confundido de diario y est¨¢ con uno de tantos semanarios-revistas del coraz¨®n que buscan a los personajes con imagen y frivolidades varias de las que tanto gustan a cierto p¨²blico.Aunque corran malos tiempos para los movimientos progresistas, consideramos bastante digno luchar por una sanidad p¨²blica gratuita y de calidad para toda la poblaci¨®n que ofrezca la mejor atenci¨®n sanitaria de este pa¨ªs, independientemente del nivel de ingresos del usuario, y estamos por la labor de mejorarla y no de hundirla, y, por supuesto, nos oponemos a todo intento de hacer negocio con la salud de la poblaci¨®n. Esto no est¨¢ de moda y esto no se lleva. Para nosotros es el principal objetivo de lucha como Asociaci¨®n para la Defensa de la Sanidad P¨²blica de Ja¨¦n, federada a nivel de todo el Estado.

Como principal instituci¨®n que se opone a avanzar en la sanidad por este camino est¨¢ la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial (OMC), y es por ello que queremos que pierda poder, y es por ello que queremos irnos de entre sus obligatorios, colegiados.

Nada de esto queda claro en dicho art¨ªculo, como no queda claro que consideramos a la Administraci¨®n socialista responsable principal del poder que tiene la OMC, ya que nos obliga a todos los m¨¦dicos a pertenecer a ella. Es responsable la Administraci¨®n por no haber elaborado a¨²n una nueva ley de colegios profesionales que los sit¨²e en su justo sitio. Es responsable por no defender m¨¢s y mejor a la sanidad p¨²blica y ceder cada vez m¨¢s parcelas -especialmente las m¨¢s rentables- a la medicina privada.

Esto es para nosotros una lucha en la que llevamos varios a?os y no divertimiento de jovencitos que en una provinciana ciudad se re¨²nen para comer y ser modernos. Algunos de nosotros y nosotras nos hemos visto acusados, procesados y sentenciados; algunos tenemos embargada la n¨®mina por orden judicial a requerimiento del Colegio de M¨¦dicos.

Nada de esto queda con suficiente claridad reflejado en el art¨ªculo; cierto tono de frivolidad innecesaria hay en ¨¦l.

Nos hubiera gustado que quedara m¨¢s clara nuestra cr¨ªtica contra la Administraci¨®n y contra los colegios de m¨¦dicos por ser hoy los principales obst¨¢culos para el avance de la sanidad p¨²blica y su reforma-