Peter B. Bensinger
C¨®mo erradicar las drogas en la empresa
Desde hace 25 a?os su vida ha girado en torno a los reformatorios, los problemas de la juventud, las c¨¢rceles y las drogas. Bajo el mandato de tres presidentes norteamericanos: Gerald Ford, Jimmy Carter y Ronald Reagan, dirigi¨® el Departamento Antidroga Estadounidense (DEA), con oficinas en casi todos los pa¨ªses del mundo y 4.000 empleados. En 1981 se pas¨® al sector privado y cre¨® Bensinger, Dupont & Asociados, una empresa de asesoramiento sobre la pol¨ªtica relativa al abuso de alcohol y drogas de los empleados. Hoy participa como ponente en una conferencia en Madrid sobre La droga en la empresa. Su primera pregunta ser¨¢: ?saben ustedes cu¨¢ntos de sus empleados usan drogas?
Nacido en Chicago hace 53 a?os, se licenci¨® en la universidad de Yale, y pronto se hizo cargo de un departamento correccional de Illinois, con responsabilidad directa sobre todas las prisiones del Estado. Ah¨ª inici¨® una arriesgada andadura que nunca ha abandonado. Durante el mandato de Bensinger al frente del Departamento Antidroga Estadounidense, cargo que necesita de la confirmaci¨®n del Senado, las muertes por sobredosis de hero¨ªna descendieron de 2.000 anuales en 1976 a 800 en 1980, mientras que las importaciones de dicha droga se vieron reducidas de siete toneladas anuales a cuatro. Cambios legislativos, colaboraci¨®n intergubernamental, educaci¨®n y ayuda a los drogadictos fue la f¨®rmula utilizada por Bensinger.Partiendo de las premisas de que "si hay droga en la calle, hay droga en las empresas" y de que la clave del ¨¦xito y la producci¨®n de una empresa depende de los empleados y no de la maquinaria, Peter Bensinger convence a sus interlocutores, con el manejo de inquietantes y abrumadoras estad¨ªsticas, de la importancia de los programas de seguridad y salud de los trabajadores. "Los empleados que tienen problemas con estupefacientes o alcohol presentan entre tres y cuatro veces m¨¢s probabilidades de ausentarse del mismo y son entre un 25% y un 33% menos productivos". Y como ejemplo mas reciente cita el del capit¨¢n del Exxon Valdez que estaba borracho cuando encall¨® el petrolero en Alaska y verti¨® al mar m¨¢s de 40 millones de litros de crudo.
Tiene una clara obsesi¨®n: dar a conocer la peligrosidad de la marihuana y de la coca¨ªna, consideradas por el p¨²blico en general como las drogas m¨¢s inocuas. "La marihuana tiene un grado de pureza tres veces superior a la que ten¨ªa hace unos a?os, y la coca¨ªna, que antes ten¨ªa un 14% de pureza, alcanza en la actualidad casi un 80%, como se puede ver en el crak". "Hay Oos cosas fundamentales para la lucha contra las drogas", contin¨²a Bensinger, "la primera es la reducci¨®n de la pureza y la subida del precio. Ahora nos encontramos con que la pureza sube y el precio baja. Esto es mortal".
Convencido de que la educaci¨®n es un elemento esencial en la lucha contra la droga, ¨¦l intenta estar todo el tiempo disponible cerca de su mujer, m¨¦dica, y sus cuatro hijos, en un pa¨ªs, Estados Unidos, donde dice que la media diaria de convivencia de los padres con los hijos es de 14 minutos. Como director de la DEA vio morir asesinados a cuatro de sus empleados. "Es un trabajo peligroso, hay que tratar con personas para las que el valor de la vida no significa nada", dice Bensinger, quien, sin embargo, no sabe explicar por qu¨¦ ha elegido siempre el riesgo. "Siempre so?¨¦ con una sociedad mejor; adem¨¢s, alguien tiene que hacerlo, ?no?".
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