La herencia de Alfons¨ªn
La crisis econ¨®mica que asola Argentina y la bronca popular contra el Gobierno radical del presidente Ra¨²l Alfons¨ªn fueron m¨¢s fuertes que el voto del miedo al peronismo que intent¨® movilizar la campa?a electoral del candidato radical, el gobernador de C¨®rdoba, Eduardo Angeloz.Una democracia que ha sido capaz de soportar tres asonadas militares de ultraderecha, 13 huelgas generales y el sangriento ataque de terroristas de ultraizquierda al regimiento de La Tablada forma parte del saldo positivo que Alfons¨ªn puede presentar a la historia. El Gobierno del l¨ªder radical deja tambi¨¦n un pa¨ªs con una econom¨ªa dolarizada. que no responde a ninguna medida, un a?o sin pagar un d¨®lar de deuda externa, reservas en divisas que apenas llegan para solventar las importaciones de un mes, una moneda nacional casi inexistente y una inflaci¨®n que puede llegar al 50% mensual este mes.
Queda lo peor
Lo peor quiz¨¢ est¨¢ por venir en los siete meses hasta que, el 10 de diciembre, Alfons¨ªn entregue la banoda presidencial a Menem. El resultado claro del domingo tiene el aspecto positivo de haber evitado a Argentina, por lo menos, tres meses m¨¢s de incertidumbre sobre el futuro primer mandatario. Resulta dificil predecir si la d¨¦bil democracia lo habr¨ªa soportado. Esto habr¨ªa ocurrido si Menem no hubiese conseguido la mayor¨ªa absoluta de m¨¢s de 301 electores en el Colegio Electoral.
Aparte de la desastrosa gesti¨®n econ¨®mica, la carga m¨¢s pesada de la herencia de Alfons¨ªn es que pueda extenderse en la conciencia nacional la creencia de que con la democracia se come peor, no se puede educar a los hijos, ni hay medicamentos. ?sta ser¨ªa la reducci¨®n al absurdo de la consigna que llev¨® a Alfons¨ªn al poder en 1983: "Con la democracia se come, con la democracia se educa, con la democracia se cura".
Menem forma parte de la herencia de Alfons¨ªn, es la consecuencia palpable de la crisis. Parti¨® de cero entre la risa prepotente de la arrogancia del poder. Radicales y muchos peronistas s¨®lo vieron en ¨¦l su aspecto estrafalario y le consideraron como un elemento folcl¨®rico, sin darse cuenta de que, a un cuarto de hora de los barrios m¨¢s elegantes de Buenos Aires, empieza la geograf¨ªa del hambre y Argentina se convierte en Tercer Mundo.
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