Juaristi: "La neutralidad es imposible en Euskadi"
El autor de 'El linaje de Aitor' opina sobre la especial situaci¨®n del intelectual en el Pa¨ªs Vasco
En el Pa¨ªs Vasco la politizaci¨®n extrema de las actitudes intelectuales somete a los escritores a constricciones. As¨ª lo cree Jon Juaristi, fil¨®logo y poeta, que ha publicado tanto en euskera como en castellano y cuyo rigor anal¨ªtico queda patente en obras como El linaje de Aitor, que estudia la tradici¨®n y los mitos del nacionalismo vasco. Para Juaristi, instalarse en Euskadi en una ambig¨¹edad ideol¨®gica es muy dificil, y la neutralidad, casi imposible. S¨®lo dos posturas cristalizan: la conformista con respecto a las imposiciones pol¨ªticas del medio o la disidente. Juaristi ha optado por ¨¦sta, lo que le ha acarreado amenazas de los sectores m¨¢s radicales del nacionalismo.
Juaristi tiene una forma de hablar reposada, precisa y fluida, en contraste con la pulsi¨®n nerviosa que le induce a encender casi sin pausa unos delgados cigarrillos que fuma sin control. Cuando deja de hablar y de fumar, sus rasgos se marcan y dan paso a una expresi¨®n sobria, pero flexible. De 38 a?os, convive con dos facetas intelectuales: fil¨®logo y profesor de literatura espa?ola en la Universidad del Pa¨ªs Vasco, ensayista (autor de obras como El linaje de Aitor, La tradici¨®n rom¨¢ntica, Literatura vasca o Arte en el Pa¨ªs Vasco) y poeta, con tres t¨ªtulos publicados: Diario del poeta reci¨¦n cansado, Suma de varia intenci¨®n y Arte de marear. Su perspectiva de la vida cultural y pol¨ªtica en Euskadi -ambas, sumamente interrelacionadas- intenta equilibrar la acritud con el optimismo.En opini¨®n de Juaristi, las imposiciones pol¨ªticas del medio tienen en Euskadi un efecto perturbador que impide el desapasionamiento. Incluso la inhibici¨®n implica una toma de partido: "Implica plegarse a lo que es una mentalidad social dominante, que hoy por hoy es la nacionalista. Existen todav¨ªa una serie de dogmas intocables, y la abstenci¨®n de juicio acerca de ellos implica, de alguna manera, suscribirlos".
Para Juaristi ha habido figuras dialogantes y transigentes dentro del nacionalismo; entre ellas, Luis Michelena, el creador de la moderna filolog¨ªa vasca. "En el otro extremo est¨¢ esa intelectualidad filoetarra, claramente inquisitorial, que est¨¢ haciendo continuas llamadas hasta a la eliminaci¨®n de los disidentes".
Peligro no te¨®rico
Una palabra casi en desuso, antifascista, cobra sentido en el Pa¨ªs Vasco, seg¨²n Juaristi, "porque no s¨®lo hay un peligro te¨®rico de totalitarismo, sino que un movimiento fascista con organizaci¨®n armada propia act¨²a dentro de la sociedad vasca". "Creo que ante esa situaci¨®n", a?ade, "la postura antifascista sigue siendo un imperativo ¨¦tico, por encima del miedo o del peligro f¨ªsico que se pueda correr. La disidencia es algo m¨¢s extendido en el Pa¨ªs Vasco de lo que pueda pensarse desde fuera, y no es lo m¨¢s importante el miedo que puedan provocar actitudes amenazadoras, la chuler¨ªa antidemocr¨¢tica del abertzalismo radical... Lo curioso es que el sector disidente de los intelectuales vascos est¨¢ formado por antifranquistas que conocieron entonces la c¨¢rcel, mientras que de la chusma que atiborra las sedes de Herri Batasuna muy pocos demostraron contra la dictadura ese hero¨ªsmo tan f¨¢cil que demuestran ahora".La formulaci¨®n simb¨®lica de la vasquidad, o de lo que podr¨ªa entenderse por ser vasco, es analizada hist¨®ricamente en El linaje de Aitor, ensayo subtitulado muy significativamente La invenci¨®n de la tradici¨®n vasca. Es dificil establecer l¨ªmites cronol¨®gicos, pero Juaristi se detiene en un mito rom¨¢ntico: el de la existencia de una comunidad que ha atravesado inc¨®lume toda la historia, arraigada en su tierra (e identificada con una lengua privativa), y que resiste a los intentos de asimilaci¨®n. "?ste ser¨ªa el mito fundamental", dice, "que es muy semejante al de todos los nacionalismos radicales que en el mundo han sido. Nacionalismo como oposici¨®n a cualquier idea de una raz¨®n universal".
En el desprendimiento de ese 1astre de romanticismo cochambroso" que ha ido acumulando ve Juaristi la salida democr¨¢tica del nacionalismo vasco institucional. "Lo que me temo es que, cuando se desprenda de ¨¦l, pocas se?as de identidad le quedar¨¢n; ser¨¢ otra cosa muy distinta, seguro que m¨¢s enriquecedora que esta especie de empecinamiento en los fantasmas de una identidad inmutable. Creo que, en sectores amplios del nacionalismo democr¨¢tico, esta actitud de revisi¨®n va calando. Esa recuperaci¨®n del sentido democr¨¢tico es lo m¨¢s positivo de los ¨²ltimos a?os". Juaristi se?ala que muchos de estos cambios de actitud se deben a consideraciones pragm¨¢ticas m¨¢s que ¨¦ticas. La principal ser¨ªa "el peligro de disoluci¨®n y de ruina de la sociedad si el fen¨®meno terrorista persiste".
Desde su punto de vista, la independencia ha sido un argumento ret¨®rico que el nacionalismo, que no la desea, ha utilizado como f¨®rmula de chantaje a fin de obtener un lugar privilegiado en Espa?a. En este sentido, el extremo radicalismo de ETA ser¨ªa un reflejo coyuntural de un problema m¨¢s serio: el de la persistencia de actitudes que pueden considerarse de larga duraci¨®n hist¨®rica. "El fen¨®meno de la intolerancia y del ensimismamiento", dice Juaristi, "va m¨¢s all¨¢ de la historia de ETA y del propio nacionalismo: se remonta al antiguo r¨¦gimen, a las guerras carlistas. Creo que, a pesar de una eventual desaparici¨®n de ETA, estas actitudes pueden persistir y adoptar formas distintas".
Problemas del 'euskera'
La lengua literaria de Juaristi es el castellano, aunque ha escrito en euskera y piensa seguir haci¨¦ndolo. "Me interesa sobre todo desde un punto de vista filol¨®gico", dice. Y desde esta perspectiva cree que el problema del euskera "es una fragmentaci¨®n dialectal intens¨ªsima, la ausencia durante siglos de una norma escrita y el hecho de que la soluci¨®n normalizadora se ha planteado de forma un poco atolondrada y asistem¨¢tica, impuesta con bastante dogmatismo".El a?o pasado se publicaron unos 300 t¨ªtulos en euskera, informa Juaristi, para quien la mayor parte de los editados en los ¨²ltimos a?os no presenta una calidad literaria apreciable. "Los buenos escritores en euskera se pueden contar con los dedos de la mano. S¨ª estimo que hay algunos buenos narradores, menos buenos poetas, aunque algunos podr¨ªan traducirse sin desdoro a cualquier otra lengua. Lo curioso es que los mejores escritores son los que tienen una actitud m¨¢s laxa ante la normalizaci¨®n ling¨¹¨ªstica, los de posturas menos r¨ªgidas y dogm¨¢ticas".
Babelia
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