Vuelta a las andadas
La mitad de las bicicletas del 'campus' de Alcal¨¢ desaparecieron en menos de una semana
Las bicicletas de la universidad de Alcal¨¢ han durado menos que un caramelo a la puerta de un colegio. De las 100 bicis adquiridas por esta instituci¨®n docente para facilitar el transporte de los estudiantes de una facultad a otra del campus alcala¨ªno mediante la sencilla operaci¨®n de coger la bicicleta de su aparcamiento y volverla a dejar all¨ª tras el paseo, hoy s¨®lo quedan alrededor de 50 m¨¢quinas, que duermen el sue?o de los justos en un local de la facultad de Medicina esperando un nuevo uso menos buc¨®lico y m¨¢s vigilado.
El campus de la universidad de Alcal¨¢ de Henares, situado en un paraje en medio del campo, a las afueras la ciudad, no ofrece estos d¨ªas un aspecto que invite demasiado a animarse y emprender una excursi¨®n a pie desde un edificio a otro para resolver una gesti¨®n burocr¨¢tica o acudir. a la biblioteca. El sol de finales de mayo cayendo a plomo sobre los edificios apaisados de las facultades de Biol¨®gicas, Qu¨ªmicas o Medicina, la torre de control del antiguo aeropuerto militar de Alcal¨¢, reconvertido en decanato de la facultad de Derecho, o la l¨ªnea blanca del apeadero de Renfe, es suficiente para disuadir a un estudiante sin medio de transporte propio de su intenci¨®n de invertir 10 minutos en recorrer la distancia que separa su clase de aquella otra facultad donde debe sellar un impreso."Pensando en la incomodidad que supone tener que cubrir a pie el trayecto entre facultades, el consejo social de la universidad decidi¨® invertir un mill¨®n de pesetas en comprar 100 bicicletas, que, con base en la facultad de Ciencias, pudieron ser utilizadas libremente por los estudiantes en la sola condici¨®n de no alejarse m¨¢s all¨¢ del hospital Universitario o la carretera nacional II". Miguel Pav¨®n, gerente de la universidad de Alcal¨¢, visiblemente desilusionado con el fracaso de una iniciativa que sigue considerando "buena en esencia", afirma que las autoridades acad¨¦micas nunca se plantearon la posibilidad de contratar un servicio especial de vigilancia para evitar el robo de las bicis, "ya que de esa forma hubiera salido m¨¢s caro el remedio que la enfermedad, aunque tambi¨¦n es cierto que en el consejo social hubo divisi¨®n de opiniones acerca de la viabilidad del proyecto de las bicicletas, y algunos profetas de turno hab¨ªan predicho el lamentable final que desgraciadamente ha tenido el asunto".
Seg¨²n Pav¨®n y la mayor¨ªa de los estudiantes del campus de Alcal¨¢, el llamativo color amarillo de las bicicletas universitarias no ha supuesto impedimento alguno para los usuarios que decidieron en los primeros d¨ªas del funcionamiento del servicio de bicis gratuitas alargar un poco el paseo ciclista desde la facultad de destino hasta su casa en Alcal¨¢ de Henares, o hasta su domicilio madrile?o, previo tr¨¢mite de introducir subrepticiamente el biciclo en el maletero del coche.
Este sencillo m¨¦todo tuvo tanto ¨¦xito, que a. los cuatro d¨ªas de ponerse en marcha el pr¨¦stamo de bicicletas, 40 de las m¨¢quinas ya hab¨ªan desaparecido, y antes de cumplirse la primera semana los guardas jurados del campus s¨®lo contaban 44 bicis en el aparcamiento del aulario de Ciencias.
Ladrones extra?os
"Sin embargo", comenta Pav¨®n, "seg¨²n la Polic¨ªa Municipal de Alcal¨¢, que ha conseguido recuperar una docena de m¨¢quinas en distintos barrios de la ciudad, esos nuevos ladrones de bicicletas no son, por lo general, estudiantes de la Universidad, sino que se trata de personas ajenas al recito universitario que, conocedoras de la posibilidad de coger una bici sin necesidad de acreditar su identidad, han acudido al campus con la sola intenci¨®n de robar una o varias m¨¢quinas".El asunto de las bicicletas se ha convertido en estos d¨ªas de ex¨¢menes finales en uno de los temas de conversaci¨®n de los alumnos de las facultades alcala¨ªnas a la hora del bocadillo o la copa en el bar. Tres estudiantes de Ciencias Biol¨®gicas, muy enfadadas con los medios de comunicaci¨®n por la poca atenci¨®n que, en su opini¨®n, dispensan al conflicto que mantienen los alumnos de esta especialidad con el Ministerio de Educaci¨®n respecto al proyecto de reducci¨®n de su carrera a cuatro a?os lectivos, se muestran "indignadas" con la actitud de las autoridades acad¨¦micas de la universidad al destinar una partida presupuestaria de un mill¨®n de pesetas en una "idea tan peregrina y tan poco ¨²til" como la compra de bicicletas para el transporte de estudiantes. "Se nos ha exigido el pago de una cantidad adicional sobre la matr¨ªcula cuando se han roto accidentalmente algunas probetas u otro tipo de material de laboratorio", a?aden.
"La iniciativa de las bicis me parece la mayor tonter¨ªa del mundo", afirma Mari Paz G¨®mez C¨®rdoba, otra estudiante de Ciencias, que a?ade, "m¨¢s valdr¨ªa que se preocuparan de dotar con medios a la investigaci¨®n en esta Universidad, que no se caracteriza precisamente por la brillantez de sus instalaciones docentes, culturales y deportivas, antes de malgastar el dinero en unas bicicletas en las que cuando llueve no puedes subir, y cuando hace calor te asas, y de la que todo el mundo sab¨ªa que iban a durar menos que el canto de un gallo".
Otros estudiantes piensan, sin embargo, que las bicicletas son el medio de transporte ideal para circular por el campus, y aplauden la idea del consejo social, con la salvedad, expresada por Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez, alumno de Qu¨ªmicas, "de que esto, aunque todos queramos, no es Holanda, y aqu¨ª el hecho de poder llevarte impunemente una botina bici a tu casa es m¨¢s atractivo que disponer durante todo el curso de una m¨¢quina gratis para moverse por las facultades.
Sin embargo, y con las bicicletas que quedan encerradas "hasta que se articule un nuevo sistema para utilizarlas controladamente", algunos miembros del consejo social de la Universidad perfilan ya otra atractiva, y quiz¨¢ tambi¨¦n ut¨®pica, idea: la pr¨®xima instalaci¨®n de puestos de peri¨®dicos en el campus con una sola diferencia respecto a los tradicionales: en vez de quiosquero habr¨¢ un buz¨®n donde los universitarios arrojar¨¢n el importe de la publicaci¨®n que escojan.
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