Ernesto S¨¢bato habl¨® sobre la diversidad de la lengua

En la presentaci¨®n precedieron a Ernesto S¨¢bato en el uso de la palabra Manuel Alvar, director de la Real Academia; Emilio Mu?oz, presidente del CSIC; Charles Minguet, presidente de la Fundaci¨®n Archivos; Pedro G¨®mez Valderrama, embajador de Colombia, y Pedro Mounil, representante del presidente de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza. S¨¢bato, despu¨¦s de improvisar unas emotivas y certeras palabras, renunci¨®, entre aplausos de los asistentes, a leer sus cuartillas, que calific¨® de "descriptivas, casi un informe".

Manuel Alvar realiz¨® un encendido elogio de la filolog¨ªa cient¨ªfica, subray¨® "que nadie podr¨¢ poner en tela de juicio los argumentos, la idea que da origen a la colecci¨®n, aunque abarque espacios tan diversos. ?ste es un d¨ªa glorioso para las lenguas espa?ola y portuguesa". Charles Minguet calific¨® el proyecto como "un combate contra el olvido y el perpetuo peligro de la desaparici¨®n".Finalmente, Ernesto S¨¢bato comenz¨® a hablar. S¨®lo ser¨ªan unas palabras de agradecimiento a Manuel Alvar, pero... "Hace muchos a?os vino a verme a un hotel de Par¨ªs Amos Segala y me expuso el plan de esta colecci¨®n. Le mir¨¦ fascinado e incr¨¦dulo. Cuando se march¨®, le coment¨¦ a mi mujer: 'Un hombre admirable, pero creo que est¨¢ loco'. A?os despu¨¦s, en Nueva York, organizaron un simposio sobre mi obra; en ¨¦l, Manuel Alvar coment¨® mis juveniles y duros ensayos sobre la RAE. Yo hablaba en ellos de -una RAE pugnitiva y policial que pretend¨ªa poner uniformidad en el vasto universo de la lengua espa?ola. Alvar trat¨® aquellos textos con generosidad. Aprend¨ª entonces a tener respeto por los fil¨®logos. Eran ensayos ir¨®nicos y duros, aunque sigo pensando que esencialmente v¨¢lidos. Las dos an¨¦cdotas demuestran que todo cambia: la idea de Segala es un realidad y aquella Academia no es esta Academia".

"Hay tantas lenguas como espa?oles. ?D¨®nde poner entonces el acento? ?En el individuo o en la comunidad? Todo es una interacci¨®n entre el hombre y el mundo, una interacci¨®n de pasiones, amores, odios y resentimientos. Supongo que no venimos en l¨ªnea recta del lat¨ªn de Cicer¨®n. La conquista de Am¨¦rica fue, como todas las conquistas, b¨¢rbara, terrible, pero dej¨® un lengua de mil a?os. Un fen¨®meno tr¨¢gico pero f¨¦rtil. Ahora est¨¢ de moda hablar de las atrocidades, pero, si la leyenda negra es toda la verdad, ?c¨®mo se explican C¨¦sar Vallejo y Rub¨¦n Dar¨ªo, no resentidos, escribiendo admirablemente el castellano y cantando a Espa?a?".