Los libros del tercer milenio
Mi testimonio ser¨¢ no s¨®lo el del presidente de la asociaci¨®n Archivos, que corona hoy un esfuerzo de 10 a?os, sino tambi¨¦n el de un escritor latinoamericano confrontado al fen¨®meno editorial y cr¨ªtico de esta colecci¨®n.Ya han sido tratados, con precisi¨®n y pertinencia, los antecedentes y el proceso lento pero seguro del proyecto, as¨ª como las novedades de orden cient¨ªfico que realiza.
Yo quisiera simplemente insistir en algunos aspectos que me parecen particularmente in¨¦ditos y anunciar ya los libros del tercer milenario. Ser¨¢ ¨¦ste mi balance personal,
La estructura cr¨ªtica de la colecci¨®n re¨²ne dial¨¦ctica y armoniosamente las diferentes escuelas que prevalecieron en los ¨²ltimos 50 a?os: enfoques sociol¨®gico e hist¨®rico del texto, cr¨ªtica gen¨¦tica, estructuralismo, semi¨®tica, cr¨ªtica de la recepci¨®n, lectura psicoanal¨ªtica, para citar tan s¨®lo las m¨¢s importantes.
Estas valoraciones, de orden t¨¦cnico muy diferente, consideradas a veces incompatibles o excluyentes entre s¨ª, han sido puestas al servicio de nuestros textos gracias a un plan cr¨ªtico que logr¨® reunir enfoques cient¨ªficos habitualmente separados.
El esquema general que estructura nuestros vol¨²menes y preserva su homogeneidad responde a la mayor parte de los interrogantes que un texto literario puede suscitar. Sin embargo, nuestros vol¨²menes no se limitan a plantear interrogantes, sino que tratan tambi¨¦n de formular las respuestas o, al menos, de proporcionar los instrumentos necesarios para conseguirlas.
Los otros
Era imprescindible que a esta pluralidad de enfoques correspondiera una pluralidad de especialistas y de destinatarios. Y eso constituye la otra gran novedad de la colecci¨®n.
Hasta el presente, las naciones latinoamericanas sol¨ªan publicar, en general, las obras de sus propios autores, interes¨¢ndosemuy de vez en cuando por las de los otros pa¨ªses y a¨²n menos por la cr¨ªtica extramuros. La colecci¨®n Archivos, por el contrario, abarca un corpus articulado y representativo, que se dirige a toda la comunidad latinoamericana, present¨¢ndole los textos fundamentales de su identidad plural. Hasta se dobleg¨® una resistencia tradicional, aparentemente invencible, a esta ¨®smosis. Las barreras ling¨¹¨ªsticas entre el espa?ol, el portugu¨¦s, el ingl¨¦s y el franc¨¦s han ca¨ªdo, de facto, y la colecci¨®n comprueba la idea de que nuestra diversidad es una riqueza y no solamente un obst¨¢culo. No conozco ninguna experiencia editorial que sea similar a ¨¦sta, lo que pone de manifiesto su car¨¢cter culturalmente innovador.
Para los que conocen nuestro continente, sus distancias, sus tradiciones, sus imaginarios m¨²ltiples y contradictorios, la colecci¨®n Archivos, que cubre un decenio, se presenta desde ya como un poderoso factor de integraci¨®n.
Soy de los que creen que la integraci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica y social es el ¨²nico proyecto que puede salvar nuestras sociedades. Pero tambi¨¦n creo que para que ¨¦sta se produzca es necesaria una integraci¨®n cultural que la inspire, la preceda y la acompa?e. En este sentido, nuestra colecci¨®n constituye uno de los pocos instrumentos con que este desaf¨ªo puede contar. Recuerdo, en este a?o aniversario de Sarmiento, que tambi¨¦n nuestro pr¨®cer intent¨® organizar algo parecido gracias a un proyecto de acuerdo cultural entre Argentina, Chile, Per¨² y Bolivia. Desgraciadamente, esta idea naufrag¨® porque Argentina, la propia Argentina, no la ratific¨®. ?Nemo propheta in patria!
Quisiera referirme ahora a los art¨ªfices no latinoamericanos de nuestra empresa. Ante todo a Espa?a, que nos acoge hoy con fasto en la casa de esa lengua que compartimos con orgullo y creatividad iguales, pero tambi¨¦n a Francia, a Portugal y a Italia, que nos ha dado, adem¨¢s de otras aportaciones, Amos Segala, artifex maximus del proyecto.
Tambi¨¦n por el lado de los pa¨ªses europeos involucrados en el proyecto Archivos ocurri¨® algo que prefigura nuevos tiempos, ya que esos cuatro pa¨ªses lograron acallar las rivalidades de la latinidad, de la hispanidad y de la lusitanidad para establecer, juntos, relaciones igualitarias y mutuamente enriquecedoras con la comunidad cient¨ªfica de Iberoam¨¦rica.
Los orgullos nacionales, los paternalismos han sido reemplazados por el esp¨ªritu de equipo y el deseo de colaborar sin jerarqu¨ªas preestablecidas o imperiales en este gran proyecto com¨²n.
Hay algo m¨¢s: hace muy poco,Amos Segala fue invitado por las m¨¢s prestigiosas universidades estadounidenses para explicar el sentido y los alcances de nuestra empresa. Los estudios latinoamericanos se han convertido en Estados Unidos en uno de los temas mayores de la investigaci¨®n, tanto para los estudiosos nacidos en ese pa¨ªs como para los especialistas procedentes de Iberoam¨¦rica radicados all¨ª. Frente al inter¨¦s manifestado por estas universidades, decidimos reforzar su colaboraci¨®n, haci¨¦ndola m¨¢s sistem¨¢tica y significativa que antes.
?Qu¨¦ quiere decir todo esto en relaci¨®n con las novedades de la colecci¨®n? Ante todo, que por primera vez los tres polos geogr¨¢ficos en los que la literatura latinoamericana representa un importante objeto de estudio participar¨¢n juntos en esta nueva radiograf¨ªa constituida por los 120 t¨ªtulos de la colecci¨®n. La importancia metodol¨®gica, e incluso pol¨ªtica, de semejante intercambio triangular, realizado por primera vez a esta escala, no necesita comentarios.
El hecho de haber logrado organizar armoniosamente tantos saberes alrededor de la escritura latinoamericana, el haber hecho participar con el mismo entusiasmo, el mismo esp¨ªritu cient¨ªfico, investigadores procedentes de horizontes tan diversos, haber podido vincular al mismo tiempo a todos los destinatarios de esta obra, sin exclusiones, es sin duda el resultado de una visi¨®n innovadora de la cultura y de sus actuales canales de transmisi¨®n.
En nombre de mis colegas escritores de Am¨¦rica Latina, de los intelectuales de nuestros pa¨ªses y de los millones de lectores que sacar¨¢n provecho durablemente del mensaje de rigor cient¨ªfico, de di¨¢logo y de paz inscrito en cada p¨¢gina de la colecci¨®n, quisiera rendir homenaje a las instituciones, a las personalidades, a los Gobiernos y a los hombres que han concebido y protegido esta idea ut¨®pica.
Espa?a, la Real Academia Espa?ola y el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas son, por supuesto, hoy los protagonistas de esta celebraci¨®n, pero tambi¨¦n lo son los pa¨ªses de Europa y de Iberoam¨¦rica ya mencionados, que, en uno u otro momento, han contribuido eficazmente a lograr estos resultados. Por eso me parece importante que esta ceremonia en la Real Academia Espa?ola tenga lugar inmediatamente despu¨¦s de aquellas, igualmente prestigiosas, que fueron organizadas en Roma, en M¨¦xico y en Par¨ªs y preceda al homenaje que se realizar¨¢ en Sao Paulo en junio pr¨®ximo, en el Memorial Latinoamericano. Todo lo cual demuestra hasta qu¨¦ punto la colecci¨®n Archivos representa un acontecimiento ¨²nico en los anales de la investigaci¨®n cient¨ªfica, que comparten, con igual orgullo y satisfacci¨®n, todos los pa¨ªses asociados.
?Que estas celebraciones sean el punto de arranque y el cimiento de los futuros libros donde el mundo seguir¨¢ descubriendo y comprendiendo los arcanos de nuestra cultura!
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