El fil¨®sofo, en el avi¨®n
"Ven¨ªan exhaustos de su week end en su casa de campo", bromea Lyotard sobre los ejecutivos que viajaban con ¨¦l rumbo a Madrid en el vuelo AF 590, de primera hora de la ma?ana. ?l ya no comparte la superstici¨®n de la casa de campo como lugar de descanso, y ha abandonado casi a su suerte su vieja granja que alg¨²n d¨ªa pretendi¨® restaurar. "El descanso forzoso es casi m¨¢s cansado que quedarse en Par¨ªs sin hacer nada", dice.Estamos enfermos, concede Lyotard, que ha venido a Madrid a hablar del Presente, "algo que no existe", pero siempre lo hemos estado. "Tenemos el lenguaje, una enfermedad extra?a que adquirimos al poco de nacer y nos levantamos en dos patas (que es justamente lo que atemoriza a los otros animales), y tampoco desde el comienzo. Estamos enfermos de que se nos escape una fase de nuestra vida que sin embargo nos deja marcados. Si nos agitamos tanto es probablemente para quedar en regla con esa cosa. Una enfermedad".
"?De d¨®nde somos? Somos de nuestra infancia", dijo Saint-Exup¨¦ry. Lyotard no comparte sin embargo la visi¨®n de la infancia como para¨ªso perdido, ni la visi¨®n id¨ªlica de Saint-Exup¨¦ry. "Eso es lo que dir¨ªan los ejecutivos del avi¨®n, que van al campo a buscar su infancia, etc¨¦tera". Tambi¨¦n cree en las visiones de Bernanos, que la describe como un infierno, o C¨¦line, como la miseria. "Son las dos cosas: infierno y para¨ªso".
Tocar, saber...
Autor de una obra de pensamiento a la que quiz¨¢ define sobre todo una gran capacidad de evoluci¨®n, Lyotard no se resigna a no "tocar, saber, conocer de otra forma que a trav¨¦s de un diccionario". En su d¨ªa particip¨® en rodajes de cine y v¨ªdeo, para saber c¨®mo funcionaban, mont¨® en el centro Pompidou una exposici¨®n memorable sobre Los inmateriales, y dibuja, pinta. Mas destruye sus dibujos. Teme que quiz¨¢ un d¨ªa la industria cultural se haga con ellos y monte algo. Es quiz¨¢ su forma de creer que a¨²n es posible la marginalidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.