Un largo y caluroso aburrimiento
La impresi¨®n generalizada de casi todos cuantos han participado en la edici¨®n de la Kunst Rai de Amsterdam por parte espa?ola es la de un profundo malestar por las precariedades de organizaci¨®n, el total desinter¨¦s por lo que en la feria acontec¨ªa y una cierta sensaci¨®n de estar all¨ª no se sabe muy bien por qu¨¦ ni para qu¨¦, lo cual ha hecho florecer toda clase de rumores bien y malintencionados entre los medios galer¨ªsticos. La feria, que clausur¨® el pasado domingo su quinta edici¨®n, cont¨® con la participaci¨®n de 20 galer¨ªas espa?olas.
Al sofocante calor ambiental, que convert¨ªa el recinto de la feria en una especie de invernadero -¨¦ste ha sido el mes de mayo m¨¢s caluroso en lo que va de siglo-, hay que sumar la gran ausencia de p¨²blico: nadie preguntaba, nadie se interesaba, y, por supuesto, nadie compraba, puesto que casi nadie acud¨ªa a la feria.En contraste con la multitudinaria afluencia a una feria como la de Arco, en Madrid, m¨¢s parecida a un primer d¨ªa de rebajas de grandes almacenes que a la demostraci¨®n de un aut¨¦ntico inter¨¦s por el arte, lo desolado del panorama de la Kunst-Rai de Amsterdam no ha hecho, sin embargo, que nadie se cuestione la problem¨¢tica referida al comercio del arte y a las implicaciones de dirigismo econ¨®mico, social y pol¨ªtico que de ellas se desprende.
Las galer¨ªas espa?olas presentaban obras de artistas suficientemente conocidos en nuestro pa¨ªs como para ponernos a descubrirlos ahora, en sus distintas variantes de one man show o de pabellones con muestras colectivas: Pazos, Dur¨¢n Esteva, Bego?a Egurbide, Manuel Saiz, Rogelio L¨®pez Cuenca, Pedro G. Romero, Ton? Marqu¨¦s, Pello Irazu o Maldonado, entre otros muchos.
A ello hay que a?adir las exposiciones individuales de otros artistas espa?oles realizadas en galer¨ªas de Amsterdam, al margen de la feria pero coincidiendo con ella, como la muestra individual de Sapere y la presentaci¨®n de la obra ¨²ltima de Pepe Espaliu, combinando elementos de instalaci¨®n con las referencias a la sem¨¢ntica de las heridas, los latidos y otras circunstancias de doble direcci¨®n.
Antes y despu¨¦s
Pero, sin duda, el centro de la feria ha sido la exposici¨®n que, organizada por la Contemporary Art Foundation de Amsterdam, propon¨ªa una nueva lectura del arte espa?ol: Antes y despu¨¦s del entusiasmo, 1972-1992, es la selecci¨®n de 18 artistas que ha estado a cargo de Jos¨¦ Luis Brea, y que en su intento de proponer esa otra visi¨®n ha centrado la se lecci¨®n y la propuesta, en los ejes que contemplan el antes y el despu¨¦s del masivo reconocimiento de una un¨ªvoca direcci¨®n, o sea, la avalancha de los a?os ochenta exportada de manera exclusivista.
As¨ª pues, los dos ejes sobre los que gira la propuesta de Brea -arriesgada y novedosa, sin duda, e iniciadora de un debate a todas luces urgente- son los correspondientes al momento conceptual de los a?os setenta y a las ¨²ltimas intervenciones antiformalistas de finales de esta d¨¦cada.
Se pasa por Juan Hidalgo, Garc¨ªa Sevilla, Brossa, Xiura, Sclilosser, Navarro Baldeweg y Valc¨¢rcel Medina, y por Espaliu, Paneque, Mu?oz, Iglesias, L¨®pez Cuenca, Mercado, Nuevo, Guzm¨¢n, G. Romero, Saiz Ruiz y Balde¨®n.
Probablemente, no todas las obras -ni mucho menos todos los artistas- respondan a las expectativas creadas con motivo de esta exposici¨®n.
Pero a pesar de las cr¨ªticas -que las debe haber: una idea en exceso centralista, dudosas reconstrucciones de piezas de los setenta, trabajos muy formalistas-, estamos ante el inicio de una nueva concepci¨®n de lo que puede entenderse por arte espa?ol m¨¢s all¨¢ de versiones oficialistas.
De todo ello deber¨ªa originarse el inicio de un debate sobre la situaci¨®n actual, los mecanismos de poder y la lectura geneal¨®gica de lo que ha sido y es el arte producido en Espa?a.
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