Tr¨®pico de ETA
Cabo Verde ofrece una transformaci¨®n profesional a 15 'etarras'
Cabo Verde, 300 minutos de vuelo, 300 d¨ªas de sol, reza la publicidad Quince etarras viven una forzosa jubilaci¨®n en este archipi¨¦lago. "Si quieres tener problemas con los soldados, d¨¦jalos sin hacer nada". Esta frase de un alto cargo de la seguridad caboverdiana ha germinado en un proyecto. Este Estado africano ceder¨¢ tierras a los etarras para que las cultiven y engorden ganado y aves. El mimo en el riego y escardado de cebollas, batatas y mandioca, y la amorosa crianza de cerdos, cabras y gallinas sustituir¨¢ a la acreditada precisi¨®n en obras de torniller¨ªa. El tr¨®pico geogr¨¢fico esconde un tr¨®pico existencial para quienes, muy a su pesar, son conocidos como os espanh¨®is en las islas.
Los etarras han acogido ilusionadamente este proyecto agropecuario, a¨²n por perfilar. El Ejecutivo caboverdiano tambi¨¦n planea ofrecerles un trabajo de inform¨¢tica. Los etarras ya dispon¨ªan gratuitamente de casa, comida, tel¨¦fono -hasta un l¨ªmite- y servicio dom¨¦stico, que les guisa y hace la limpieza, salvo los fines de semana.El s¨¢bado y el domingo los deportados asumen estas tareas porque "concedieron a las empleadas un fin de semana m¨¢s largo de lo que es usual en Cabo Verde", explica un amigo de la colonia etarra. El Gobierno espa?ol, seg¨²n un alto cargo policial de este pa¨ªs, paga al Gobierno de Cabo Verde unas 70.000 pesetas mensuales por activista -m¨¢s del doble del salario medio caboverdiano- para costear estos servicios. Obtienen el dinero -abundante seg¨²n unas fuentes, discreto seg¨²n otras- para gastos personales de familiares y organizaciones de apoyo. Los cinco deportados m¨¢s veteranos ya disponen de confortable casa propia en Mindelo, capital de la isla de San Vicente. Los l0 confinados restantes se alojan en los dos mejores hoteles de esta isla y de la de Santo Ant?o. "No es humano dejarlos as¨ª, s¨®lo comiendo y durmiendo. Sin hacer nada m¨¢s. No es bueno para su situaci¨®n psicol¨®gica. Deben trabajar. Sentirse ¨²tiles. Se sentir¨¢n realizados y dar¨¢n menos problemas", explica un alto cargo de la Seguridad caboverdiana.
Alfredo Elejalde, sacerdote vasco -"no pongas espa?ol, por favor- confirma la plena integraci¨®n de los etarras a la vida caboverdiana. Pero este salesiano abertzale, amigo y frecuente contertulio de la colonia etarra asentada en la isla de San Vicente, niega que esto suponga una reinserci¨®n social por la v¨ªa de una cotidianeidad muy alejada de la metralla. "El sentimiento de pertenencia a ETA es pleno. Forman un bloque. No hay ruptura. No est¨¢n donde quieren estar, pero eso no significa que se suban por las paredes".
Nuevas vocaciones
Empero, m¨¢s de cuatro a?os de confinamiento en estas islas para algunos de ellos no han pasado en balde. Tom¨¢s Linaza, otrora campe¨®n de detenciones en Francia y responsable de un comando autor de varios asesinatos, alterna ahora sus energ¨ªas entre los estudios de enfermer¨ªa en una escuela de Mindelo, capital de la isla de San Vicente, y recorrer al trote los caminos vecinales. Hace un par de a?os se cas¨® con Ivonne, una caboverdiana sobrina de un mayor de las Fuerzas Armadas locales. En diciembre tuvieron un hijo. Antxon Xabier Linaza es, presumiblemente, el primer caboverdiano con nombre euskera.?ngel Mar¨ªa Lete, Patas, ya no es el responsable del paso de comandos por la muga (la frontera). 500 kil¨®metros de mar hasta la costa m¨¢s cercana (Senegal) es mucha muga. El curr¨ªculo de Lete acredita m¨¢s de seis asesinatos como responsable del comando Vizcaya. Ahora Patas estudia la carrera de filosof¨ªa en conexi¨®n con la universidad donostiarra, seg¨²n Elejalde, y no desde?a vestirse de corto para jugar al balonmano en equipos locales.
Endika Iztueta, como Linaza, ha trocado el oficio de la metralla en una vocaci¨®n de enfermero. Patxi Rementer¨ªa, seg¨²n quienes le conocen, estudia por correspondencia una carrera de letras en la universidad de San Sebasti¨¢n. Mens sana in corpore sano. Juega al tenis, corre y es fundador y jugador de la Real Sociedad de Fernando P¨®o, un barrio de Mindelo. Las fuentes divergen sobre si Patxi ha conseguido o no que el club donostiarra les regalen 22 conjuntos blanquiazules.
Juan Ram¨®n Aramburu es el deportado con una reconversi¨®n profesional menos chirriante. El otrora responsable del aparato de propaganda de ETA ahora publica dilatados art¨ªculos sobre pol¨ªtica internacional en Noticias, peri¨®dico mensual de Mindelo. Nunca escribe sobre Espa?a. Sus compa?eros de redacci¨®n explican que esta omisi¨®n no es deliberada, sino debida al escaso peso internacional de Espa?a.
Antiguo propagandista
Le definen corno periodista poco opinativo y muy documentado. "Cada p¨¢rrafo de ¨¦l es 100% documentaci¨®n que extrae de la Prensa y de agencias. Es minucioso, organizado y muy serio". De ser cierta la an¨¦cdota que cuenta el corresponsal de la agencia oficial portuguesa en Cabo Verde, Antonio Caeiro, el antiguo propagandista s¨®lo se toma alguna libertad al confeccionar su archivo internacional. "En la letra E, tras Espa?a, figura Euskadi". Por esta colaboraci¨®n cobra unas 26.000 pesetas, sueldo medio de la profesi¨®n period¨ªstica local. De a?adidura, su esposa vino de Euskadi y ya ha conseguido trabajo como psic¨®loga en un hospital p¨²blico.Aramburu no es el ¨²nico que ha querido dejar claro que Euskadi no es Espa?a a los caboverdianos que, no sin pasmo, empiezan ya a asumir que a os espanh¨®is no hay que llamarles os espanh¨®is. Los seis etarras alojados en el hotel Porto Grande de Mindelo disiparon toda duda en la ficha que rellenaron. "Nacionalidad: vasco". Cesaria Oberon, una cantante con toneladas de humanidad del piano bar de Mindelo, ahorra matices. Cuando los activistas entran en su local, lo que no es frecuente -"son muy comedidos en el alterne" dice Elejalde-, les entona una canci¨®n de Julio Iglesias.
"Al principio pensaron que estar¨ªan aqu¨ª un cierto tiempo, pero despu¨¦s se han ido acostumbrando y asumiendo la realidad", explica Elejalde. Cabo Verde, 300 minutos de vuelo, 300 d¨ªas de sol.
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