Una dignidad nacional sin precio
Menos del 40% del suelo de Cabo Verde, uno de los 25 pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo, es cultivable. M¨¢s de un tercio est¨¢ en manos de la Iglesia Cat¨®lica, a cuyas tierras el Gobierno no ha osado extender la reforma agraria. Dos de cada tres caboverdianos abandonan el pa¨ªs para buscar empleo. El 40% es la tasa oficial de paro. El agua escasea dram¨¢ticamente. Los tierras que obtendr¨¢n los etarras, en una zona de la isla de San Vicente denominada Ribera Callau, tienen garantizado el riego mediante un pozo.Cooperantes espa?oles estiman que este humanitarismo caboverdiano tiene un generoso agradecimiento del Gobierno espa?ol. Estos expertos cifran en m¨¢s de 100 millones de pesetas la ayuda que Espa?a aporta anualmente a este pa¨ªs a trav¨¦s de asistencia t¨¦cnica, inversiones y ayuda alimentaria. Una semana antes de la llegada del ¨²ltimo env¨ªo de etarras se difundi¨® la pr¨®xima compra, "en las mejores condiciones", de dos aviocares de Construcciones Aeron¨¢uticas, SA (CASA), cuyo precio oficial por unidad no baja de 500 millones de pesetas.
Espa?a aportar¨¢ m¨¢s de 50 millones de pesetas para costear el dise?o de una presa para Praia, la capital caboverdiana, seg¨²n t¨¦cnicos de esta obra, y donar¨¢ m¨¢s de 10 millones de pesetas para remodelar un laboratorio local. Hay decenas de cap¨ªtulos de ayuda espa?ola, pero su monto es imprecisable porque su cuant¨ªa figura en informes internacionales oficiales como N. D. (no disponible), seg¨²n expertos econ¨®micos. Las autoridades locales rechazan e n¨¦rgicamente que empleen a los "refugiados" como moneda de cambio y aseguran que la cooperaci¨®n no se ha disparado tras las deportaciones.
El sacerdote Alfredo Elejalde asegura que Cabo Verde es el pa¨ªs que dispensa un trato m¨¢s humanitario a los deportados. "Al principio pens¨¦ que tendr¨ªan que presentarse regularmente a la polic¨ªa. Pero no. Desde el principio no hubo limitaciones. Entran y salen cuando quieren. Reciben visitas y correspondencia. Y, a veces, van una semana de vacaciones a otra isla. El control policial es muy suave".
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