Una visi¨®n parcial de la econom¨ªa espa?ola
Tras considerar el car¨¢cter del Fondo Monetario Internacional, el autor hace un an¨¢lisis cr¨ªtico del informe publicado sobre Espa?a. Resalta que, en general, las observaciones del Fondo, debajo de su aparente asepsia, encierran opciones ideol¨®gicas, por lo que aconseja estudiar tanto lo que dicen como lo que callan.
La misi¨®n del Fondo Monetario Internacional (FMI) que realiz¨® su tradicional visita a nuestro pa¨ªs para confeccionar su informe anual entreg¨® hace escasas fechas las denominadas concluding remarks (que podr¨ªamos traducir como observaciones finales), del borrador del citado informe referido a la econom¨ªa en 1988 y primeros meses de 1989.El FMI, organismo creado despu¨¦s de la II Guerra Mundial, se ha ido convirtiendo, con el paso de los a?os y la evoluci¨®n de la econom¨ªa mundial en el paradigma del saber econ¨®mico ortodoxo y en el sant¨®n del dise?o y control de la aplicaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas de recuperaci¨®n o preservaci¨®n de los denominados equilibrios fundamentales todo ello desde una perspectiva puramente econ¨®mica, o mejor dicho, de manual econ¨®mico.
Como corresponde a un organismo internacional y, por tanto, apol¨ªtico por definici¨®n, sus informes, elaborados muchas veces por t¨¦cnicos poco conocedores de los pa¨ªses que visitan de cuando en cuando y, por tanto, inclinados a proponer recetas mec¨¢nicamente repetitivas, reh¨²yen los problemas pol¨ªticos, es decir, principalmente los sociales, que se derivan necesariamente de sus diagn¨®sticos y, sobre todo, de sus recetas, las que buscan siempre situar en el terreno fr¨ªo de los hechos y las verdades incontestables y presuntamente al margen de las ideolog¨ªas. Presuntamente, porque ello no ocurre ya que, debajo de todo planteamiento objetivo, de eficacia, hay siempre una ideolog¨ªa, que no es otra que la dominante que la propia instituci¨®n en parte modela y difunde y que trata de preservar determinados mecanismos e intereses.
Sin necesidad de dramatizar, s¨ª cabe aqu¨ª recordar que las recetas y medidas recomendadas por o inspiradas en el Fondo han supuesto alt¨ªsimos costes sociales en pa¨ªses del Tercer Mundo en diversas ¨¦pocas. Se?alar tambi¨¦n el nuevo enfoque que se est¨¢ abriendo paso para el tratamiento del problema de la deuda externa tras el fracaso de las recetas aplicadas desde 1983, fracaso en parte atribuible al FMI.
Naturalmente que todo lo anterior es una parte de un todo en el que se mezclan aspectos de distinto signo. As¨ª, hay casos en que los dict¨¢menes y las recetas del Fondo son los correctos e imprescindibles. A¨²n m¨¢s, para los pa¨ªses del Tercer Mundo son la llave que abre la posibilidad de acceso a la financiaci¨®n internacional, tanto la multilateral como la bilateral. De ah¨ª el enorme poder que esta instituci¨®n, controlada casi exclusivamente por los pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo y especialmente por Estados Unidos, ha acumulado sobre todo desde el inicio de la crisis de la deuda externa a fines de 1982. Precisamente ese enorme peso de EEUU ha sido factor determinante en el dominio de la ideolog¨ªa neoliberal en los aparentemente as¨¦pticos dict¨¢menes y recetas del Fondo, tanto en lo que se refiere a sus an¨¢lisis de la econom¨ªa mundial como en sus relaciones con los pa¨ªses miembros, especialmente los subdesarrollados.
En resumen, lo que aqu¨ª se afirma es que los informes del Fondo no son la verdad absoluta, que debajo de su aparente asepsia encierran, c¨®mo no, Opciones ideol¨®gicas, y que por su renuncia a tratar temas pol¨ªticos hay que leerlos atentamente para ver tanto lo que dicen como lo que callan. Todo esto es plenamente aplicable a los concluding remarks sobre la marcha reciente de la econom¨ªa espa?ola.
El informe califica de satisfactorio el comportamiento de la econom¨ªa espa?ola durante 1988, lo que fue debido en parte a la fortaleza de la econom¨ªa mundial pero "sobre todo ha sido fruto de las pol¨ªticas introducidas en los ¨²ltimos a?os, las cuales han permitido a Espa?a aprovechar todas las ventajas de su adhesi¨®n a la CE". Adem¨¢s y .respecto del futuro s¨®lo cabe mostrarse favorablemente impresionado por el potencial de crecimiento de esta econom¨ªa".
Pasivos del crecimiento
Es decir, crecimiento obtenido y potencial de crecimiento. He aqu¨ª un ejemplo claro de an¨¢lisis insuficiente: porque no basta con decir que ha habido crecimiento -que es cierto- y que hay potencial de crecimiento -que tambi¨¦n lo es- sino que habr¨ªa que a?adir -al menos una breve referencia- los pasivos de ese crecimiento y los peligros de esa modalidad de crecimiento. O si el informe no lo dice porque no quiere entrar en temas pol¨ªticos s¨ª lo debe tener en cuenta el lector atento.
Dicho m¨¢s brevemente: el crecimiento de estos a?os ha tenido junto a activos importantes otros pasivos no menos importantes que cabr¨ªa sintetizar en la configuraci¨®n de una sociedad m¨¢s injusta y menos solidaria tanto en los hechos como en las actitudes y mentalidades. Ha habido un crecimiento del bienestar global pero est¨¢ peor repartido. No s¨®lo eso, sino que esa modalidad de crecimiento parece llevar ineludiblemente a una sociedad m¨¢s segmentada y con porciones de la misma arrojadas a una marginalidad con escasas esperanzas. Cambiar esa modalidad exige por lo pronto cambiar mentalidades y esquemas de valores que incorporan como ¨²nico indicador el crecimiento del PIB y minusvaloran otros igualmente importantes como son la distribuci¨®n personal de la renta (de la que sintom¨¢ticamente no hay estad¨ªsticas en nuestro pa¨ªs) o el nivel de gasto p¨²blico en protecci¨®n social. Es decir, es necesario valorar igualmente indicadores econ¨®micos y sociales.
Tras ese planteamiento global, el informe pasa a analizar aquellas ¨¢reas donde "las actuales pol¨ªticas pod¨ªan ajustarse o reforzarse". No es posible analizar cada uno de los apartados pero s¨ª detenerse en aqu¨¦llos m¨¢s importantes: inflaci¨®n, sector exterior, d¨¦ficit p¨²blico y sistema fiscal, mercado de trabajo, privatizaci¨®n de empresas y servicios. Con una referencia final a una extra?a ausencia en el informe, como es el tema de la eventual entrada de la peseta en el mecanismo de cambios del Sistema Monetario Europeo (SME).
Calificar al resurgimiento de la inflaci¨®n y al deterioro de las expectativas inflacionistas como .el problema m¨¢s acuciante", es coherente con los tradicionales planteamientos del FMI. De acuerdo en que es un problema importante pero ?es realmente el problema m¨¢s acuciante? Conviene recordar que hay un recrudecimiento claro de la inflaci¨®n en todo el mundo y que el objetivo no es tanto el nivel espa?ol en t¨¦rminos absolutos como el diferencial respecto de pa¨ªses de la CE y de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE).
Moderaci¨®n salarial
Al margen de ello, es claro el deterioro. Cabe preguntarse por qu¨¦ se ha llegado a esta diricil situaci¨®n. En la vertiente de las rentas salariales resulta claro que la moderaci¨®n de los ¨²ltimos a?os ha continuado pero que la pr¨¢ctica de negociar sobre inflaci¨®n anticipada de facto se est¨¢ cambiando en negociar sobre la pasada. Se ha quebrado todo un modelo de concertaci¨®n global y seguramente a ello no ha sido ajena la fijaci¨®n en 1988 de un objetivo de inflaci¨®n inalcanzable, ya que si es bueno establecerse metas ambiciosas no lo son las metas ut¨®picas, especialmente si se monta en torno a ellas toda una estrategia de la tensi¨®n. Por ello, restablecer el di¨¢logo social es imprescindible en la estrategia antiinflacionista.
Curiosamente, las concluding remarks no responsab¨ªlizan de la inflaci¨®n a los costes salariales. No habla de los mismos ni tampoco, por supuesto, de otros como son los financieros (algo tendr¨¢n que ver en la inflaci¨®n estos alt¨ªsimos costes, resultado de la ineficiencia y el oligopolio financiero) ni de los beneficios empresariales (que en 1988 fueron el primer factor responsable del incremento de la inflaci¨®n, seg¨²n un estudio del Ministerio de Econom¨ªa), ni tampoco de otros renglones importantes, como son determinados servicios o la vivienda.
Hay que coincidir con el Fondo en que el cambio de signo de la balanza por cuenta corriente "no constituye una preocupaci¨®n inmediata" pero s¨ª, a?adimos, una mediata, a la que hay que seguir dedicando especial atenci¨®n dada, adem¨¢s, "la velocidad del deterioro".
Este deterioro refleja y es consecuencia de algo claro, la escasa competitividad de nuestra econom¨ªa tanto externa como internamente, adem¨¢s de un factor coyuntural como es el de un exceso de demanda interna. En esa competitividad juegan los precios pero tambi¨¦n y de manera creciente deben jugar factores distintos que el precio. Que esto lo comprendan y apliquen los empresarios espa?oles es decisivo. De no ser as¨ª se llegar¨¢ a una situaci¨®n insostenible, ya que no cabe pensar en d¨¦ficit corrientes superiores al 2% del PIB durante varios a?os pues no ser¨ªan financiables. Sin embargo, la situaci¨®n es ya delicada pues al creciente d¨¦ficit comercial (el tercero del mundo y el primero per c¨¢pita), hay que a?adir el saldo menos favorable en renglones de los servicios como son el turismo, las rentas de inversiones y los pagos por tecnolog¨ªa.
La contrapartida financiadora del d¨¦ficit corriente se refleja en la cuenta de capital. Analizar este tema, y m¨¢s concretamente lo referente a la inversi¨®n extranjera en sus diversas modalidades, lleva en ocasiones a discusiones en las que las filias y las fobias adquieren gran peso. Ni la inversi¨®n extranjera es la panacea de todos los problemas, ni es la encarnaci¨®n del mal. No es ¨¦ste el lugar de un an¨¢lisis a fondo de la misma pero s¨ª cabe dejar a la reflexi¨®n del lector algunos aspectos: car¨¢cter especulativo de una parte de la inversi¨®n de cartera; dinero que escapa al fisco espa?ol en la inversion en inmuebles; compra de empresas espa?olas m¨¢s que creaci¨®n de empresas nuevas en el caso de la inversi¨®n directa, as¨ª como impacto neto en la balanza comercial por parte de estas empresas (muchas importan m¨¢s valor que exportan); transferencias de dividendos entre filiales y matrices bajo el ep¨ªgrafe de pagos por asistencia t¨¦cnica, etc¨¦tera. La legislaci¨®n espa?ola es muy abierta -y lo ser¨¢ m¨¢s- en estas materias, salvo en unos pocos sectores. Puede preocupar que, en creciente n¨²mero, el centro de decisi¨®n respecto de la actividad de una empresa antes espa?ola pase a otro pa¨ªs al ser ¨¦sta comprada por capital extranjero. Frente a ello, conviene se?alar que el concepto de soberan¨ªa nacional est¨¢ en claro y acelerado proceso de revisi¨®n. Hay que decir claramente entonces que el criterio de mantener o no una empresa en mano nacional es casi exclusivamente empresarial. El sector p¨²blico poco puede hacer. La tendencia de muchos empresarios espa?oles a vender es otra muestra de la limitada capacidad emprendedora de ese sector. La resultante ser¨¢ que, dentro de breves a?os, porciones importantes de la industria y los servicios ser¨¢n propiedad extranjera. Vale la pena reflexionar sobre esto, y recordar que el concepto de seguridad nacional no se compone s¨®lo de factores militares sino, adem¨¢s y crecientemente, de los econ¨®micos.
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