Los recursos y las ideolog¨ªas
El autor puntualiza algunos aspectos del informe del Fondo Monetario Internacional sobre Espa?a, critica algunas ausencias y resume finalmente que el mercado y la eficiencia son imprescindibles, as¨ª como el sector p¨²blico y la equidad. Cargar las tintas en uno u otro sentido depender¨¢ de los recursos y de las ideolog¨ªas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) expresa tambi¨¦n su preocupaci¨®n porque en 1988 y 1989 no se ha producido "reducci¨®n alguna en el d¨¦ficit estructural (p¨²blico)" a?adiendo su respaldo el objetivo de "eliminar el d¨¦ficit p¨²blico para 1992". Tambi¨¦n se?ala que "a la vista del deterioro de la balanza por cuenta corriente, parece deseable una mayor contenci¨®n fiscal".?ste es un tema central y en ¨¦l destacan dos ideas: necesidad de equilibrio presupuestario y relaci¨®n causa-efecto entre d¨¦ficit presupuestario y d¨¦ficit corriente en pagos exteriores. Ambas ideas merecen alguna reflexi¨®n.
El presupuesto y su resultado final no es un fin sino un medio. Concretamente, es el instrumento m¨¢s importante de las pol¨ªticas econ¨®mica y social de cualquier Gobierno y en funci¨®n de los objetivos que el mismo se marque debe ser utilizado. Desde 1982 se ha llevado a cabo una labor imprescindible y dif¨ªcil de reducci¨®n y de control del d¨¦ficit p¨²blico, en un complejo ejercicio de equilibrio entre las posibilidades reales de reducci¨®n y las necesidades de esa reducci¨®n. A lo largo de varios de estos a?os ha coexistido un d¨¦ficit importante en las cuentas p¨²blicas y un super¨¢vit igualmente importante en la balanza por cuenta corriente.
El fijar un objetivo de d¨¦ficit cero en 1992 no parece tener justificaci¨®n s¨®lida, ni te¨®rica, ni pol¨ªtica. El objetivo debe ser seguir manteniendo el saldo presupuestario controlado y utilizarlo como instrumento cada vez m¨¢s importante en la regulaci¨®n de la coyuntura y como elemento clave de las pol¨ªticas sociales. Dicho lo cual, hay que insistir siempre en que queda un amplio margen en aumento del ingreso sin que haya un correlativo aumento de la presi¨®n fiscal global, as¨ª como hay posibilidades en reducir gasto (o al menos su ritmo de crecimiento). Por ejemplo, en materia de gasto fiscal (ayudas a empresas que suponen cerca de un 9% del PIB); en ciertos programas de defensa (ejemplo, avi¨®n de combate europeo) que van a suponer cifras ingentes, muy por encima de lo previsto y con escasos retornos tecnol¨®gicos o de pedidos, en ¨¦poca en que se debe trabajar, con hechos, por la distensi¨®n militar global; tambi¨¦n reduciendo e incluso eliminando ministerios con competencias transferidas sin que ello haya aligerado, antes al contrario, el aparato central, etc¨¦tera.
Mercado de trabajo
Tres ideas a destacar en el an¨¢lisis del mercado de trabajo, tras afirmar el FMI que "el paro contin¨²a siendo uno de los problemas m¨¢s senos". Las tres ideas son: rigideces que subsisten en este mercado; preferencia por los gastos en formaci¨®n y fomento de la movilidad respecto de la ampliaci¨®n de la cobertura de desempleo o reducci¨®n de la edad de jubilaci¨®n, e insistencia en la moderaci¨®n salarial.
La declaraci¨®n de que hay rigideces en un mercado de trabajo se ha convertido ya en algo socorrido, una especie de muletilla que pretende explicar todo. A nivel te¨®rico, hay coincidencia en afirmar que los mercados de trabajo son distintos de los dem¨¢s mercados y que su gran complejidad exige ser cautelosos en los an¨¢lisis, especialmente cuando las contrastaciones emp¨ªricas nunca son concluyentes. A nivel pr¨¢ctico, y concretamente en el caso espa?ol desde 1984, pocos mercados hay ya en el mundo occidental m¨¢s flexibles que el nuestro. Un dato a recordar: actualmente el 25%. de los asalariados no tienen contrato permanente. Se ha llegado a este porcentaje, el m¨¢s alto de la OCDE, en poco m¨¢s de dos a?os. Y sigue creciendo. Por supuesto que los empleadores quieren m¨¢s flexibilidad. Pero su criterio no debe ser el ¨²nico, ni el dominante.
Las pol¨ªticas activas de empleo -entre las que destaca la formaci¨®n e inserci¨®n profesional- deben seguir teniendo una creciente importancia. Hay ya situaciones en que coexisten, de manera creciente, puestos de trabajo vacantes (puestos que exigen determinadas cualificaciones) con oferta de mano de obra sin cualificar. Esta tendencia est¨¢ claramente al alza. Es correcto dedicar mayores recursos a la formaci¨®n, pero ah¨ª el papel de las empresas debe ser mucho mayor de lo que es hoy. Pero al mismo tiempo hay que dedicar m¨¢s recursos a cobertura de desempleo y a otros gastos de protecci¨®n social. Cerca de 500.000 de los desempleados espa?oles llevan entre uno y dos a?os buscando trabajo. M¨¢s de un mill¨®n lleva m¨¢s de dos a?os. Es decir, cerca de dos tercios de los desempleados son lo que se llaman de larga duraci¨®n. El primer objetivo debe ser que todos encuentren trabajo. Pero como esto parece imposible, especialmente en aquellos con m¨¢s tiempo en el paro, el objetivo debe ser tambi¨¦n el de protecci¨®n a estos grupos. Por supuesto que todo esto es gasto p¨²blico y los recursos son limitados.
Respecto de la moderaci¨®n salarial, cualquier observador imparcial admitir¨ªa, y los diversos indicadores disponibles (evoluci¨®n de los costes salariales, de los costes salariales unitarios, de la productividad, de la participaci¨®n salarial en el PIB, etc¨¦tera) as¨ª lo muestran, que desde 1982 esta moderaci¨®n ha sido importante. Debe seguir si¨¦ndolo, como elemento importante de una negociaci¨®n que incorpore otras contrapartidas. La v¨ªa salarial no debe ser el instrumento clave de redistribuci¨®n de la renta. Lo es el presupuesto.
Privatizaciones
En su comentario sobre el sector industrial, el Fondo se refiere a la evoluci¨®n favorable de las empresas p¨²blicas, a las ventas de algunas de esas empresas con p¨¦rdidas y a la entrada de capital privado en empresas p¨²blicas rentables, caso de Repsol.
No hay duda que el redimensionamiento de la empresa p¨²blica en nuestro pa¨ªs era una tarea imprescindible y urgente. La cirug¨ªa llevada a cabo, especialmente en el INI, se ha basado principalmente en reducci¨®n Importante de la mano de obra. Una vez hecho esto, y con una coyuntura econ¨®mica favorable interna y externamente, la empresa p¨²blica es igual de rentable y eficiente que la privada.
No pod¨ªa ser de otra manera. No hay estudio alguno que demuestre que una empresa privada es per se m¨¢s eficiente que una p¨²blica. Cuando se afirma eso es por razones puramente ideol¨®gicas.
Las privatizaciones y las cesiones de servicios p¨²blicos son temas que requieren un examen cuidadoso, ya que previsiblemente tendr¨¢n importancia creciente en nuestro pa¨ªs. Caben algunos interrogantes. Por ejemplo, ?por qu¨¦ privatizar aunque sea parcialmente Repsol cuando no parece haber razones ni de gesti¨®n ni de necesidades financieras que lo justifiquen? Y ya decidida la operaci¨®n, m¨¢s interrogantes: el precio de salida ha sido muy bajo, al estilo Thatcher, buscando el impacto del ¨¦xito de la sobresuscripci¨®n y del alza fuerte e inmediata en Bolsa; el trato dado a las inversiones institucionales resulta discutible especialmente al banco hoy omnipresente en las cercan¨ªas del sector p¨²blico como es el BBV; los gastos totales de la emisi¨®n (no s¨®lo los de publicidad sino adem¨¢s las comisiones, corretajes, etc¨¦tera) son excesivos. Imaginemos adem¨¢s que el precio de salida hubiese sido m¨¢s adecuado, es decir, m¨¢s alto, y que hubiese habido una escasa demanda. O bien que la inmediata cotizaci¨®n hubiese sido m¨¢s baja que ese precio de salida. El impacto en la opini¨®n p¨²blica y en las carteras de los peque?os compradores hubiese sido completamente opuesto a lo que ha ocurrido y, por tanto, eventuales nuevas salidas a bolsa de otras empresas p¨²blicas ser¨ªan mucho m¨¢s problem¨¢ticas.
Otro aspecto a se?alar es que los peque?os y medianos compradores de Repsol ir¨¢n vendiendo y ser¨¢n compradores institucionales (espa?oles o de fuera) los que ir¨¢n comprando.
Como tambi¨¦n suscita interrogantes lo relativo al tren de alta velocidad y el llamado ancho de v¨ªa europeo. Argumentaciones t¨¦cnicas han demostrado que al TAV le sirve el actual ancho de v¨ªa. Como tampoco parece tener peso real la argumentaci¨®n de que con el ancho de v¨ªa europeo "s¨ª entramos de verdad en la CEE". No es de recibo, porque est¨¢ claro que s¨ª hemos entrado en la CEE -incluso con nuestro ancho de v¨ªa- Decidir ir al ancho europeo, adem¨¢s mediante unas decisiones y estudios que dan sensaci¨®n de improvisaci¨®n, es algo de importancia trascendental ya que supondr¨¢ unos costes (desde luego muy superiores en la realidad a los estimados en estos momentos) y, por tanto, unos recursos que se detraen de otra parte, por ejemplo, de los programas de ferrocarriles de cercan¨ªas de grandes poblaciones, algo m¨¢s urgente pero menos espectacular que el ancho europeo. Como tambi¨¦n resulta por lo menos discutible la posible opci¨®n de que entre el capital privado en la explotaci¨®n del TAV, el ¨²nico segmento previsiblemente rentable de la Renfe.
Sistema Monetario Europeo
Para terminar, una curiosa ausencia en el informe del FMI: el Sistema Monetario Europeo. Ni una menci¨®n. Como se ha se?alado en un diario econ¨®mico, "hace un a?o (el anterior informe del FMI, que s¨ª trat¨® este tema), el tema era todav¨ªa un asunto te¨®rico; hoy puede ser cuesti¨®n de pocos meses" (Cinco D¨ªas, 5 de mayo).
Lo que es sin duda una compleja decisi¨®n t¨¦cnica y que resulta dif¨ªcil de entender para el no iniciado es al mismo tiempo una de las decisiones m¨¢s trascendentales a que se enfrenta nuestro pa¨ªs. No hay en esto exageraci¨®n. Aceptado que hay que integrarse en el mecanismo de cambios del sistema y si se comprueba que no es posible una integraci¨®n a la italiana (banda del -+ 6%), entonces el problema a despejar es el cu¨¢ndo.
Integrarse inmediatamente en un sistema sesgado -por el peso alem¨¢n- al crecimiento lento y privarse de m¨¢rgenes importantes en la autonom¨ªa de la pol¨ªtica econ¨®mica (sin perjuicio de tener en cuenta que esta autonom¨ªa est¨¢ ya sensiblemente mermada, en una econom¨ªa mundial cada vez m¨¢s global e interconectada) puede hoy tener m¨¢s inconvenientes que ventajas para nuestro pa¨ªs. Es imprescindible el rigor en el manejo de nuestra econom¨ªa y es posible compatibilizarlo con un crecimiento superior al de la CE y pol¨ªticas activas de empleo.
Ese rigor puede practicarse fuera del SME y de este modo ir preparando la entrada en el mismo cuando el diferencial econ¨®mico y social respecto del promedio CE haya disminuido sensiblemente. Por ello, una decisi¨®n prudente ser¨ªa la de seguir trabajando en la perspectiva del SME pero fuera del mismo, al menos mientras dure el per¨ªodo transitorio de nuestra adhesi¨®n a la Comunidad Europea.
El premio Nobel de Econom¨ªa Paul A. Samuelson, en una intervenci¨®n recogida en EL PA?S dec¨ªa que la "econom¨ªa de libre mercado, al poner todo su ¨¦nfasis en la eficiencia alej¨¢ndose de la igualdad, ha ido demasiado lejos".
El mercado y la eficiencia son imprescindibles. El sector p¨²blico y la equidad, son igualmente imprescindibles. ?Cu¨¢nto de uno y cu¨¢nto de otro? No hay respuestas universales. Depender¨¢ de los recursos y de las ideolog¨ªas. Los recursos son siempre escasos para las necesidades y limitados, no infinitos. Pero en cu¨¢nto sea ese l¨ªmite y en c¨®mo se asignen dichos recursos influyen poderosamente los condicionantes de toda econom¨ªa y las ideolog¨ªas, es decir, el proyecto pol¨ªtico.
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