La amenaza viene de Siria
La obsesi¨®n por la seguridad frente al 'enemigo ¨¢rabe' reina en Israel
Cuando se pregunta a un alto funcionario israel¨ª por qu¨¦ no se decide su Gobierno a sentarse a la mesa negociadora con la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), casi por arte de magia aparece un mapa de Oriente Pr¨®ximo que, desde su punto de vista, grita que un Estado palestino ser¨ªa un suicidio para el hogar nacional que el pueblo jud¨ªo conquist¨® en 1948, despu¨¦s de 19 siglos de dar tumbos por el mundo. Y en seguida se enumera una retah¨ªla de hechos y de palabras de terroristas y dirigentes ¨¢rabes y de la OLP que, en su opini¨®n, prueban que la exigencia de una entidad nacional palestina s¨®lo es la punta de lanza de una estrategia que no renuncia a su objetivo ¨²ltimo: empujar a los jud¨ªos al mar.La ¨²ltima prueba de esta angustiosa visi¨®n de los hechos es el juicio sobre la cumbre ¨¢rabe de Casablanca, que sell¨® el retorno de Egipto (¨²nico pa¨ªs que ha firmado la paz con Israel), apoy¨® el giro moderado de la OLP e impl¨ªcitamente reconoci¨® el derecho a la existencia del Estado jud¨ªo.
Shamir asegura que su pa¨ªs "quiere la paz, y jam¨¢s tomar¨¢ la iniciativa de lanzar un ataque", pero no puede ocultar su preocupaci¨®n por las intenciones de ese inc¨®modo vecino-enemigo, Siria, que ya ha sido derrotado en varias guerras y del que todav¨ªa se conserva un estrat¨¦gico pedazo de territorio (en las alturas del Gol¨¢n).
Para el l¨ªder israel¨ª, la cumbre acept¨® el principio de "lo que Damasco define como equilibrio estrat¨¦gico; es decir, hacer posible una situaci¨®n en la cual se pueda lanzar, y ganar, una guerra contra Israel; esa es una idea personal de Asad y nada tiene que ver con la diplomacia y mucho menos con la paz".
Seg¨²n el Instituto Internacional de Estudios Estrat¨¦gicos de Londres, Siria e Israel han llegado a un aparente equilibrio militar: 600 aviones sirios frente a 650 israel¨ªes; 4.050 carros de combate frente a 3.850; 672.500 soldados en activo y en la reserva frente a 545.000... Pero la igualdad es s¨®lo aparente. No hay la m¨ªnima duda de que todav¨ªa hoy el Tsahal est¨¢ en condiciones de eliminar al Ej¨¦rcito de Damasco de un plumazo. La superioridad tecnol¨®gica y sobre todo humana es aplastante. Pero si el mundo ¨¢rabe no arrastrara tantas diferencias internas y si el antagonismo entre Irak y Siria, entre Asad y Sadam Husein, desapareciera, el peso de la m¨¢quina militar de Bagdad quitar¨ªa el sue?o a muchos generales jud¨ªos.
Yoram. Ettinger, jefe de la oficina de informaci¨®n del Gobierno, asegura que "en cada pa¨ªs ¨¢rabe hay 10 grupos, y cada uno de ellos tiene tres familias enfrentadas". Esta realidad, que Ettinger citaba para referirse a la situaci¨®n de los territorios ocupados (en los que todas esas facciones tienen alguna presencia), explica tal vez por qu¨¦ el mundo ¨¢rabe nunca ha logrado una convergencia sobre su, te¨®ricamente, gran objetivo: suprimir a Israel.
El bloque ¨¢rabe formado por Siria, Jordania, Irak, Arabia Saud¨ª, Libia y Argelia supera a Israel por 16 a 1 en cuanto a poblaci¨®n, por 6,4 a 1 en cuanto a producto nacional bruto, por 7 a 1 en cuanto a presupuesto de defensa, por 12,6 a 1 en cuanto a soldados en activo, por 2,3 a 1 en cuanto a reservistas, por 3,5 a 1 en cuanto a aviones y por 4 a 1 en cuanto a carros de combate. Cinco guerras desde 1948 han demostrado que Israel sabe ganar pese a las estad¨ªsticas, pero su apuesta siempre es mayor: la primera derrota ser¨ªa definitiva y supondr¨ªa la aniquilaci¨®n de? Estado jud¨ªo.
Seg¨²n Daniel Mukadi, el ¨²nico retrato que Asad tiene en su despacho es el de Saladino, y la monoman¨ªa del presidente srio, casi una obsesi¨®n religiosa, es lograr la desaparici¨®n risica de Israel, que adem¨¢s se interpone en su proyecto de una gran Siria. La crisis econ¨®mica, a?ade, le oblig¨® a congelar su proyecto por alg¨²n tiempo, pero el hallazgo de petr¨®leo en 1987 le ha dado un' nuevo impulso. "Ahora, la pregunta no es si habr¨¢ guerra con Siria, sino cu¨¢ndo", dice Mukadi. "El problema no es el de los territorios ocupados, sino Siria. Mientras Asad viva no habr¨¢ paz en Oriente Pr¨®ximo". Pero como, entre otras cosas, Asad no es tan vulnerable como Abu Yihad, se conf¨ªa m¨¢s en los muy rumoreados y poco confirmados achaques de salud del presidente sirio que en una f¨®rmula m¨¢s quir¨²rgica.
Cruzar los l¨ªmites
Un portavoz del Ej¨¦rcito israel¨ª, el coronel Raarian Gisin, considera que los principales peligros para la seguridad de Israel son, por este orden, la amenaza militar exterior, el terrorismo y la intifada. "Si existe Israel", afirma, ,les porque los ¨¢rabes no han podido derrotarnos. Ahora, tras el fin de la guerra del Golfo, Irak ha surgido como la principal potencia militar de la regi¨®n, y esta fortaleza puede, te¨®ricamente, ser dirigida contra nosotros. Pero la principal amenaza sigue siendo Siria, que busca desesperadamente la capacidad de vencer por s¨ª sola. A¨²n no la tiene. De ah¨ª que busque apoyos externos, como el sovi¨¦tico, muy dif¨ªcil de conseguir ahora, en plena perestroika. Entre tanto, calienta la situaci¨®n en L¨ªbano y hace todo lo posible para evitar un acuerdo israel¨ª-palestino".
De todos los pol¨ªticos y militares entrevistados a lo largo de 10 d¨ªas de estancia en Israel, es Uri Lubrani, coordinador de las actividades del Ej¨¦rcito en el sur de L¨ªbano, el que parece menos impresionado por la amenaza siria. "No tenemos relaciones con Darnasco", afirma, "pero s¨ª un entendimiento sobre los l¨ªmites que no pueden cruzar. Baste con se?alar que ¨¦sa es la frontera m¨¢s tranquila que tenemos. Otro acuerdo no escrito es que no debe llegar terrorismo a Israel de la zona de L¨ªbano que controla el Ej¨¦rcito de Damasco. ?Que si me preocupa la presencia siria en la Bekaa? No veo por qu¨¦. Cuantos m¨¢s soldados tengan en L¨ªbano menos tendr¨¢n en el Gol¨¢n".
La obsesi¨®n por la seguridad explica la resistencia israel¨ª a aceptar la f¨®rmula paz por territorios que apoya la pr¨¢ctica totalidad de la comunidad internacional, incluyendo, aunque con matices, a Estados Unidos. "Su l¨®gica no es nuestra l¨®gica", "no nos importa estar solos", "nos jugamos la existencia", "la OLP ha demostrado que no es de fiar", "los ¨¢rabes no renuncian a destruirnos"... Todas las peticiones de aceptar el hecho consumado de que la OLP representa a los palestinos se enfrentan a esta muralla de desconfianza.
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