?Existe la victoria?, se pregunta Walser
El escritor piensa que ya no existen razones para temer la uni¨®n de Alemania
, "Me suelen catalogar como especialista en perdedores", dice Martin Walser mientras contempla el humo de un puro. "No s¨¦ muy bien por qu¨¦. Supongo que porque no estoy hecho para las victorias. ?Existe acaso algo como la victoria? El vencedor es tambi¨¦n una figura c¨®mica". Martin Walser parece una de esas personas preocupadas porque su interlocutor se sienta c¨®modo. Ofrece mucho a cambio de preguntas sencillas, y ni se inmuta ante aquellas con que de toda evidencia le marean los periodistas. Las dos Alemanias, por ejemplo, que ¨¦l quiere unidas. Responde con buena voluntad. El autor de Caballo enfuga y Dorle y Wolf diserta hoy en un ciclo sobre Goethe y la cultura como identidad europea.
Martin Walser mantiene desde hace cierto tiempo un fuerte debate en Alemania por su tesis de acabar con la divisi¨®n en dos del pa¨ªs y sostener que es posible una reunificaci¨®n. Al perder sentido la idea de que una Alemania unida podr¨ªa caer de nuevo en el Guillermismo o el Hitlerismo, ha venido a decir en numerosas intervenciones, el sostenimiento del Muro no responde m¨¢s que a intereses de terceros. Ex compa?ero de viaje de los comunistas durante algunos a?os -quer¨ªa un eurocomunismo, pero el partido comunista de la RFA termin¨® revel¨¢ndose t¨ªtere de la RDA-, autor de iniciativas como una Oficina de informaci¨®n sobre la guerra de Vietnam (algo en la l¨ªnea del tribunal Russell), su postura le ha acarreado cierta frialdad entre la izquierda."Durante los a?os 50 y 60, Konrad Adenauer (canciller de la RFA, democristiano) cre¨® un lenguaje que hablaba de la reunificaci¨®n, pero con el tiempo se revel¨® que no se trataba sino de una herramienta m¨¢s en la estrategia de la guerra fr¨ªa. Por ello, si a alguien se le ocurre hablar de la reunificaci¨®n, a menudo le contestan: 'Hablas como Adenauer'. En definitiva, la izquierda quiere hoy lo mismo que la derecha: el mantenimiento de la l¨ªnea divisoria".
"Por qu¨¦ los alemanes de la RDA habr¨ªan de pagar siempre?", se pregunta Walser, que en alg¨²n sitio ha meditado sobre el hecho de que Nietzche y Goethe nacer¨ªan hoy en (territorio de) la RDA. "Desde hace cuarenta a?os, los alemanes de la RDA no desean otra cosa que regresar a... [Walser busca la palabra] Centro Europa. ?Por qu¨¦ no hacer de Alemania un territorio como Suiza o Austria, neutro y a la vez occidental?... Est¨¢ claro que los prejuicios son econ¨®micos".
La prueba de que una Alemania reunificada no volver¨ªa a caer en una variante del fascismo est¨¢ clara, a juicio de Walser: "Cuarenta a?os de cotidiana pr¨¢ctica democr¨¢tica". A su modo de ver, los incidentes de racismo con trabajadores extranjeros que peri¨®dicamente se registran en la RFA no son significativos, y "ni siquiera se pueden llamar racismo". Por lo dem¨¢s en Alemania, al igual que en el Reino Unido, Francia e incluso Italia -no en Espa?a, que parece es el contrario- el debate del momento es el de la sociedad multicultural.
La entrevista se desarrolla en la ruidosa cafeter¨ªa de un hotel de lujo que muy bien podr¨ªa encontrarse en Miami, no s¨®lo a causa de su nombre cinematogr¨¢fico sino por las conversaciones en ingl¨¦s de los ejecutivos que rodean a Walser a la hora del desayuno. Su conferencia se ha de desarrollar en un auditorio al fondo de una de esas galer¨ªas de cristal y piedra que parecen la se?a de identidad del anonimato internacional, entre peluquer¨ªas y galer¨ªas de arte, en los bajos de los pretenciosos edificios de lo que en Madrid se ha querido llamar peque?o Manhanan.
En ning¨²n escenario podr¨ªa encajar menos un escritor cuya tem¨¢tica se centra en lo que un cr¨ªtico llam¨® la dominaci¨®n y el medro, y cuyos ojos azules parecen adiestrados para captar al perdedor all¨ª donde se encuentre. Y no para alabarle, mucho menos para hundirle, en todo caso para comprenderle.
"El escritor escribe porque le falta algo", piensa Walser. "A menudo he intentado expresar la idea de que uno escribe, no porque le sobre algo, sino porque le falta. Se tiene menos que otras personas. Una persona satisfecha no escribe... no lee. Si un ni?o comienza a leer es porque encuentra en el libro algo de lo que carece".
Considerado hoy un maestro de la talla de Heinrich B?ll, Gunter Grass y Thomas Bernard, Walser, descubierto en Espa?a bastante tarde, se form¨® como escritor a la sombra de Kafka, y sobre ¨¦l escribi¨® una reputada tesis que hoy se le antoja simplona. Era la postguerra, nac¨ªa el existencialismo y la obra de Kafka cobraba su sentido. Elproceso es una de las cimas de la literatura en alem¨¢n, piensa; las otras son el Jakob von Gunten, de Robert Walser, y el Wilhelm Meister, de Goethe.
Al fin liberado de trabajos alimenticios que hasta los 51 a?os le hicieron perder tiempo, Mart¨ªn Walser sigue viviendo en el apacible y tur¨ªstico paisaje del Lago Constanza, donde naci¨® hace 62 a?os. Salvo eventuales estancias en el extranjero cuando era profesor -en cierta ocasi¨®n comenz¨® a so?ar en ingl¨¦s y supo que deb¨ªa regresar-, sus viajes no se prolongan. Necesita el dialecto de su comarca. "El dialecto es el tesoro de la lengua flteraria".
Babelia
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