De nuevo, la gesti¨®n
HACE EXACTAMENTE un a?o, los consejos de administraci¨®n de los bancos Central y Espa?ol de Cr¨¦dito (Banesto) aprobaban las bases de la fusi¨®n de ambas entidades y comenzaban a caminar hacia el Banco Espa?ol Central de Cr¨¦dito, sin duda el futuro n¨²mero uno del sistema financiero espa?ol, superando al Bilbao Vizcaya. Trescientos sesenta y cinco d¨ªas despu¨¦s, casi nada se asemeja a aquel panorama, fundamentado filos¨®ficamente en la entrada en vigor del Acta ?nica Europea el 1 de enero de 1993, y en la realidad, en un matrimonio de intereses de Alfonso Esc¨¢mez y Mario Conde, presidentes de ambas entidades.Hoy, ni hay fusi¨®n ni los consejos de administraci¨®n de los bancos se componen del mismo modo. Tras un complicad¨ªsimo proceso de luchas por el poder en el que casi todo ha valido y en el que la tergiversaci¨®n, las campa?as informativas amarillas y hasta el chantaje personal se han convertido en un elemento m¨¢s de lo cotidiano para esc¨¢ndalo de los peque?os accionistas, aparece de nuevo, descarnado, el principal problema que afectaba a Central y Banesto antes del intento de refundaci¨®n de una nueva entidad gigante: la gesti¨®n. En los ¨²ltimos a?os se ha apreciado c¨®mo el oligopolio formal que compon¨ªan los siete grandes se romp¨ªa en pedazos a la hora de competir, pues las primeras entidades que encabezaban el ranking bancario eran precisamente las m¨¢s aquejadas por la anemia de su rentabilidad.
Ahora que Banesto y Central son nuevamente dos bancos diferenciados, cada uno con sus peculiaridades, conviene analizarlos por separado. En las juntas generales de ayer, sus principales gestores -los presidentes- se han presentado con el camino allanado de cr¨ªticos y han tenido el cl¨¢sico paseo militar ante los accionistas.
En el caso de Banesto, las ¨²ltimas resistencias al quehacer de Mario Conde y su equipo quedaban laminadas del mismo modo que anteriormente; no hace todav¨ªa cinco meses que en el Consejo de Administraci¨®n de Banesto 10 consejeros desaprobaban la gesti¨®n de Conde en su primer ejercicio al frente del banco. Ocho de ellos ya no tienen nada que ver con el banco, el noveno ha pactado una retirada digna y el d¨¦cimo -que se abstuvo- se ha integrado entre los leales. Conde present¨® ayer sus pol¨¦micas cuentas (discutidas hasta el ¨²ltimo momento por Jacobo Arg¨¹elles, el ¨²ltimo consejero contestatario), incorpor¨® a nuevos consejeros y aprob¨® la constituci¨®n de una corporaci¨®n industrial que aglutinar¨¢ las participaciones del grupo. Ello, m¨¢s la evoluci¨®n del banco en los primeros meses de este ejercicio, es la demostraci¨®n de que algo se mueve; ahora que Mario Conde ya no tiene oposici¨®n reconocida es el momento de probar que, adem¨¢s de ganar batalla tras batalla a quien no le ha sido c¨®mplice, es un buen banquero que tiene capacidad para restituir a Banesto el liderazgo perdido.
M¨¢s complicadas se le presentan las cosas a Alfonso Esc¨¢mez. Est¨¢ fuera de la l¨®gica que el primer propietario del Banco Central -Cartera Central, con m¨¢s del 12% de las acciones en su poder- no se corresponsabilice de la gesti¨®n, entienda que se han tomado decisiones "perjudiciales para los intereses de la entidad o no ajustados a la normativa vigente" y advierta que se le ha negado "persistente y tenazmente el acceso a una informaci¨®n transparente y completa" sin que ocurra nada. En un sistema de econom¨ªa de mercado, las divergencias entre la propiedad y la gesti¨®n no pueden dirimirse ignorando ol¨ªmpicamente a la primera, siendo demag¨®gico alegar que frente al 12% de Cartera Central se encuentra el resto del capital, puesto que todo el mundo conoce c¨®mo el aparato de cualquier instituci¨®n (como ha hecho Esc¨¢mez) tiene los medios para aglutinar la representaci¨®n de cientos de miles de accionistas sin que ¨¦stos manejen el conjunto de la informaci¨®n pertinente. Pero tambi¨¦n es incongruente que quien representa un 12% del capital pretenda, sin el consenso del resto del consejo, tener una presencia proporcionalmente superior a la que le corresponde sin una justificaci¨®n profunda.
Es hora pues de que, liberados de la disciplina que impone el juego de las mayor¨ªas y de las minor¨ªas dentro de un consejo de administraci¨®n, y con la libertad de los accionistas de a pie, los hombres de Cartera Central hagan p¨²blicos los elementos de discrepancia global que han tenido con Alfonso Esc¨¢mez y su equipo, que les han llevado a dimitir, calificando al presidente de la entidad de incompetente. Este elemento de transparencia siempre ser¨¢ bueno para el conjunto de la masa social del banco y fundamental para la gesti¨®n de la que sigue siendo la segunda entidad privada del sistema financiero espa?ol.
En una de sus ¨²ltimas intervenciones p¨²blicas, Mario Conde pon¨ªa el dedo en la llaga cuando afirmaba: "Dec¨ªa Keynes que lo inevitable nunca sucede, siempre tiene lugar lo inesperado; pero, aceptando estas limitaciones, hay un principio b¨¢sico: solamente saldr¨¢n airosas las empresas que hayan volcado su esfuerzo en la gesti¨®n". De esto se trata, independientemente de las luchas por el poder.
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