El insuperable Mozart de Maria Joao Pires
La pianista Maria Joao Pires, que, al modo de Marta Argerich, suele dar espantadas, estuvo anunciada por Juventudes Musicales y al final no vino; ahora la tenemos entre nosotros y, por lo pronto, sabemos con toda seguridad que anteayer toc¨® para la serie Mozart de Scherzo en uni¨®n de Ros Marb¨¢ y la Orquesta de C¨¢mara de Holanda. ?Y c¨®mo toc¨®!Guardo en la memoria un par de acontecimientos fuera de serie. En 1970, formando tribunal con colegas de diversos pa¨ªses para fallar el concurso Beethoven, organizado por la UER en Bruselas, apareci¨® de pronto la figura menuda y viva de una pianista portuguesa sobre la que la mayor¨ªa ignor¨¢bamos todo. Toc¨®, venci¨® y asombr¨®. El otro descubrimiento, en circunstancias an¨¢logas, se llama Christian Zacharias.
Orquesta de C¨¢mara de Holanda
Director: A. Ros Marb¨¢. Pianista: M. J. Pires. Obras de Mozart. Auditorio Nacional, 20 de junio.
Lo maravilloso es que, en cada una de sus actuaciones, volvemos a descubrir a Maria Jo¨¢o. En este concierto nos dio dos medidas de Mozart, la del Concierto n¨²mero 9, de 1777, y la del n¨²mero 27, de 1791, y ambas fueron, m¨¢s que admirables, estremecedoras. Mozart cuenta en la historia como un milagro de la naturaleza; reproducirlo, tal y como lo hace Maria Joao Pires, es otro milagro. La superabundancia de ideas del concierto dedicado por Wolgf¨¢ang Amadeus a la pianista francesa Jeunehomme se muestra a veces leve y en ocasiones de gran intensidad emocional, como sucede en el andante.
El otro concierto interpretado, fechado por Mozart el 15 de enero de 1791, culmina la serie desde una melancol¨ªa sin misterio y, muy al contrario, plena de luces. La m¨¢s honda significaci¨®n podr¨ªa sintetizarse acudiendo al t¨ªtulo de un lied compuesto por Mozart nueve d¨ªas m¨¢s tarde, Nostalgia de la primavera. Detallar cuanto hizo bien, superlativamente bien, Maria Joao Pires ser¨ªa excesivo. Antoni Ros Marb¨¢ y la Orquesta de C¨¢mara de Holanda colaboraron de manera ideal y expusieron una preciosa versi¨®n de la Sinfon¨ªa en la mayor (1774). Aclamaciones, m¨¢s que aplausos, obligaron a la pianista a una propina: el celeb¨¦rrimo Momento musical en fa menor, de Schubert.
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