Los empresarios comunitarios piden a Felipe Gonz¨¢lez que la Carta Social no sea vinculante

Los empresarios comunitarios pidieron ayer a Felipe Gonz¨¢lez que la Carta Social que se va a debatir en la cumbre de Madrid no tenga car¨¢cter vinculante y sea una mera recomendaci¨®n a los Estados miembros. La patronal europea, representada en la Unice, acepta que se armonicen las reglamentaciones de seguridad e higiene, formaci¨®n y movilidad de trabajadores, pero no otros derechos laborales porque entiende que ello restar¨ªa competitividad a las empresas, y as¨ª se lo expusieron ayer al presidente del Gobierno espa?ol, a quien tambi¨¦n solicitaron la liberalizaci¨®n de las telecomunicaciones.

Felipe Gonz¨¢lez, tras la reuni¨®n mantenida ayer con los dirigentes de la Uni¨®n de las Industrias de la Comunidad Europea (Unice), en la que est¨¢n representadas las patronales de los pa¨ªses comunitarios, mantendr¨¢ hoy otra similar con la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos (CES), como pr¨®logo a la cumbre de Madrid con los jefes de Estado y de Gobierno de la CE, que se celebrar¨¢ los d¨ªas 26 y 27 de junio. Las peticiones hechas por la Unice sobre la Carta Social entran en contradicci¨®n con las defendidas por los sindicatos europeos, que reclaman un texto m¨¢s comprometido que armonice los derechos de los trabajadores y tenga car¨¢cter vinculante.Derechos m¨ªnimos

El presidente de la Unice, Karl Gustaf Ratgen, declar¨® ayer antes de su encuentro con el presidente del Gobierno espa?ol, que su organizaci¨®n es partidaria de que se garanticen unos derechos m¨ªnimos a los trabajadores, pero considera que un documento r¨ªgido no sirve para eliminar barreras y aumentar la competitividad. Por ello cree que imponer a pa¨ªses como Espa?a, Portugal e Italia ciertas cargas ser¨ªa perjudicial.

Los empresarios comunitarios comparten con los sindicatos solamente la necesidad de armonizar las legislaciones tendentes a incrementar la movilidad de los trabajadores, estimular y mejorar la formaci¨®n, higiene y seguridad, igualdad de oportunidades y la utilizaci¨®n m¨¢s eficaz de los fondos estructurales. Ratgen cree que no es bueno regular a nivel europeo lo que se hace mejor en el plano regional o de las empresas y considera "un error que la Carta Social sea vinculante". Los empresarios exigen que sea una mera recomendaci¨®n".

Tampoco est¨¢n de acuerdo en que la cumbre de Madrid haga una declaraci¨®n solemne sobre la Carta Social tal como piensa proponer Gonz¨¢lez porque, seg¨²n Zyginunt Tyszkiewicz, secretario general de la Unice, ello ser¨ªa emitir "un cheque en blanco".

Los puntos de la Carta Social m¨¢s conflictivos y a los que se oponen los empresarios son, seg¨²n Carlos Ferrer, vicepresidente de la Unice, los referidos a la participaci¨®n de los trabajadores en las empresas.

En el estatuto de la empresa que se prepara, la Comisi¨®n europea defiende una cogesti¨®n a la carta que incluye modelos como el alem¨¢n y el dan¨¦s, con tres posibilidades de establecer la participaci¨®n de los trabajadores: la cogesti¨®n, el comit¨¦ de empresa y el acuerdo entre direcci¨®n y trabajadores.

La Unice reclam¨® tambi¨¦n al presidente del Gobierno espa?ol que impulse la directiva de liberalizaci¨®n de las telecomunicaciones, que abre esos servicios a la iniciativa privada, sin que ello suponga la privatizaci¨®n del correo y el tel¨¦grafo.

Asimismo han pedido al Consejo de Ministros que se eliminen las barreras fiscales, a trav¨¦s de un consenso en torno a los impuestos sobre bienes de consumo, una ley ¨²nica sobre fusiones de empresas, y que fomenten un organismo muy fuerte en Bruselas que obligue a todos los pa¨ªses a cumplir las medidas sobre protecci¨®n del medio ambiente.

El presidente de la Unice, de nacionalidad alemana, reconoce que su pa¨ªs no tendr¨ªa problema alguno en adoptar la Carta Social, como tampoco lo tendr¨ªa Francia, porque los derechos en ella reconocidos est¨¢n en vigor, pero asegura que su responsabilidad como presidente de la patronal europea le obliga a veces a "ir en contra de mi pa¨ªs".