Vidal-Beneyto: "Carecemos de pol¨ªticos, sindicatos y opini¨®n p¨²blica europeos"
El director general de Educaci¨®n y Cultura del Consejo de Europa pide m¨¢s democracia en la CE
El ¨¢rea de actividad de Jos¨¦ Vidal-Beneyto, uno de los animadores de los federalistas europeos como vicepresidente del Movimiento Europeo en Espa?a y gobernador de la Fundaci¨®n Europea de Cultura, con sede en Amsterdam, se desarrolla en el ¨¢mbito cultural, pero no por eso deja de mantener alerta su instinto pol¨ªtico. Seg¨²n ¨¦l, la creaci¨®n de la Europa social es un objetivo capital, y asegura que uno de los problemas de la construcci¨®n europea es que carece de los grandes soportes del ejercicio democr¨¢tico de dimensi¨®n comunitaria: partidos y sindicatos.
El inter¨¦s "decisivo y determinante" de Vidal-Beneyto es Europa, y en ello lleva trabajando casi 40 a?os. "Me hubiese interesado tener una cierta presencia en el Parlamento Europeo como independiente en las listas de alg¨²n partido de progreso (PSOE o CDS), porque es la ¨²nica punta de lanza de la construcci¨®n efectiva de Europa". La abstenci¨®n -el aspecto m¨¢s destacado de las euroelecciones- representa para ¨¦l algo "desesperante e irritante". En todos los pa¨ªses "se ha hecho pol¨ªtica nacional de la peor especie tomando a Europa como pretexto".Pregunta. En esa construcci¨®n europea ser¨¢ decisiva el Acta ¨²nica, pero ?no cree que se exagera sobre 1992?
Respuesta. El mito de 1992 puede ser peligroso. He insistido mucho en el hecho de que las 300 directivas del Acta ?nica pueden traducirse en la creaci¨®n de una OCDE reactualizada. Si se disminuye el contenido de las directivas nos podemos encontrar con que el 31 de diciembre de 1992 no tengamos un espacio ¨²nico, sino una zona de libre cambio en la que se hayan abierto las brechas suficientes para que EE UU, Jap¨®n y el resto de los pa¨ªses de la OCDE se sientan confortablemente. Visto desde Estrasburgo y Bruselas ser¨ªa dram¨¢tico, porque no s¨®lo carecer¨ªamos de ese mercado ¨²nico, que necesitamos como antecente inmediato de la Europa pol¨ªtica, sino que tendr¨ªamos una figura h¨ªbrida que har¨ªa imposible la Europa pol¨ªtica.
Parlamento constituyente
P. ?Y de qu¨¦ manera puede ejercer tal funci¨®n con un poder real limitado?
R. La Euroc¨¢mara es el ¨²nico instrumento determinante para crear una Europa pol¨ªtica. Dudo que se pueda llegar a una verdadera construcci¨®n econ¨®mica sin una voluntad pol¨ªtica determinada y expl¨ªcita. Por otra parte, el Parlamento Europeo, para tener m¨¢s poder, lo que necesita es querer tenerlo. Debe defender su vocaci¨®n de Parlamento constituyente y pedirlo a los Gobiernos y a la opini¨®n p¨²blica de los pa¨ªses miembros; reivindicar lo que es elemental: el control y la preparaci¨®n de las leyes.
P. Recurrir a la opini¨®n p¨²blica es un tanto problem¨¢tico cuando ¨¦sta no parece tener mucho inter¨¦s en los asuntos europeos.
R. No puede haber voluntad pol¨ªtica si no hay una opini¨®n p¨²blica pol¨ªtica. Carecemos de una clase pol¨ªtica europea y de una opini¨®n p¨²blica europea. Tampoco tenemos sindicatos europeos. En definitiva, no tenemos, en una dimensi¨®n europea, ninguno de los grandes soportes del ejercicio democr¨¢tico. Los que presentan las candidaturas y van al Parlamento Europeo son los partidos pol¨ªticos nacionales que, y esto hay que subrayarlo, no tienen ning¨²n inter¨¦s ¨²ltimo en que haya un verdadero partido europeo correspondiente a su ideolog¨ªa.
P. En Europa, como en algunos parlamentos nacionales, la realidad va por un lado y los pol¨ªticos por otro. ?Se han notado lastres en las presidencias socialistas griega, espa?ola y francesa, ¨¦sta desde el 1 de julio?
R. El semestre de Papandreu supuso una decepci¨®n. Despu¨¦s de las esperanzas, no del todo cumplidas, del semestre espa?ol hay que esperar que Mitterrand d¨¦ un impulso importante, ya que se ha comprometido a sacar adelante la Carta Social.
P. Parece que Thatcher es la bestia negra de los europe¨ªstas.
R. Tiene una cosa buena: nadie puede llamarse a enga?o con ella. La se?ora Thatcher es antiEuropa pol¨ªtica, y ha dicho que impedir¨¢ el proceso mientras tenga poder. Lo sorprendente no es que imponga sus puntos de vista, sino que haya impuesto incluso su ideolog¨ªa. Si se analiza la pol¨ªtica del Consejo, la ideolog¨ªa thatcheriana es la dominante.
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