El ¨²ltimo combate

Eran las 10.39 del d¨ªa 27 de mayo de 1941 cuando una de las m¨¢s poderosas m¨¢quinas de guerra naval que ha habido en la historia sucumb¨ªa v¨ªctima del ataque rasante de aviones y del fuego de artiller¨ªa y torpedos de los cruceros de los ej¨¦rcitos brit¨¢nicos. La noche anterior, un torpedo lanzado por un avi¨®n del Ark Royal, tipo Swordfish, hizo blanco en la zona de popa y le dej¨® inutilizado el tim¨®n. El barco qued¨® ingobernable, a la deriva, en medio de un fuerte temporal del Noroeste.

Durante toda la noche, los destructores brit¨¢nicos intentaron acabar con el Bismarck, pero no lo consiguieron, quiz¨¢ debido al mal tiempo. El destino del acorazado alem¨¢n estaba, no obstante, sentenciado. A la hora ya citada, el buque alem¨¢n se fue al fondo y se llev¨® a casi toda la tripulaci¨®n con ¨¦l.

A los historiadores les qued¨® la duda de si la propia tripulaci¨®n contribuy¨® al hundimiento. Horas antes del desenlace, el almirante L¨¹tjens envi¨® a Berl¨ªn el siguiente mensaje: "'El barco es ya ingobernable; combatiremos hasta el ¨²ltimo instante. ?Heil Hitler!". El Fuhrer contest¨®: "Les doy las gracias en nombre del pueblo alem¨¢n. Alemania entera est¨¢ con vosotros".

El combate final del coloso alem¨¢n, que hab¨ªa entrado en servicio el 24 de agosto de 1940, comenz¨® cuatro d¨ªas antes, cuando se dirig¨ªa, acompa?ado por otro acorazado de menor calado, el Prinz Eugen, al norte de Islandia para salir al Atl¨¢ntico por el estrecho de Dinamarca. Antes de perecer, el Bismarck se llev¨® por delante al acorazado brit¨¢nico Hood y dej¨® pr¨¢cticamente fuera de combate al Prince of Wales, pero nada pudo hacer contra los ataques de los aviones y de los dem¨¢s acorazados, a pesar de sus 32 ca?ones -16 de 105 mil¨ªmetros y 16 de 37 mil¨ªmetros-. Los aviones volaron por debajo de la l¨ªnea de fuego antia¨¦reo y lograron dar en el blanco.

El d¨ªa 27 de mayo, el crucero espa?ol Canarias sali¨® desde El Ferrol hacia el lugar del hundimiento para rescatar a posibles supervivientes, pero el d¨ªa 31 volvi¨® a tierra sin haber encontrado a ninguno.