Estaban un fil¨®sofo, dos capitalistas y un comunista
La crisis china y los comicios europeos han reavivado en Italia el viejo debate entre ideolog¨ªas
Tres personajes de primera plana de Italia: un fil¨®sofo; m¨¢s a¨²n, el padre de la filosof¨ªa, Norberto Bobbio, y dos capitalistas, Cesare Romiti, hombre de Fiat, y Carlo de Benedetti, de Olivetti, est¨¢n enzarzados en un apasionado debate p¨²blico, a trav¨¦s de la Prensa, sobre capitalismo y comunismo. Todo comenz¨® cuando el Partido Comunista Italiano (PCI), con la llegada de Achille Occhetto a la secretar¨ªa general, empez¨® a salir de su letargo y a estar puntualmente presente en la escena p¨²blica.
Bobbio y Romiti empezaron z discutir cuando el PCI acus¨® 2 Fiat de no respetar los derecho,, humanos y sindicales de sus trabajadores. Romiti defend¨ªa "il profitto", la ganancia, como algc intr¨ªnseco e inseparable del capitalismo, y Bobbio se preguntaba si deb¨ªa o no deb¨ªa haber un "l¨ªmite moral" a dichas ganancias, Bobbio y Romiti se encontraron y aclararon personalmente sus posiciones.Despu¨¦s, el PCI celebr¨® su congreso de Roma y empez¨® el camino de su transformaci¨®n al mismo tiempo que la pol¨¦mica con los socialistas se hac¨ªa cada vez m¨¢s dura. La sorpresa lleg¨® con los sucesos de China. Los comunistas se vieron zarandeados por un vendaval de acusaciones al comunismo de ser siempre lo mismo y acabar usando la violencia y la fuerza contra la libertad.
Se pens¨® que el PCI de Occhetto iba casi a desaparecer en las elecciones europeas. Dirigi¨¦ndose a los j¨®venes empresarios, cerca de G¨¦nova, Romiti hab¨ªa dicho que deb¨ªan alegrarsesi desaparec¨ªa el partido comunista. Entr¨® esta vez en escena Carlo de Benedetti, segundo gran capitalista de este pa¨ªs despu¨¦s de Agnelli y hoy due?o tambi¨¦n del diario La Repubblica, con la opini¨®n contraria: que para que una democracia pueda vivir y prosperar es necesaria una oposici¨®n seria tanto como un sindicato fuerte.
Bobbio volvi¨® a entrar en escena lanzando un grito de dolor frente a la crisis del comunismo en el mundo y pregunt¨¢ndose qui¨¦n enarbolar¨¢ ahora la bandera de la solidaridad, de la igualdad, al hab¨¦rsele ca¨ªdo de las manos al comunismo. Hubo quien interpret¨® que Bobbio no consideraba que, por lo menos en Italia, dicha bandera estuviera en manos de los socialistas. estall¨® de nuevo la pol¨¦mica.
Llegaron las elecciones, y con ellas la gran sorpresa, porque muchos italianos no comunista, le dieron el voto a Occhetto, e m¨¢s votado, por ejemplo, en la capital, como dando a entender que no deb¨ªan desaparecer. E partido comunista volvi¨® a ser la primera fuerza pol¨ªtica en la grandes ciudades, empezand0 por Tur¨ªn, cuna de Fiat.
Libertad
Y ante tales resultados, todos estaban pendientes de lo que iban a decir, tanto Romiti como De Benedetti. Ambos callaron algunos d¨ªas. Despu¨¦s, Romiti, inesperadamente, envi¨® a La Repubblica, su diario rival, un art¨ªculo muy significativo con el t¨ªtulo Sin nosotros, los capitalistas, no hay libertad. En dicho art¨ªculo rechaza la acusaci¨®n de "arrogancia" que le hab¨ªan imputado por el hecho, dice, de haber aprendido con satisfacci¨®n que "la ideolog¨ªa capitalista" est¨¢ en crisis. Afiriria que s¨®lo el capitalismo asegura la libertad y el bienestar. En realidad, Romiti defiende un neocapitalismo que respete todas las libertades, y a Bobbio le dice que no se trata de "levantar nuevas banderas", sino m¨¢s bien de "transformar continuamente, sin exponer utop¨ªas lejanas, la realidad en la que vivimos".
El hombre fuerte de Fiat no nombraba nunca en su art¨ªculo directamente a Occhetto y a su partido, pero estaba presente siempre su sombra. Al contrario que De Benedetti, en una entrevista que apareci¨® la pasada semana en el semanario Panorama, aborda el problema de los resultado electorales. Afirma que est¨¢ contendo de los obtenidos por el PCI porque, dice, con la desaparici¨®n de ese partido se hubiese perdido la posibilidad hoy de una oposici¨®n y ma?ana de una alternativa. Afirma que ¨¦l no ha votado comunista, sino republicano, pero a?ade: "Quiero asegurar que como capitalista soy de los que han contribuido a redimensionar al viejo PCI".
Seg¨²n el ingegnere, a ¨¦l le gustar¨ªa tambi¨¦n para Italia la posibilidad de que fuerzas pol¨ªticas distintas se alternaran en el poder y una ley electoral que permitiera escoger con antelaci¨®n el tipo de programas y de gobiernos, que es lo que precisamente quieren tanto el comunista Occhento como el demoscristiano Ciriaco de Mita, pero que no gusta al socialista Bettino Craxi
Dos visiones
Se trata de dos capitalistas con visiones diferentes de lo que para Italia puede suponer la supervivencia del PCI transformado y de una concepci¨®n quiz¨¢ tambi¨¦n distinta del modo de entender la misma vida de la empresa.
Para ambos, el capitalismo es algo positivo que debe y puede ser siempre perfeccionado.La diferencia est¨¢ quiz¨¢ en el modo de realizarlo. Romiti, en su defensa apasionada de un capitalismo que contrapone al "sistema comunista", afirma que aquel sistema "asegura mejor que ning¨²n otro el desarrollo y el cambio".
Romiti parece un capitalista m¨¢s pegado a la tierra y, quiz¨¢ por ello, m¨¢s pesimista. De Benedetti, un capitalista m¨¢s alegre, m¨¢s optimista y, quiz¨¢ por ello, seg¨²n algunos, m¨¢s ut¨®pico.
?Pero la utop¨ªa se contrapone al realismo? En realidad, ambos personajes han demostrado que saben d¨®nde pisan cuando se trata de hacer su agosto.
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