El 'quintacolumnismo' ecol¨®gico
Los 'verdes' se infiltran en los consejos de las grandes empresas italianas para combatirlas desde dentro
Los verdes, el grupo que m¨¢s ha crecido proporcionalmente en las ¨²ltimas elecciones europeas, convirti¨¦ndose en el cuarto partido nacional, han puesto en marcha una iniciativa revolucionaria y espectacular comprando acciones en los grandes grupos industriales para poder contestar sus pecados ecol¨®gicos desde dentro. El primer objetivo ha sido el grupo con mayor riesgo ecol¨®gico: la Montedison, el gran polo qu¨ªmico del pa¨ªs, en manos de Ra¨²l Gardini, due?o tambi¨¦n del diario Il Messaggero. Y el bautizo de esta original iniciativa fue en Mil¨¢n, en la asamblea anual de accionistas.
Los verdes hab¨ªan comprado antes 2.000 acciones que fueron divididas entre 400 socios. Una operaci¨®n - que no fue f¨¢cil a causa de la oposici¨®n que hab¨ªan hecho los bancos, que quer¨ªan hacerles pagar a 6.000 pesetas la delegaci¨®n para poder participar con un solo t¨ªtulo.Cuando ya ten¨ªan las cartas en regla se presentaron como un batall¨®n, con la cabeza cubierta con un gorro verde. Hab¨ªan llegado en autobuses. Los m¨¢s numerosos desde Bormida, en Liguria, donde est¨¢ situada la tan discutida f¨¢brica Acna, que los ciudadanos de aquel lugar llevan a?os intentando cerrar por sus riesgos ecol¨®gicos.
LLegaron con banderas y pancartas. Familias con ni?os y todo. Y Gardini, hombre de aguda inteligencia, no s¨®lo no intent¨® boicotear la presencia pintoresca de los verdes, sino que decidi¨® que la habitual seria asamblea de sus accionistas se celebrara este a?o en una sala mucho m¨¢s grande para que todos pudieran entrar.
Para los accionistas doc, es decir, los de peso, aquello fue, sin embargo, como una invasi¨®n de b¨¢rbaros. Se les notaba en la expresi¨®n de la cara, cont¨® uno de los presentes. Pero en este pa¨ªs las reglas de la democracia son sagradas y todos, tragando saliva, se mantuvieron compuestos.
La consigna de los verdes -capitaneados por personajes como Adelaide Aglietta, una de las columnas del Partido Radical; Ermete Realacci, presidente de la Liga para el Ambiente; diputados italianos y europeos, como Enrico Testa" y hasta Renata Ingrao, hija del m¨ªtico l¨ªder comunista Pietro Ingrao, hoy con los movimientos a favor de la defensa de la naturaleza- hab¨ªa sido tambi¨¦n de "compostura".
Asamblea divertida
Nunca una asamblea de accionistas de Montedison hab¨ªa sido tan viva y poco aburrida. Los verdes intervinieron en 50 ocasiones. Su consigna era hablar claro pero con "respeto", y si fuera preciso con "iron¨ªa", pero sin irritar a los "grandes" accionistas.La asamblea dur¨® 12 horas. Los verdes pidieron fundamentalmente tres cosas: primero, destinar los dividendos de 1988 a obras de saneamiento ambiental de las f¨¢bricas. Y un testigo presente asegura que ante esta petici¨®n los accionistas "poco ecol¨®gicos" dieron un salto en la silla. Segundo, el cierre de la f¨¢brica Acne. Los verdes dijeron a Gardini: "Se la compramos a precio de oro: 1.000 liras". No era s¨®lo iron¨ªa. Quer¨ªan demostrarle que es una f¨¢brica en p¨¦rdidas, contestada por la poblaci¨®n y cargada de problemas, a la que ser¨ªa mejor dar el cerrojazo.
Y por ¨²ltimo pidieron que uno de los verdes pueda ahora entrar en el consejo de administraci¨®n. Y esta vez fue Gardini quien encendi¨® nervioso el en¨¦simo cigarrillo de la sesi¨®n. "Y para demostrarle, se?or Gardini, que somos tolerantes y comprensivos", le dijo Ermete Realacci, presidente de la Liga del Ambiente, 11 no le vamos a pedir que deje de fumar, cosa que est¨¢ prohibida en esta sala". Esta vez Gardini esboz¨® una sonrisa.
Los verdes en realidad hicieron un aut¨¦ntico proceso a la gran concentraci¨®n qu¨ªmica de Montedison, haciendo alarde de conocer el terreno, exhibiendo cifras, informes, leyes no cumplidas de la Comunidad Europea, etc¨¦tera. Nunca hubo tantos aplausos en una asamblea accionaria italiana. Un joven verde pregunt¨® con cierta timidez al que ten¨ªa a su lado: "?Est¨¢ permitido tambi¨¦n silbar?".
Gardini respondi¨® a todo que no. En realidad, a la petici¨®n que hab¨ªa hecho chirriar las sillas de los accionistas de dedicar los dividendos de 1988 a sanear el ambiente ni respondi¨®. En cuanto al cierre del Acne se limit¨® a decir que ya no es competencia de Montedison porque ha pasado bajo el control de Enimont. Y a?adi¨® que eso no quer¨ªa decir que "somos insensibles" a los problemas de dicha f¨¢brica, ya que han sido invertidos ya 5.000 millones de pesetas para sanear dicha empresa y que han sido calculados otros 11.000 millones para 1991. La ¨²nica puerta que Gardini dej¨® abierta fue la posibilidad de que un verde entre en el Consejo de Administraci¨®n de Montedison, aunque a?adi¨® que hay que estudiar bien la cosa, ya que, subray¨®, "existen problemas t¨¦cnicos y jur¨ªdicos".
Nervios y flechazos
La asamblea, tras tantas horas de nervios, discusiones y flechazos mutuos, acab¨®, sin embargo, con un enfrentamiento de fondo sustancial entre el presidente de Montedison, Ra¨²l Gardini, y Ermete Realacci, quien invit¨® a todo su batall¨®n verde a desertar de la asamblea a la hora de votar, conocedor de que en las asambleas de accionistas a la hora de decidir las acciones se cuentan y no se pesan. Y las de ellos eran m¨¢s bien acciones simb¨®licas, de eficaz peso de imagen ante la opini¨®n p¨²blica, pero insignificantes matem¨¢ticamente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.