La 'televisi¨®n-basura'
La moda de los 'programas-ataque' empieza a dejar sus secuelas en EE UU
Las modas televisivas en Estados Unidos se actualizan de a?o en a?o. Algunas no son m¨¢s que experiencias aisladas sin la menor trascendencia. En otros casos, sin embargo, se trata de significativos cambios, que, debido al poder de la industria norteamericana, terminan por exportarse a otros pa¨ªses. La moda de la temporada tiene un nombre tan chocante como espectacular en su puesta en escena. El nombre que reciben lo dice todo: la TV-trash, es decir, la televisi¨®n-basura.
Hace unos meses, Televisi¨®n Espa?ola ofreci¨® en uno de sus telediarios unas sorpendentes im¨¢genes en las que se pod¨ªa observar c¨®mo los participantes en un coloquio entre un grupo de nazis y los representantes de una asociaci¨®n de defensa de los negros acababa en una pelea multitudinaria que finalizaba con diversos contusionados. Uno de ellos, con la nariz rota, era el presentador del espacio, un periodista llamado Geraldo Rivera. Su programa, llamado Geraldo, es, junto al Morton Downey Jr. show, el m¨¢s claro ejemplo de la denominada televisi¨®n-basura, tambi¨¦n conocida por el no menos expresivo nombre de attack-shows (programas de ataque).B¨¢sicamente, la idea de los shows de Rivera y Downey consiste en realizar un debate pol¨¦mico. Se realizan siempre con p¨²blico en directo. A veces incluso el espacio se desarrolla en grandes auditorios. Desde el comienzo del espacio, el p¨²blico de la sala mantiene una gran actividad: grita cuando no est¨¢ de acuerdo, r¨ªe a carcajadas las gracias del presentador. Sin embargo, los momentos de mayor pasi¨®n vienen cuando salta la pol¨¦mica, en particular si se desencadena a grandes voces y en el tono m¨¢s demag¨®gico posible.
En cuanto al contenido de los espacios, la variedad no es la nota predominante. En la mayor parte de los casos, el centro de atenci¨®n de los debates se refiere a cuatro grandes cuestiones: el sexo, la violencia, la religi¨®n y el racismo.
Eso s¨ª, cada d¨ªa se suelen buscar ¨¢reas de intersecci¨®n entre estos apartados, y as¨ª se aparenta al menos una cierta originalidad. Por este motivo, no es extra?o encontrarse habitualmente coloquios dedicados a la violencia sexual, al sexo y la religi¨®n, a la violencia racista o al sexo interracial.
Las secuelas de la moda son ya perceptibles. El formato del programa, m¨¢s suavizado, se ha trasladado a otros espacios. Algunas de las figuras m¨¢s conocidas de la televisi¨®n norteamericana han remodelado sus respectivos shows para convertirlos en una versi¨®n edulcorada de los attack-shows convencionales.
Mientras tanto, cada d¨ªa, Geraldo Rivera y Morton Downey Jr. siguen su aventura, a pesar de los traspi¨¦s que han sufrido. En una ocasi¨®n, Geraldo Rivera abri¨® en directo ante las telec¨¢maras la pared que al parecer daba paso al legado oculto de Al Capone. All¨ª no hab¨ªa m¨¢s que una vieja caja. Downey denunci¨® recientemente que hab¨ªa sido atacado por unos j¨®venes que le hab¨ªan marcado una cruz gamada en el rostro con un punz¨®n. La polic¨ªa le dijo que no ten¨ªan tiempo que perder y al d¨ªa siguiente Downey luc¨ªa de nuevo un rostro sin marca alguna.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.