Noche larga en Pek¨ªn

[La siguiente carta, escrita por un grupo de ciudadanos chinos residentes en Madrid, est¨¢ firmada por un amigo de ¨¦stos para evitar posibles represalias del Gobierno de su pa¨ªs.]Estamos consternados y horrorizados por el ba?o de sangre producido en la plaza de Tiananmen, protagonizado por eI Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Popular y ordenado por el Gobierno chino. Lloramos impotentemente por la muerte de miles de estudiantes y pac¨ªficos ciudadanos chinos, aut¨¦nticos luchadores de la libertad y la democracia. El mundo entero jam¨¢s podr¨¢ olvidar semejante barbarie cometida por el actual Gobierno chino contra su propio pueblo.

Nunca, en los 40 a?os de la historia de nuestra Rep¨²blica, el Ej¨¦rcito ha disparado contra su propio pueblo, del que naci¨® y se alimenta; ser¨¢ dif¨ªcil limpiar esta mancha de sangre en su hasta hace poco brillante hoja de servicios. Lo m¨¢s espeluznante es que este Gobierno tiene la desverguenza de justificar la atroz matanza "para evitar mayores derramamientos de sangre". Queremos preguntar: ?ten¨ªa pensado asesinar a cu¨¢ntos m¨¢s? ?C¨®mo es posible calificar de "gloriosa victoria" la masacre de civiles desarmados usando tanques y ametralladoras?

Ahora se ha desatado la caza de brujas contra los estudiantes e intelectuales demandantes de la libertad y la democracia, que nos hace recordar los horrores pasados de la triste revoluci¨®n cultural, provocando disgregaci¨®n civil. Las escenas prof¨¦ticas descritas por George OrweIl en el pa¨ªs del Gran Hermano tienen una representaci¨®n nada m¨¢s fehaciente estos d¨ªas en China, y es que a veces la realidad supera con creces a la imaginaci¨®n. Esta vez cabe destacar la peligrosidad de todo el aparato de represi¨®n, encabezado por el Gobierno dictatorial contra su propio pueblo.

No cabe duda de que el avance logrado con el enorme esfuerzo del pueblo estos a?os va a sufrir un gran retroceso; nadie sabe en estos momentos cu¨¢nto va a durar esta noche de pesadilla, la m¨¢s oscura y g¨¦lida en la existencia de nuestra Rep¨²blica.

Los manifestantes estudiantiles no ped¨ªan la luna, sino s¨®lo la aceleraci¨®n de la reforma, libertad de Prensa y medidas contra la corrupci¨®n de los gobernantes; todav¨ªa cre¨ªan ingenuamente en el sistema. Pero ahora ya sabemos por qu¨¦ luchar; la muerte de los estudiantes no ser¨¢ in¨²til; la cuenta sigue pendiente. Hasta que este Gobierno fascista no abandone el poder, hasta que no haya verdadera libertad y democracia, los sue?os de modernizaci¨®n son una utop¨ªa, y el pueblo chino no cesar¨¢ de luchar, aunque sea en silencio.

Sabemos que todos los hombres y mujeres con un m¨ªnimo sentido de la justicia est¨¢n al lado del pueblo chino y que apoyar¨¢n al pueblo chino en su lucha por la libertad; sabemos tambi¨¦n que al final triunfar¨¢ la causa democr¨¢tica, porque la rueda de la historia no puede ser detenida, ni los tanques pueden aplastar el ansia de libertad de un pueblo de 1.000 millones, ni los lanzaflamas pueden incinerar la esperanza de las j¨®venes generaciones de China. Mientras llega ese d¨ªa cantaremos nuestro solemne himno nacional, cuyas amargas letras hoy d¨ªa adquieren su significado m¨¢s que nunca: "?Levantaos los que no quieren ser esclavos! / Con nuestro cuerpo y sangre construyamos / otra gran muralla. A la naci¨®n china ha llegado su momento m¨¢s cr¨ªtico, / cada uno est¨¢ emitiendo el ¨²ltimo grito / con su alma. / ?En pie, en pie, en pie! / Todos los corazones unidos / bajo el fuego de los enemigos. / ?Adelante, adelante, adelante!". Ahora, de momento, encendemos una vela por los ca¨ªdos.-