Distribuci¨®n desigual
La planificaci¨®n familiar ha dejado de tener el car¨¢cter de militancia con que la ejerc¨ªa un reducido grupo de profesionales sensibilizados con los problemas de las mujeres -o de ser una actividad marginal para el resto de los ginec¨®logos-, para convertirse en una de las parcelas profesionales que m¨¢s se han desarrollado, seg¨²n Sagrar¨ªo Mateu, jefe de servicio de salud familiar en el Ministerio de Sanidad y Consumo."En general", dice Merc¨¦ Gasc¨®, presidenta de la Federaci¨®n de Planificaci¨®n Familiar de Espa?a, "han proliferado los centros privados y sigue siendo insuficiente la oferta de la Administraci¨®n". S¨®lo en Andaluc¨ªa se ha unificado en una ¨²nica red todos los centros de p¨²blicos, pero en el resto de las comunidades aut¨®nomas subsisten varios tipos de centros.
A finales de 1988 el Insalud ten¨ªa abiertas 87 unidades b¨¢sicas de planificaci¨®n familiar en los 223 centros de salud con que cuenta.
En total, el Instituto de la Mujer ha computado 331 centros en toda Espa?a que prestan servicios de planificaci¨®n familiar; la mayor¨ªa de ellos dependen de los ayuntamientos. Pero el principal problema, insiste Carmen Mart¨ªnez Ten, ginec¨®loga y directora de ese organismo, "no es el bajo n¨²mero de centros, sino la coexistencia de varias redes sanitarias; esto hace que los pocos recursos existentes se aprovechen mal, ya que la distribuci¨®n geogr¨¢fica de los centros es aleatoria y no responde a criterios de necesidad". As¨ª, mientras una mujer de un barrio urbano de cualquiera de las grandes ciudades espa?olas puede disponer de tres centros diferentes -uno del ayuntamiento, otro del Insalud y otro privado- en su propio distrito, la situaci¨®n de la mujer en el medio rural se sit¨²a en el polo opuesto: s¨®lo puede acudir al m¨¦dico local, que no siempre conoce los m¨¦todos adecuados ni est¨¢ dispuesto a atender ese tipo de demanda.
Saturados
Lo que s¨ª ha mejorado en los ¨²ltimos a?os entre la poblaci¨®n femenina es el nivel de conocimiento que tiene de los m¨¦todos de planificaci¨®n m¨¢s fiables. "La mujeres llegan un poco m¨¢s informadas", dice Isabel Serrano, ginec¨®loga en un centro municipal situado en un barrio de la periferia de Madrid, "y ha aumentado la demanda. El problema ahora es que los centros est¨¢n saturados y no se puede dar entrada a gente nueva". Para solucionar esto, la mayor¨ªa de los centros municipales han seguido criterios propios para discriminar a qui¨¦n pueden atender y a qui¨¦n no. "No existen normas sobre esto, existe una realidad. Le cierto es que se discrimina y en general s¨®lo se atiende a las mujeres acogidas a la beneficencia y a las j¨®venes. Las dem¨¢s mujeres son desviadas a un centro del Insalud o acuden a centros privados", dice Isabel Serrano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.