Conspiraci¨®n mortal
Al descubierto la trama que permiti¨® a terroristas palestinos con dinero iran¨ª volar el 'jumbo' de Pan Am que cay¨® en Escocia
Para Ahmed Jibril, el derribo americano de un reactor iran¨ª de l¨ªneas regulares durante el verano de 1988 era demasiado bueno para resultar verdadero. Su Comando General del Frente Popular para la Liberaci¨®n de Palestina (PFLP/GC) estaba casi sin blanca. Libia hab¨ªa cortado en 1987 su subvenci¨®n anual de 20 millones al grupo terrorista con base en Damasco, dej¨¢ndole s¨®lo con un peque?o subsidio de Siria. Las operaciones se hab¨ªan detenido. Jibril ten¨ªa m¨¢s de 400 hombres armados a los que deb¨ªa alimentar, vestir y alojar.Buscando fondos desesperadamente, hab¨ªa hecho visitas a los reg¨ªmenes radicales de Oriente Pr¨®ximo abogando por su causa. Fue una experiencia humillante. Ninguno le ofreci¨® ayuda; ni siquiera los iran¨ªes.
Pero despu¨¦s de la destrucci¨®n de un avi¨®n iran¨ª de pasajeros por el barco americano Vincennes en el golfo P¨¦rsico, con la p¨¦rdida total de las 290 personas a bordo, Jibril hizo otra visita a los iran¨ªes. A cambio de un precio pod¨ªa proporcionar venganza.
En pocos d¨ªas estableci¨® contacto con el cuartel general de los Guardias Iran¨ªes en Baalbek, la antigua ciudad del valle liban¨¦s de la Bekaa y actualmente la capital terrorista del mundo. Muchos atentados, incluidos los ataques con bomba a la Embajada de Estados Unidos y al cuartel de los marines en Beirut, tuvieron su origen en Baalbek o recibieron la ayuda y la complicidad del Hezbollah (Partido de Dios), que actuaba all¨ª con los guardias revolucionarios.
La oferta de Jibril a la Guardia Revolucionaria fue clara: el PFLP/GC ejecutar¨ªa un ataque terrorista contra Estados Unidos en represalia por el derribo en el golfo P¨¦rsico. Sabiendo que los iran¨ªes apreciaban la simetr¨ªa, indic¨® que un reactor comercial norteamericano, preferiblemente un Boeing 747, ser¨ªa el blanco elegido.
Conforme a las comunicaciones interceptadas entre Teher¨¢n y la Embajada iran¨ª en Beirut, Jibril entr¨® en contacto con el embajador de Ir¨¢n en Beirut, Ahmad Dasymalchiyanm, y le hizo el mismo ofrecimiento. Consciente de la fragmentaci¨®n del poder en el Gobierno iran¨ª, Ahmed Jibril tambi¨¦n envi¨® un colaborador de alto nivel para dar todav¨ªa otro toque a los representantes del Hezbollah con base en Beirut.
Los iran¨ªes no tardaron en responder. Estaban interesados y dijeron que enviar¨ªan a alguien a Teher¨¢n.
Para la delicada tarea de cerrar el trato Jibril escogi¨® a su colaborador de mayor confianza, miembro del comit¨¦ central del PFLP/GC, Hafez Kassem el Dalkamuni.
Primer contacto en Teher¨¢n
Dalkamuni, de 43 a?os, estaba al frente de la secci¨®n internacional del grupo encargada de preparar las operaciones terroristas lejos de Oriente Pr¨®ximo. En la primera mitad de julio de 1988 Dalkamuni viaj¨® a Teher¨¢n, donde se encontr¨® con un viejo amigo, el ministro del Interior Al¨ª Akbar Mohtashemi, que hab¨ªa sido embajador en Siria a comienzos de los ochenta. Mohtashemi hab¨ªa dejado Damasco tras haber perdido un brazo y un ojo a causa de una carta bomba enviada aparentemente por agentes israel¨ªes en represalia por su implicaci¨®n en las operaciones del Hezbollah contra objetivos israel¨ªes y americanos en L¨ªbano.
Dalkamuni fue reconocido en Teher¨¢n al menos por tres servicios de inteligencia: los israel¨ªes los iraqu¨ªes y los de Estados Unidos, que mantienen un sat¨¦lite esp¨ªa, P¨¢jaro Grande, sobre el pa¨ªs. ?l y Mohtashemi pactaron un acuerdo que amalgamaba el deseo iran¨ª de venganza con los planes del PFLP/GC para resolver su crisis financiera.
Pocas semanas despu¨¦s, en las fortalezas del valle de la Bekaa, Mohtashemi acept¨® amortizar el d¨¦ficit fiscal anual del grupo. Entreg¨® casi dos millones a Dalkamuni en d¨®lares, dinero en fianza que pod¨ªa sufragar el coste de la operaci¨®n del PFLP/GC. El resto ser¨ªa entregado despu¨¦s de la represalia.
En septiembre, Dalkamuni fue descubierto en Berl¨ªn Occidental por agentes del servicio secreto israel¨ª, quienes previnieron a las autoridades de Alemania Occidental. Hasta el mes siguiente las autoridades no registraron dos pisos del PFLP/GC, en Francfort y cerca de D¨¹sseldorf, ni arrestaron a Dalkamuni y a otros 12 individuos. En los registros, la polic¨ªa alemana occidental encontr¨® un amplio contingente de armas y explosivos, incluidos 12 libras de explosivo pl¨¢stico checo Semiex y -lo m¨¢s llamativo- dos magnet¨®fonos que estaban acondicionados para contener poderosas bombas, montadas con detonadores barom¨¦tricos programados para la altura de 10.000 metros.
Estaban claramente programadas para ser usadas contra reactores comerciales en las rutas noratl¨¢nticas. Las alturas m¨¢ximas de los vuelos sobre Europa y el Mediterr¨¢neo son m¨¢s bajas, pero las autoridades alemanas no reconocieron la ¨ªndole de ¨¦stos artefactos. Una vez que reconocieron los explosivos -tras la destrucci¨®n del Pan Am 103- no compartieron este conocimiento con otros servicios de inteligencia.
Las autoridades alemanas occidentales, alegando evidencia insuficiente, liberaron a 11 de lo miembros del PFLP/GC a los tres d¨ªas. Retuvieron s¨®lo a Dalkamuni y a Abdel Ghandanfar (creyendo que era iran¨ª, aunque no aparec¨ªa en los bancos de datos de los servicios secretos occidentales). Los alemanes pensaban que el grupo estaba maquinando un ataque con bombas a las instalaciones militares de la OTAN. Los dos est¨¢n detenidos todav¨ªa, aunque no se han presentado acusaciones contra ellos.
Dos terroristas en la RFA
Lo que los alemanes occidentales no sab¨ªan era que los terroristas ten¨ªan en un refugio en los suburbios de Francfort armas adicionales y al menos una bomba Tambi¨¦n desconoc¨ªan que, aun que la mayor parte de los miembros del PFLP/GC se hab¨ªan marchado a L¨ªbano o Siria tras su liberaci¨®n, dos de ellos se hab¨ªan quedado en Alemania Occidental. Uno era un t¨¦cnico en explosivos; el otro era un reclutador, conocido en el argot de los servicios de inteligencia como seductor. ?ste ten¨ªa que encontrar a alguien susceptible de ser persuadido para transportar una bomba a bordo del avi¨®n designado.
Dos d¨ªas despu¨¦s del atentado contra el avi¨®n de Pan Am, la Embajada de Ir¨¢n en Beirut recibi¨® una llamada telef¨®nica del ministro del Interior de Teher¨¢n. De acuerdo con la llamada interceptada, el embajador iran¨ª felicitaba a Teher¨¢n por "el ¨¦xito de la operaci¨®n" y recib¨ªa instrucciones para entregar el resto del dinero prometido a Dalkamuni.
Horas despu¨¦s de la feroz tragedia, investigadores brit¨¢nicos y americanos llegaron a la escena y comenzaron a examinar cuidadosamente los restos del naufragio buscando pistas. A pesar de que en seguida se sospech¨® de la existencia de un ingenio explosivo, las autoridades brit¨¢nicas tardaron varios d¨ªas en confirmar su presencia a bordo de la aeronave.
En este punto, el Reino Unido, Estados Unidos, la RFA y los pa¨ªses aliados comenzaron a revisar el material aportado por sus servicios de inteligencia y otros datos an¨¢logos para ver si pod¨ªan detectar alg¨²n signo de un compl¨® contra el vuelo Pan Am 103.
Las organizaciones de defensa de la ley y las organizaciones de inteligencia de todo el mundo comenzaron tambi¨¦n a establecer contacto con sus efectivos y a movilizar a los informadores para que viesen si sab¨ªan algo. Puesto que la explosi¨®n hab¨ªa sucedido en Escoc¨ªa, las autoridades brit¨¢nicas asumieron la direcci¨®n de las investigaciones.
Estados Unidos y la RFA, aunque cooperaban con los brit¨¢nicos, establecieron investigaciones paralelas.
Hasta hace poco no se ha llegado a saber claramente que el BFV -la organizaci¨®n de seguridad interior alemana responsable de perseguir a los terroristas- ten¨ªa un presunto informador -el t¨¦cnico de la bomba- dentro de la organizaci¨®n de Jibril en la RFA. Pese a ello, la actitud del BFV reacia a transferir el caso a la polic¨ªa de la RFA despu¨¦s de que los agentes israel¨ªes detectasen a los terroristas, caus¨® la demora en las detenciones. Los israel¨ªes exigieron acci¨®n, creyendo que el blanco ser¨ªa una aeronave de El Al (la unidad del PFLP/GC hab¨ªa decidido justamente crear esta impresi¨®n enga?osa y lo logr¨®). El BFV cedi¨® finalmente y, en cooperaci¨®n con la polic¨ªa, puso a los terroristas bajo custodia.
Con objeto de tapar la liberaci¨®n de su oculto informador, los alemanes occidentales dejaron marchar a la mayor parte de sus compa?eros. Despu¨¦s, el t¨¦cnico en explosivos liberado continu¨® su tarea: complet¨® el ingenio que destruy¨® el Pan Am 103.
?ste era, de hecho, un agente doble. Existen indicios de que se trataba de un activista sirio prestado a Jibril. Pero la evidencia no es concluyente. Donde quiera que estuviese, su prop¨®sito real fue ganar tiempo para la operaci¨®n terrorista, proporcionando a las autoridades alemanas occidentales una pieza ocasional de informaci¨®n para asegurar su cobertura. Su actual paradero es desconocido. Se cree que el seductor est¨¢ en el valle de la Bekaa, en uno de los campos de Jibril.
La conexi¨®n siria
Ahora aparece claro que la implicaci¨®n siria puede haber sido m¨¢s activa de lo que se sospech¨® inicialmente. Desde su nacimiento, el PFLP/GC ha sido una creaci¨®n de los servicios secretos sirios. Siria le provee de armas, apoyo log¨ªstico, documentos de viaje e informaci¨®n. Jibril y el PFLP/GC no asumir¨ªan operaci¨®n alguna sin aprobaci¨®n siria. A pesar de los compromisos secretos del presidente Hafez el Assad, comunicados en febrero a la Casa Blanca, Siria no ha cortado las actividades de Jibril.
Los sirios contin¨²an favoreciendo estrechos lazos entre el PFLP/GC e Ir¨¢n, aliado muy cercano a Siria. M¨¢s recientemente -el 21 de mayo- prepararon un encuentro en Damasco entre Jibril y el ministro iran¨ª de Asuntos Exteriores, Al¨ª Akbar Velayati. Cinco meses despu¨¦s del d¨ªa posterior al derribo del Pan Am 103, Velayati abraz¨® a Jibril, le llam¨® su "hermano palestino" y se lamentaron juntos de los "compl¨®s urdidos por el sionismo y sus agentes". Velayati termin¨® garantizando una continua ayuda iran¨ª a la revoluci¨®n palestina.
Puesto que el Pan Am 103 era un avi¨®n norteamericano con una mayor¨ªa de pasajeros de esta nacionalidad, la tarea de detener a los criminales incumbe sobre todo a Estados Unidos.
Pero a pesar de las seguridades que el presidente Bush diera a las familias de las 103 v¨ªctimas de que Estados Unidos tomar¨ªa represalias contra los terroristas una vez identificados, se ha hecho poco esfuerzo para planear decisiones v¨¢lidas.
La Administraci¨®n parece concentrarse m¨¢s en instruir un proceso legal contra los que pusieron la bomba que en abordar el incidente desde una perspectiva militar o pol¨ªtica.
Mientras, la venganza puede encontrar otros canales. Un grupo de ciudadanos particulares se est¨¢ formando alrededor de un capit¨¢n de l¨ªneas a¨¦reas que perdi¨® a s esposa en el Pan Am 103 y se cree que ha reunido varios millones de d¨®lares para remunerar a quienes asesinen a los responsables.
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