Siete guardias civiles, acusados de cohecho por permitir que se descargase contrabando

Siete agentes de la Guardia Civil, entre ellos un teniente, fueron juzgados ayer en la Audiencia de La Coru?a, acusados de un delito de cohecho por permitir descargas de contrabando a cambio de dinero. Los agentes, destinados en el puesto de Pontedeume (La Coru?a) mantuvieron esta conexi¨®n con las bandas del contrabando desde finales de 1979 hasta 1983, cuando fueron descubiertos por dos agentes de vigilancia fiscal que se hicieron pasar por contrabandistas.En el banquillo de los acusados se sent¨® tambi¨¦n Manuel Mira Rey, alias O Chapista, que era el presunto contacto de la banda contrabandista con los n¨²meros de la benem¨¦rita. Otro presunto implicado, acusado de entregar el dinero, Adriano Con?encao N¨²?ez, est¨¢ en rebeld¨ªa. El fiscal solicita penas de tres meses de arresto para los acusados y multas que superan los 16 millones de pesetas. Adem¨¢s, seis a?os y un d¨ªa de inhabilitaci¨®n especial para los agentes. Las defensas solicitan la absoluci¨®n, excepto las de Vieiro Vidal y Ram¨®n Gonz¨¢lez, que piden se consideren circunstancias atenuantes. Los guardias civiles permanecieron en prisi¨®n preventiva un promedio de un a?o y actualmente est¨¢n destinados en diversos puestos. Uno de ellos desempe?a tareas de vigilancia aduanera en Lobios.

Los 50 kil¨®metros que forman la l¨ªnea de Pontedeume, "desde Astano al chal¨¦ del se?or Fraga", en palabras de uno de los acusados, estaban vigilados por dos patrullas. La primera compuesta por Germ¨¢n Galdo Lamas, Celso Bayo Paredes y Alberto Grandio Fern¨¢ndez, y la segunda por Juan Jes¨²s Vieiro Vidal, Manuel L¨®pez Varela y Juan Manuel Ramos Gonz¨¢lez. Seg¨²n el fiscal, las actividades de los guadias civiles con los contrabandistas atravesaron tres etapas: al principio actuaba cada patrulla por su cuenta, y despu¨¦s establecieron un sistema de reparto. Con la llegada del teniente Manuel Rodr¨ªguez Quint¨¢s, en el verano de 1980, ¨¦ste pas¨® a coordinar las operaciones y a cobrar un mill¨®n de pesetas por cada alijo. Seg¨²n los investigadores fiscales, los agentes cobraban antes una media de 250.000 pesetas.

Los acusados negaron los hechos durante la vista oral, que continuar¨¢ hoy. Cuatro agentes se?alaron que las nueve anteriores declaraciones, ante sus superiores, un juez militar y otro civil, las hab¨ªan firmado sin leer, amedrentados por un teniente y un agente de la Guardia Civil, armados.