?Donde est¨¢ la cosa del Renacimiento?
As¨ª que finalmente te has decidido a hacerlo: este verano vas a sacarte el pasaporte, hacer la maleta, robar el banco e irte de vacaciones a Europa. ?Bien por ti! Todos los americanos deber¨ªan visitar Europa, que no s¨®lo es el prototipo del Centro Epcot de Disneylandia, sino que tambi¨¦n es de donde obtuvimos gran parte de nuestra herencia cultural, lo que incluye el arte, el gobierno, los raviolis y Sex Pistols.?Y hablad de historia! Europa es tan rica en historia que a veces no puedes soportarlo. A veces, cuando te han atrapado en un grupo tur¨ªstico y te est¨¢n llevando a la und¨¦cima catedral hist¨®rica en lo que va de tarde y el gu¨ªa te est¨¢ ense?ando el Punto Exacto donde en 1236 o, posiblemente, 1371, Guillermo la Almeja de Inglaterra acord¨® intercambiar su apodo con Pepin el Duque de P¨¢ncreas de Francia, deseas simplemente descansar en uno de los bancos hist¨®ricos de la iglesia hasta que llegue el momento de volar de vuelta a casa.Pero no lo haces, porque sabes que est¨¢s viviendo la Experiencia de tu Vida, y tambi¨¦n que si abandonas el grupo estar¨¢s abandonando la ¨²ltima oportunidad, por muy remota que sea, de conseguir un cuarto de ba?o.
Los cuartos de ba?o europeos pueden resultar una gratificante experiencia cultural, porque muchos de ellos se construyeron durante la Edad Media. Todos est¨¢n controlados por la misma y sorprendente mente rechoncha mujer, cuyo trabajo consiste en ocuparse de la suciedad y contemplarte cuando intentas utilizar las instalaciones, que, en cualquier caso, para los hombres, consisten generalmente en lo que los profesionales de la fontaner¨ªa denominan una pared, proporcion¨¢ndote el mismo nivel de Intimidad que estando de pie en la base del Astr¨®dromo de Houston.
Hay que tener mucho cuidado, porque a menudo no es obvio cu¨¢les son las paredes que son instalaciones y cu¨¢les son realmente paredes, y si eliges mal, la airada mujer rechoncha saltar¨¢ y te gritar¨¢, y terminar¨¢s en una celda situada directamente debajo del cuarto de ba?o. Es costumbre darle a esta mujer al azar una propina de una cantidad indentificable en moneda europea que, te dar¨¢s cuenta cuando llegues al hotel, asciende a 174 d¨®lares.
Por cierto, las naciones europeas pertenecen todas a una importante organizaci¨®n denominada Comunidad Econ¨®mica Europea (OTAN), el objetivo de la cual, seg¨²n se especifica en los estatutos, consiste en "conseguir que los turistas americanos queden tan desorientados econ¨®micamente que sean capaces de gastar el equivalente de un a?o en Princeton en un plato de sopa".
Los europeos consiguen esto teniendo una gran y c¨®mica variedad de monedas, tales como la libra, el thruppence, el marco, el franco, el chuco, la libra, el pflugo, el pflugo diet¨¦tico y el voltio, cada una de las cuales muestra el retrato de una persona que es exactamente igual que la se?ora que vigila los lavabos. Una de las principales actividades recreativas de los turistas americanos consiste en intentar convertir todo mentalmente a moneda americana. Mant¨¦nte durante unos minutos ante cualquier restaurante europeo y ver¨¢s un desfile de exhaustos turistas americanos, trastornados por tanta catedral, acerc¨¢ndose con dificultad a examinar el men¨², que es algo parecido a lo que sigue:
"Les Ocelots en Cubrecors¨¦, 132f. 23r. Anguila McStrumpets, 14p 91s 22.3d. Pasta All¨¢ Antonio "Tony sin Pulgares".
Obligato. 978
000.000.000.000.000L. Reichenstrassenhummelsnitzenwanneng?sselheimergooberdinel Pie. 1066 D. C.".
Los americanos fruncir¨¢n el ce?o intensamente ante el men¨² durante unos minutos, intentando convertir los precios ("OK, la comida te cuesta, vamos a ver, 1,75 d¨®lares, o 400 d¨®lares"). Y descifran el men¨² utilizando los conocimientos ling¨¹¨ªsticos adquiridos en el colegio ("Creo que esto significa Ternera de las Siete Narices"). Finalmente se dan por vencidos y siguen recorriendo la calle con dificultad, eligiendo finalmente un restaurante chino, porque ah¨ª, al menos, los turistas pueden estar seguros de que nadie, ni siquiera el cocinero, tiene posibilidad de identificar la comida.
Otra actividad tradicional americana en Europa consiste en ir c¨®micamente uniformados. Un amigo m¨ªo llamado Signe estaba sentado una vez ante la catedral de Florencia cuando unos paisanos americanos se le acercaron cansinamente y le preguntaron (Signe me jura que esto es verdad): "Por favor, ?puede decirnos d¨®nde encontrar el Renacimiento?".
Esto, por supuesto, es una pregunta rid¨ªcula, dado que el Renacimiento ni siquiera est¨¢ en Italia. El Renacimiento se conserva en el mundialmente famoso Museo del Louvre, en Londres, Inglaterra, aunque desgraciadamente no puedes verlo porque est¨¢ rodeado permanentemente por una densa masa protectora de turistas japoneses. En Europa hay abundancia de densas masas de turistas japoneses, que aparecen en las principales atracciones tur¨ªsticas a velocidades que rondan los 40 kil¨®metros por hora (un kil¨®metro equivale a 4,3 chelines).
Lo que nos lleva al tema de la seguridad. A la luz de recientes acontecimientos tr¨¢gicos, algunos de vosotros os pod¨¦is sentir reacios a viajar a Europa, especialmente en l¨ªneas nacionales. Os aliviar¨¢ saber que el Departamento de Estado americano ha anunciado que no hay nada de qu¨¦ preocuparse, y est¨¢ apremiando a los americanos para que vuelen en las l¨ªneas nacionales, dejando as¨ª m¨¢s espacio en las l¨ªneas extranjeras para que las ocupen los funcionarlos del Departamento de Estado.
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