A la espera del pelot¨®n de fusilamiento
Una cerrada descarga de fusiler¨ªa puede consumar en breve uno de los procesos m¨¢s escandalosos sufridos por la revoluci¨®n cubana en sus 30 a?os de atormentada existencia. Cuba vive con angustia la suerte de cuatro militares que esperan la madrugada de su fusilamiento o la clemencia del Palacio de la Revoluci¨®n. Fidel Castro tiene en sus manos el destino de uno de sus mejores generales y el de tres oficiales del Ministerio del Interior con leal expediente antes de su apuesta por el narcotr¨¢fico.La radio cubana despert¨® ayer al pa¨ªs con el bolet¨ªn de las cuatro sentencias de muerte, cuya confirmaci¨®n se esperaba en todos los ambientes pol¨ªticos y populares. No hay coincidencia, sin embargo, respecto a la decisi¨®n ¨²ltima que tomar¨¢ el Consejo de Estado.
En Cuba no se va a hablar de otra cosa hasta que caiga el ¨²ltimo p¨¦talo de la dr¨¢matica margarita que deshojan sus habitantes. El pa¨ªs no puede aguantar mucho tiempo en esta incertidumbre.
El cumplimiento de la pena capital ha sido cuesti¨®n de horas en otras ocasiones. La confirmaci¨®n de las cuatro penas capitales se da como cantada en los c¨ªrculos del partido. Muchos cubanos no creen todav¨ªa en la inexorabilidad del ajusticiamiento del general Arnaldo Ochoa, victorioso soldado, gloria del ej¨¦rcito cubano en Etiop¨ªa y jefe popular entre la tropa.
El "h¨¦roe de la Rep¨²blica goza de m¨¢s simpat¨ªas en la calle que el resto de los condenados. Es impensable, sin embargo, que el Gobierno decida salvar la vida del general y empuje hacia el pared¨®n a los otros reos. O se salvan los cuatro, o los cuatro son pasados por las armas.
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